Esto empieza mal

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Lunes, 23 de junio de 2014, a las 10:52:21

Opinión

Me refiero al acoso que ya se está ejerciendo sobre el nuevo Rey. El ministro García-Margallo, durante su reciente estancia en Marruecos, manifestó públicamente que el Rey debería hacer su primera visita a ese país, siguiendo la tradición de estos últimos años marcada por los sucesivos presidentes de gobierno. Los medios marroquíes, en manos de su gobierno, enseguida se apresuraron a reproducir masivamente el mensaje del ministro español, dándolo por hecho, conscientes de lo beneficioso de esta visita para mejorar la imagen de su monarquía, de lo cual está muy necesitada.

Entiendo poco de estas cosas, pero me parece que un Rey no tiene que seguir pautas marcadas por quienes protocolariamente tienen un rango inferior; si acaso sería al revés. Pero afortunadamente, el orden de visitas no va a empezar por Marruecos; alguien con más cabeza ha terciado imponiéndose a las indisimuladas preferencias de García-Margallo. Creo que un ministro debe ser más prudente con las declaraciones que hace en suelo extranjero y menos que afecten al país anfitrión, como este caso.. . Además, no puede calificarse de tradición un hecho que en cuarenta años solo se ha repetido cuatro veces.

El ministro podía haberse referido a los viajes del Rey Juan Carlos, que ese sí que creó una tradición con sus visitas a Marruecos; tenía allí su segunda casa. Con muletas, y fuera Ramadán o no, allá que se plantaba. El Rey Juan Carlos parece que tuviera en Marruecos intereses personales que defender, o eso se podría pensar del apoyo decidido que ha dado a ese país todos estos años en la cuestión del Sáhara Occidental. También parece que se hubiera tomado al pié de la letra aquella nefasta Ley 40/1975, que él firmó, sobre la descolonización del territorio del Sáhara en el cual ya se afirmaba que el Gobierno español no estaba vinculado por compromiso formal alguno respecto a la suerte del mismo ni de su población. Lo cual, dicho después de cien años de colonización, suena un poco fuerte. Pero, efectivamente, así ha sido: desde 1975 ningún compromiso ni con la tierra ni con su pueblo.

Lamentablemente se ha olvidado que esa Ley de descolonización, en su disposición adicional, se pedía al Gobierno que adoptara las medidas adecuadas para que fueran indemnizados, de acuerdo con la legislación general, los españoles que en su caso se vieran obligados a abandonar el territorio del Sáhara. Los saharauis eran españoles y se vieron invadidos por Marruecos, por lo que cientos de miles de ellos tuvieron que abandonar el territorio, y ahí siguen, refugiados en Tinduf. Nunca fueron indemnizados y en la actualidad se les sigue poniendo toda clase de obstáculos a sus demandas.

El Rey Juan Carlos firmante de dicha Ley no se ha preocupado de los saharauis para nada en sus treinta y nueve años de reinado. Ni en todo este tiempo ha sido capaz de dirigirse una sola vez a los miles de niños saharauis que todos estos años vienen a España en las vacaciones de verano.

Javier Perote es Coronel del Ejército y escritor.

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Fuente: Espacios Europeos