Sin entrar a valorar las razones íntimas que llevan al escritor Juan Goytisolo a vivir placenteramente durante largos años en un país como Marruecos-la ausencia de libertades y la presencia de despotismo, corrupción y hambre son algunos de los ingredientes políticos y sociales de esa monarquía totalitaria-sí le quita autoridad moral para escribir ni una línea sobre los otros déspotas que, efectivamente, están viviendo sus últimas horas gracias a la lucha, a la valentía, de la ciudadanía...Por cierto, en su artículo, silencio sobre el déspota alauí...Sería interesante que la brillante pluma del escritor se deslizara por territorios personales para justificar el silencio.

¡Qué lástima que quienes cuentan con prestigio internacional, quienes pueden gritar las injusticias fáciles de ser constatadas en el justo momento, guarden silencio!...¡Y que fácil es analizar y abanderar repudios y sornas cuando el camino lo han allanado otros!...¡Cuánta pobreza, injusticia, tiranía, muerte se evitarían con los gestos sinceros individuales, día a día!.