Zapatero apoya ahora a Rabat en su plan para el Sahara

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Miércoles, 07 de marzo de 2007, a las 12:35:19

Opinión

Zapatero apoya ahora a Rabat en su plan para el SaharaAdmite que la propuesta de autonomía de Marruecos es «un cauce para retomar el diálogo»

La Razón: Pedro Canales




rabat- El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no consiguió ayer en sus discusiones con el primer ministro marroquí Dris Yetú y, presumiblemente, algo más tarde con el rey Mohamed VI, que sus anfitriones marroquíes en la VIII cumbre bilateral aceptasen las resoluciones de la ONU que prevén un referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui para decidir la suerte de la ex colonia española ocupada por Marruecos desde hace 30 años. Pero no sólo no logró convencer de este punto a las autoridades marroquíes, sino que terminó admitiendo que el plan de autonomía propuesto por Marruecos, que «no es el último», «no esta acabado», sí es «un cauce para retomar el diálogo y la negociación entre las partes interesadas en el conflicto». En su comparecencia ante la prensa consiguió eludir las fatídicas palabras de «autodeterminación» y «referéndum», y recalcó que la posición oficial española sobre el conflicto se apoya en dos pies: «Acuerdo entre las partes concernidas», y «respeto a la legalidad internacional». Una fórmula ambigua que satisface a los anfitriones alauitas, y que está levantando ampollas en el Frente Polisario y en su valedor Argelia.
   «Soberanía incuestionable»
   El deseo de Zapatero de que se acepten las resoluciones de la ONU se demostró por lo menos utópico después de escuchar a Dris Yetú, para quien «la soberanía marroquí del Sahara es incuestionable». Eso sí, Zapatero consiguió que los más de cien periodistas acreditados y miembros de ambos gobiernos presentes escuchasen impávidos la noticia de que la fiscalía española ha pedido al juez Baltasar Garzón que acepte a trámite una querella por genocidio de la población saharaui contra casi medio centenar de altos responsables marroquíes, algunos de ellos nombrados por el propio Mohamed VI.
   Las autoridades marroquíes se aferran en el Sahara a su propuesta de «plan de autonomía» que esperan presentar ante el Consejo de Seguridad a finales de abril. Dicho plan se limita a señalar las prerrogativas que la futura región autónoma del Sahara tendría: administración propia, control sobre una parte de sus recursos naturales, atribuciones judiciales y otras prerrogativas socioeconómicas. Sin embargo, todos los atributos de la soberanía recaerían en Rabat: defensa, seguridad y fronteras, así como los emblemas nacionales.
   El boceto del plan, que una nutrida delegación marroquí ha presentado en París, Madrid, Londres, Moscú, Pekín y Washington, ha sido considerado insuficiente al no incluir el derecho de autodeterminación de la población del Sahara, parte integrante de todas las resoluciones adoptadas por la ONU sobre el conflicto. Los malabarismos del plan de autonomía que el régimen de Mohamed VI presentará en Nueva York limitan las prerrogativas de autogobierno de los saharauis al «marco soberanista marroquí» del territorio. Lo que no han permitido que se acepte el ruego español de incluir el derecho del pueblo saharaui a decidir por sí mismo.
   Zapatero ha dado giros espectaculares en relación al conflicto del Sahara. Poco después de su llegada al Gobierno lo daba por «resuelto en seis meses» gracias a la iniciativa española. Más tarde propuso una conferencia a cuatro bandas (Marruecos, Argelia, Francia y España) a la que incluyó en última instancia a la «población del Sahara», pero sin mencionar al Frente Polisario (protagonista aceptado por la ONU), ni a Mauritania, interesado por albergar una nutrida colonia saharaui y haber sido uno de los firmantes del Acuerdo de Madrid junto a Marruecos, por el reparto de la ex colonia española. Al final, y tras fórmulas ambiguas de «diálogo entre las partes» y de «acuerdo político consensuado», el Gobierno se ha visto obligado a volver a la «legalidad internacional» y a las «resoluciones de la ONU».
   La fluctuante posición del Ejecutivo pone al mismo tiempo en mala postura a Su Majestad el Rey, que iniciará en los próximos días una visita de Estado a Argelia. El presidente de este país, Abdelaziz Buteflika, reiteró hace días que «no es posible una solución al conflicto del Sahara que no contemple el derecho de autodeterminación».
   Pocos compromisos
   De todos modos, la cumbre bilateral se saldó ayer con generosos compromisos por parte española de ayudar al desarrollo del Reino alaui, y tibias declaraciones marroquíes en sus avances democráticos internos y en los compromisos bilaterales. El Gobierno anunció ayer en Rabat que concederá otros 200 millones de euros en créditos FAD para la realización de dos proyectos de desarrollo energético en los que participan empresas españolas: el parque eólico de Tánger y la central termo-solar de Ain Beni Matar cerca de la frontera con Argelia. Zapatero anunció además la apuesta española por el proyecto de túnel ferroviario del Estrecho que enlazará Europa y África, por la universidad hispano-marroquí de Tetuán y por el apoyo a Tánger en su candidatura a la Exposición Universal de 2012.
http://www.larazon.es/noticias/noti_nac26118.htm

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