El XIII Congreso del Frente POLISARIO

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Viernes, 16 de diciembre de 2011, a las 11:34:32

Editorial

Desde ayer, 15 de diciembre de 2011, y durante los próximos cuatro días, el Frente POLISARIO, celebra su décimo tercer Congreso General, en Tifariti, localidad situada en la zona liberada del Sahara Occidental, donde la República Saharaui ejerce su plena soberanía.

Se espera la asistencia de 2100 congresistas, además de 300 invitados extranjeros procedentes de Argelia, Mauritania, Sudáfrica, Nigeria, Angola, Parlamento Europeo, España, Italia, Bélgica, Portugal, Eslovenia, Ucrania, Hungría, Rusia, Brasil, México, Colombia, Cuba, Venezuela, Salvador y Timor Leste.

Conviene adelantar que en 38 años de vida, el F. POLISARIO, se dispone a celebrar su décimo tercer Congreso. El Congreso Nacional Africano (ANC), por ejemplo, no llegó a celebrar más de cinco congresos en sus muchos años de vida. Tampoco, la OLP, ha organizado tantos congresos como el F. POLISARIO.

Sin embargo, la situación geopolítica regional e internacional en la que se celebra este XIII Congreso es sumamente delicada. Y viene caracterizada por dos notas específicas. A nivel regional, la existencia de unos vientos de libertad que recorren todo el mapa árabe y, especialmente, el Norte de África y, a nivel internacional, un inusitado intervencionismo de la OTAN guiado, más por una insaciable sed de petróleo, que por el deseo de expandir los valores de libertad y democracia en el mundo (intervención en Libia para derrocar a una dictadura ‘versus’ intervención en Bahrein para sostener otra dictadura).

En la intersección de ambas notas, el POLISARIO, celebra su congreso con la esperanza de protegerse mejor de los efectos perniciosos de esa intersección. A nivel regional, el POLISARIO, por un lado, debe encontrar la fórmula que le permita aprovechar, a su favor, la libertad que hoy se respira en Egipto o Túnez para exponer mejor, en esos territorios antaño vedados, la Causa Justa por la que mantiene su lucha. Y, por otro lado, debe acometer las reformas domésticas necesarias para incorporar a sus estructuras, a las generaciones jóvenes que, imitando a sus pares árabes, empiezan a reivindicar, en los propios Campamentos de Refugiados, su participación en la toma de decisiones.

A nivel internacional, el protagonismo de Francia, tanto en Libia como en Siria, es visto como una dolorosa exhibición de cinismo. Desgraciadamente, la Francia que clama por la libertad y la democracia en Siria e interviene militarmente en Libia, esa misma Francia, es la que permite que Marruecos siga violando la legalidad internacional en el Sahara Occidental. Su ‘Grandeur’ se torna en una auténtica falta de compasión humana o cristiana, si se prefiere para el caso, cuando Francia utiliza su poder de veto para impedir, en el Consejo de Seguridad, la simple implementación de un mecanismo de supervisión de los Derechos Humanos en el Sahara Occidental.

En lo que respecta a España, ya en el año 2004, el POLISARIO, propuso, al entonces, nuevo gobierno de Zapatero, dos opciones:
A).- Convertirse en el adalid de la Causa saharaui en los foros internacionales, tal y como hizo Portugal con su ex colonia Timor Leste; o
B).- No hacer nada y mantener la tradicional política española de la neutralidad (que, más o menos, consiste en esconderse debajo de la mesa cada vez que se menciona el Sahara Occidental, en los foros internacionales).

Pues bien, en sus insufribles siete años de mandato, Zapatero y Moratinos, no han hecho ni lo uno ni lo otro. Lo que han hecho ha sido muchísimo peor: alinearse abierta y descaradamente con Marruecos, sea en la ONU, sea en el caso Haidar.

Así, el POLISARIO, calcula que esa pésima posición adoptada por Zapatero, también, ha tenido su peso en la reciente, y muy marcada por lo económico, disputa electoral. De ahí la necesidad de hilvanar una nueva estrategia para reconducir unas relaciones que han sido absolutamente desastrosas. En todo caso, se espera que el PP, como mínimo, vuelva a la neutralidad que ha caracterizado la posición oficial de España en la ONU (que, insistimos, básicamente consiste en esconderse debajo de la mesa cuando se habla del Sahara Occidental).

Haddamin Moulud Said.

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