Chahid El Hafed, 24/02/2011 (SPS).- La República Árabe Saharaui Democrática (RASD), es miembro en la Unión Africana y le unen relaciones diplomáticas con 82 Estados. Posee Embajadas y Misiones Diplomáticas en los diferentes continentes y es parte signataria de numerosas convenciones y convenios bilaterales y multilaterales. El país, es el único de lengua hispana en la región.

La RASD fue proclamada el 27 de Febrero de 1976, tras la retirada de España, lograda por la lucha del pueblo saharaui bajo el liderazgo del Frente Popular para la Liberación de Saguia El-Hamra y Rio de Oro (Polisario).

Sin embargo, la proclamación de independencia de la nación no significó alcanzar la paz, puesto que Marruecos y Mauritania, dadas las altas riquezas del territorio (Fosfato, Hierro, Uranio, Agua, así como uno de los bancos pesqueros de los más ricos del mundo) ocuparon militarmente el territorio tras la salida del colonialismo, negando el derecho a la autodeterminación de este pueblo.

Mauritania se retiró del Sahara Occidental el año 1979, pero Marruecos mantiene una ocupación ilegal a dos terceras partes del territorio, aún cuando el Tribunal Internacional de Justicia negó en 1975, la existencia de cualquier vínculo o relaciones de soberanía entre el Reino de Marruecos y el territorio del Sahara Occidental anteriores al colonialismo Español.

El año 1991, en el marco del Plan de Arreglo apoyado por la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de la ONU, la RASD y Marruecos acordaron la realización de un referéndum de autodeterminación en el Sahara Occidental, el cual hoy, a más de veinte años, no ha podido implementarse debido a la obstrucción marroquí y a la incapacidad del Consejo de Seguridad y la MINURSO, en imponer la aplicación de dicho acuerdo.

Lo que ha situado hoy al pueblo saharaui como la última colonia en África, en proceso de lucha por su independencia y reconocimiento estatal, mientras que gran parte de su población se encuentra viviendo en campamentos de refugiados en el sur Argelia, frontera con el Sahara Occidental.

El régimen Marroquí, viene ejerciendo en el Sahara Occidental, una sistemática política de segregación consistente en la eliminación física; tortura; represión; recorte de ingresos y exclusión. Sumado a esto, Marruecos levantó en 1981 en dicho territorio un Muro de más de 2.700 km de largo, fortificado con sofisticado arsenal militar y con millones de minas anti personas, que divide el país, separa a familias y cobra la vida de miles de inocentes.

Las organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos, han documentado y denunciado la comisión de delitos de lesa humanidad y graves violaciones sistemáticas a los derechos humanos, desde la fecha misma de la ocupación al territorio del Sahara Occidental y hasta la actualidad.

Pese a esto, la nación Saharaui ha desplegado colosales esfuerzos, con el fin de cubrir las necesidades básicas a sus ciudadanos en los dominios de salud; alimentación; vivienda; transporte; agua potable; educación y cultura; al tiempo que ha venido implementando programas específicos de juventud y para la promoción de la mujer.

Organismos internacionales han considerado, que la población saharaui disfruta de uno de los mayores niveles de educación y mejor acceso a la sanidad en el continente africano y sus mujeres alcanzan niveles de participación social y política, sin comparación en todo el mundo árabe.

La República Saharaui ha representado y representa, un factor de estabilidad y equilibrio en el noreste de África y cuyo pueblo, sigue comprometido con sus legítimos derechos a la libertad e independencia. Por consiguiente, la paz y la seguridad en dicha zona, seguirán siendo tributarios del respeto por parte del Estado Marroquí, a las fronteras de sus países vecinos y a su sometimiento definitivo, a los mandatos de la legalidad internacional. (SPS)