Por: Omar Slama Nayem,
   Bilbao, marzo 2009
 
   Colectivo de la Juventud Saharaui

Hace ahora exactamente tres décadas y tres años, España entregó cobardemente y en una ceremonia clandestina a Marruecos un territorio similar a las tres quintas partes de la península ibérica, un banco pesquero de 160.000 kilómetros cuadrados, un yacimiento de fosfatos a cielo abierto con reservas de 10.000 millones de toneladas y en la caja se incluían 80.902 saharauis.

El tirano Hassan creía que invadir el Sahara y someter a su pueblo sería un paseo o como mucho una descarga policial sin importancia; la historia se encargó de juzgarlo y sufrió en su piel las consecuencias de su sucia guerra y fue testigo de cómo los guerrilleros saharauis y los mártires escribían su propia historia con batallas de una envergadura descomunal contra dos ejércitos de ocupación por el norte y sur.

El invasor marroquí es repugnante en su naturaleza y a base de repetir la mentira cien veces pretende convertirla en verdad y así legitimar una invasión cruel y sin ninguna piedad. La respuesta de la juventud saharaui es contundente y la intifada es un hecho innegable hoy en día. Estos valientes que alzan su voz contra la represión, tortura, violación, saqueo y humillación del Majzhen, necesitan que su mensaje sea transmitido al exterior y nosotros somos y es nuestro deber ser sus mejores mensajeros.

Nuestra capacidad es inmensa y poseemos muchos medios para llevar a cabo nuestro trabajo. Recordemos a aquellos jóvenes que hace tres décadas, sin medios y apenas vello en el rostro, llevaron a cabo una de las mas bellas revoluciones del planeta y culminaron la heroica faena con la proclamación de un estado que en nuestros días es irreversible.

La juventud saharaui debe ahora mas que nunca estar a la altura de las circunstancias, apartar los deseos individuales y primar la necesidad colectiva del pueblo, hay un pueblo y una nación y dicha nación esta en manos de sus jóvenes que son semilla y garantía de futuro de todo pueblo y sociedad.

Dejémonos entonces de debates inútiles e irrelevantes y recordemos que el mejor ataque es una buena defensa, así preparémonos desde la tolerancia y no desde la ignorancia, desde la perspectiva global y crítica y no desde aquella que conlleve espíritu de venganza. Solo con nuestra voluntad y nuestra experiencia de vida, mostremos con inteligencia y con una base lógica a cada planteamiento y función, que aquella nación beduina que fue colonizada por los colonizadores españoles, resiste hoy desde sus jóvenes unidos y preparados con la verdad política como arma y las ideas como cartuchos.

Hoy mas que nunca debemos todos y cada uno de nosotros, recordar nuestro gran mártir El Uali Mustafa, sus ideas y su humildad a la hora de valer por este gran pueblo, él que no supo resignarse dando todo, incluso la vida, recordarlo cuando unió a todos los saharauis un 12 de octubre y los llamó a la unidad nacional.

Nuestro sacrificio y la voluntad de no dejarnos doblegar en esta crucial lucha por nuestra patria, los éxitos diplomáticos que hemos logrado en los últimos años, nos dan poder para hacer llegar nuestra causa a lugares impensables. Nuestra voluntad de paz es inmensa pero no dudaríamos ni un segundo luchar por nuestra nación, nuestra paciencia no es infinita y nuestro deber es una causa legitima.

Hagamos de la independencia objetivo y del infinito meta, seamos testigos de una libertad que nuestros hijos podrán disfrutar, porque no hay causa más noble que esta, no hay causa más bella que esta y no hay pueblo mas capacitado que este, el Pueblo Saharaui.