Sátrapas unidos, siempre serán vencidos

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Viernes, 09 de diciembre de 2011, a las 14:39:58

Opinión

Sátrapas unidos, siempre serán vencidos

Hace cerca de dos años, escribía un artículo sobre la familia hispana, recordando el apoyo que la mayoría de las naciones hispanoamericanas brindaban al pueblo saharaui. Por ello, no deja de ser un anacronismo, que existiendo sólo dos países hispanos en África, el gobierno de Guinea Ecuatorial mantenga una actitud contraria a los derechos del pueblo saharaui. No fue siempre así, pues el 3 Noviembre de 1978 había reconocido a la RASD, retirando su apoyo en mayo de 1980, tras el golpe del actual presidente Teodoro Obiang.

Recientemente, Marruecos fue elegido como miembro no permanente del Consejo de Seguridad, para el periodo 2012-2013, mandato que se hará efectivo a partir del próximo 1 de enero aumentando la influencia que la diplomacia marroquí tiene en el citado Consejo que no era poca debido a su alianza con Francia. Por otra parte, el jefe de Estado de Guinea Ecuatorial, fue nombrado presidente de turno de la Unión Africana durante la XVI Cumbre de esta organización, que se celebró en Etiopía el 30 de enero de 2011, de la que la RASD, desde 1984, con el consiguiente enfado marroquí y su apartamiento de la organización, es reconocida como el estado miembro número 51. Por tanto, Teodoro Obiang y los delegados de Mohamed VI coincidirán, durante un breve tiempo en importantes órganos de decisión. Sin embargo, el guineano no ha conseguido frenar el apoyo de la UA en la ONU en orden al cumplimiento del derecho del pueblo saharaui a su autodeterminación ni el sultán alauita aumentar su influencia, en el interior de la organización africana, reducida a los países francófonos de latinoáfrica, entre los que, poco a poco, se va integrando Guinea Ecuatorial que de la peseta guineana pasó al ekuele para terminar en el Franco CFA, también en 1984.

La complicidad de ambos mandatarios, viene de antiguo, así el Sultán alauita giraba una visita en el 2009 a Guinea Ecuatorial devolviendo las que a su vez había realizado su compinche a Marruecos,  profundizando en la fructífera relación entre unas naciones convertidas en los cortijos respectivos de ambos mandatarios que se entienden en lo económico y en lo político. Obiang, tras dar el golpe de Estado en 1979 contra su tío Macias, tirano comunista, pronto recibió el apoyo de Hassán II que le envió una protectora guardia pretoriana y le adoctrinó en los modos “majzenianos” controladores del pueblo y de cualquier oposición o de futuribles golpes militares. Unidos en el incumplimiento de los Derechos Humanos, también lo están en el mutuo apoyo político en la ONU con el aplauso francés. Coherentemente, el entendimiento político se extiende al interés económico con un importante acuerdo portuario, un tratado de libre comercio, etc.

Dos sátrapas, apoyados por Francia pero, también, por los gobiernos sucesivos de USA. En este sentido, Frank Ruddy, que fuera embajador de los EEUU, comentaba su experiencia: “Es triste para mí, (…), haber visto en los países en los que he prestado mis servicios, en Guinea Ecuatorial y el Sáhara Occidental, que nuestro Gobierno apoya a los matones que mandan en esos lugares (…). El ya fallecido Daniel Patrick Moynihan, en sus memorias como embajador de EEUU ante la ONU reconoció que le habían encomendado la tarea de impedir que el Sáhara Occidental se convirtiera en un Estado independiente”. Tal vez, algún día algún diplomático francés nos relate alguna otra experiencia similar.

Lo que si es un hecho constatable, igual que sucede con el pueblo español, es que el guineano que puede manifestarse libremente está siempre a favor del saharaui. Por eso es habitual ver en actos pro causa saharaui a dirigentes guineanos del PPGE y de otros partidos de la oposición a Obiang. Incluso, Severo Moto, líder del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial se pronunció por la más que clara nulidad de los acuerdos de Madrid sobre el Sáhara Occidental. En el contexto de lo hispánico, los pueblos se apoyan sobre todo cuando comparten el sufrimiento y la persecución. Por ello, el complemento de la conocida expresión “el pueblo unido jamás será vencido” no es otro que el de “sátrapas unidos siempre serán vencidos”.

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