La principal exigencia partió de Izquierda Unida, que siempre se ha mostrado muy crítica con la actitud que el Ejecutivo socialista está manteniendo en relación con el contencioso del Sahara. Recogiendo el malestar del Frente Polisario por lo que consideran un abandono del apoyo prestado a los saharauis por España hasta la llegada de Zapatero al poder, el coordinar general de IU, Gaspar Llamazares, exigió al presidente del Gobierno que «no utilice el Sahara y a su pueblo como moneda de cambio para mejorar sus relaciones con Marruecos». En concreto, pidió que «se atenga a las resoluciones de la ONU a favor del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui».

En la misma línea se pronunció el presidente de la Coordinadora Estatal de Asociaciones de Solidaridad con el Sahara, José Taboada, quien manifestó que el plan de autonomía presentado por Rabat para el Sahara Occidental «pretende legitimar la ilegal ocupación marroquí».

Parar el genocidio

Por su parte, organizaciones de amigos del pueblo saharaui han iniciado una campaña de recogida de firmas para remitir una carta a Llamazares, en la que le emplazan a romper todos sus acuerdos a nivel municipal y autonómico con el PSOE si Zapatero no promueve el derecho de autodeterminación del Sáhara y no contribuye a «parar un genocidio».

También Amnistía Internacional envió hace días una carta al presidente del Gobierno en la que le insta a que exija a Rabat el respeto de los derechos humanos en el Sahara y en relación con los inmigrantes.

Ayer, Zapatero y el primer ministro marroquí, Dris Yetú, no abordaron la cuestión del Sahara en la entrevista que mantuvieron, según indicaron fuentes gubernamentales. Sí lo hicieron los ministros de Exteriores, Moratinos y Benaissa. El primero manifestó en una breve rueda de prensa que el segundo le había vuelto a exponer las ideas sobre el Sahara que Marruecos quiere presentar en la ONU y que ya han transmitido en las últimas semanas Madrid, París y Washington.

Según el ministro español, en el comunicado conjunto que se hará público hoy al término de la reunión «se insistirá en la posición de España en el sentido de que toda propuesta que se haga debe enmarcarse dentro de la legalidad internacional y de las Naciones Unidas». No precisó si habrá una referencia concreta al derecho de autodeterminación, un principio -reiteró- que el Gobierno español sigue defendiendo. Rabat tampoco se muestra contrario a que figure esa expresión, pero no la entiende como la posibilidad de que los saharauis se pronuncien sobre la independencia, sino sólo sobre la autonomía que propone Marruecos.

Carod y Rivero se quejan

Por otro lado, ERC y Coalición Canaria, que, por distintos motivos, se consideran con derecho a participar en las cumbres con Marruecos, han expresado su malestar con la decisión del Ejecutivo de no integrarlas en la delegación oficial, de la que forman parte ya ocho ministros. En concreto, Carod-Rovira confiaba en haber sido invitado a la reunión, después de que hace varias semanas en su encuentro con Moratinos, expusiera el interés del tripartito por mantener relaciones especiales con varios países, entre ellos Marruecos, de donde procede el mayor número de inmigrantes en la comunidad y donde hay empresas catalanas con importantes intereses económicos.

Sin embargo, Moncloa ha rechazado, por ahora, su demanda, del mismo modo que no ha invitado al Gobierno canario a participar. Ayer, el presidente de CC, Paulino Rivero, acusó a Zapatero de incumplir las promesas hechas en sede parlamentaria de que un representante del Ejecutivo canario podría asistir a las reuniones, ya que ellas -dijo- «se van a tratar cuestiones como los menores inmigrantes, los acuerdos de pesca, el Sahara o la mediana con Marruecos y las explotaciones petrolíferas», de gran interés para las islas.