El pueblo saharaui ha pasado por todos los grados de sufrimiento
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Viernes, 16 de marzo de 2007, a las 13:05:33
Opinión
espacioseuropeos.com (11/3/2007)
Con motivo de la Octava Sesión de la Alta Comisión Mixta de Cooperación, que anualmente celebran España y Marruecos, y que en esta ocasión se ha desarrollado en Rabat, hemos querido conocer la opinión de algunos de nuestros colaboradores, y también la de políticos, ONGs, intelectuales, etc., acerca del contencioso sobre el Sáhara Occidental. Y, por supuesto, también recabar la opinión sobre las declaraciones del Presidente del Gobierno español, José Luís Rodríguez Zapatero, sobre su apoyo al plan marroquí (autonomía para el Sáhara), sin obviar la venta, por parte de España, de una importante partida de material de guerra.
En esta ocasión es Salka Embarek, intelectual saharaui, licenciado en filosofía y filología, el que nos aporta su opinión.
El pueblo saharaui ha pasado por todos los grados de sufrimiento
Salka Embarek (11/3/2007)
Ha sido y es, un pueblo invadido, exiliado, perseguido, torturado, humillado, encarcelado... El gobierno marroquí ha pretendido mutilarlo negándole sus orígenes, su cultura, su lengua. España nos abandonó en un abrir y cerrar de ojos, después de un siglo conviviendo con nosotros, para vendernos como mercancía de escaso valor a un feroz y vanidoso tirano con ínfulas expansionistas, que desplegó a su ejército desenfrenado y hambriento como una mancha de fuel en el mar, fragmentando los cuerpos de miles de saharauis que con terror huían de las bombas de NAPALM y Fósforo Blanco, atravesando el desierto en un éxodo masivo, sin saber si volverían a ver a aquellos amigos y familiares que se quedaron atrás.
Después de treinta y dos años seguimos preguntando por los nuestros, aquellos que fueron secuestrados para siempre, aquellos que yacen en alguna fosa común... preguntamos por desaparecidos de ayer y por los de hoy, preguntamos por los asesinos que ahora ocupan posiciones de responsabilidad en el Gobierno y el Ejército marroquí, nos seguimos preguntando cuáles serán los intereses del Gobierno español para con Marruecos, que antepone esos intereses a la Legalidad Internacional y al deseo del pueblo español que tanto apoyo nos brinda.
Nos preguntamos también dónde quedaron sus promesas de defender nuestro derecho a la autodeterminación y su responsabilidad como potencia administradora que aún sigue siendo mientras no concluya el obligado proceso de descolonización.
Sí, el pueblo saharaui ha sufrido lo insufrible, pero después de las declaraciones del presidente Zapatero y su apoyo al absurdo plan de autonomía marroquí para nuestra nación, lo que sentimos es una profunda y agotada frustración. No se podía esperar otra cosa de un gobierno que vende armas a un asesino como Mohamed VI, que cede ante sus presiones caprichosas y que le admite tomar posiciones políticas a pesar de ser chantajeado con la inmigración ilegal que tanto beneficia a Marruecos.
Este acuerdo del gobierno español con el régimen marroquí es otro acuerdo ilegal. Un acuerdo bipartito contra el pueblo saharaui, treinta y dos años después, España nos sigue vendiendo al mismo postor, pero esta vez, no se trata del 30% del fosfato, una de las cláusulas secretas del acuerdo ilegal de Madrid, las razones ahora han cambiado, pero de igual manera, poco servirán al Estado español, porque el pueblo saharaui no cejará en su empeño por lograr la independencia a través de un referéndum justo y democrático como al que sabe tiene derecho.
La actitud del presidente Zapatero humilla a todos los pueblos de España, incluso a los mismos afiliados a su partido y lo que es peor, alienta la seria posibilidad de engendrar inestabilidad en toda la región del Sáhara Occidental, la vuelta a las armas de un pueblo pacífico que ha elegido luchar con su voz, a pesar de ser reprimido con violencia, incluso por hablar español, con su cuerpo, mil veces castigado en las celdas de las cárceles marroquíes, con sus manos, engrilletadas bajo amenazas, con leyes, las establecidas por Naciones Unidas y con su fuerza, moral y de principios, que no podrá ser jamás arrebatada por ningún gobernante ni invasor, ésa que nos mantiene unidos y que los pueblos conocen y la saben suya.
Por un Sáhara libre
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