El secretario de Estado de Asuntos Exteriores e Iberoamericanos del gobierno español, Juan Pablo de Laiglesia, ha hecho en el Senado unas irresponsables declaraciones en relación a la cuestión del Sahara Occidental. Haciendo de extraño portavoz de la parte invasora y agresora en el conflicto, Marruecos, ha avalado los ficticios experimentos presentados por este país, la llamada regionalización o la “amplía autonomía”. Términos vacíos que esconden diferentes formas de presentar, eso sí en vano, pretendidas soluciones fuera del marco de Naciones Unidas.

No corresponde al gobierno español, parte fundamental en este conflicto, apoyar peligrosas iniciativas fuera del derecho internacional, que además han quedado descartadas y carecen de apoyo de la comunidad internacional. España se desacredita una vez más con las declaraciones de Juan Pablo de Laiglesia, de quien cabe recordar el vergonzoso apresuramiento y sumisión con los que dio por válidas las explicaciones marroquíes en el caso de los observadores canarios que fueron apaleados por la policía marroquí por intentar manifestarse a favor del Sahara en El Aaiun el pasado mes de agosto. Laiglesia declaró entonces que no había elementos que avalasen la versión de los observadores españoles, siguiendo la línea de otros miembros del gobierno y del  PSOE, como Elena Valenciano, quien también prefirió creer la versión marroquí.

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España afirma que el referéndum no está excluido pero que hay otras soluciones