TESTIMONIO DE UNA OBSERVADORA ESPAÑOLA EN MARRUECOS

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Lunes, 06 de diciembre de 2010, a las 03:37:09

Derechos Humanos

“Sin quererlo, me he convertido en una chivata colaboradora de la policía. A quién abrazo, le creo problemas. Avisados estáis.”

 

Por Cristina Martínez Benítez de Lugo.

Casablanca, 2 de diciembre de 2010.


He venido a Casablanca, como en ocasiones anteriores, a presenciar un juicio que siempre se pospone: el de Kenán, su problema y su orgullo ser saharaui, detenido el 28 de octubre de 2009, y sometido a desaparición y torturas.

 

Primera convocatoria de juicio: el 10 de junio de 2010 (pospuesto). El 28 de junio (pospuesto). El 13 de julio (pospuesto dos meses). El 15 de septiembre se celebra la primera sesión del juicio, que dura hora y media. Estamos hablando de un juicio a 24 detenidos. La próxima sesión, prevista para el 29 de septiembre, (pospuesto). 13 de octubre (pospuesto). El 2 de noviembre (pospuesto un mes). El 2 de diciembre, (pospuesto. Sin más). Ni siquiera han sacado a los presos de la cárcel para llevarlos al tribunal como se suele hacer.

Próxima convocatoria el 14 de diciembre de 2010. El 17 de este mismo mes es el juicio de los 7 de Salé. Otro juicio que lleva buena carrera.

Aunque lo que yo quería contar era otra cosa, no puedo obviar a lo que he venido, porque estoy abrumada. Busquen, busquen Vds. en las sesiones de seguimiento del Estatuto Avanzado que la UE concede a Marruecos. El pastón que se están dejando para modernizar y democratizar el país. En vista del resultado, y de las últimas reacciones de los gobiernos -el mío, el primero- diríase que el acuerdo consiste en pagar por recibir clases de contra-democracia.


El caso es que, como no tenía juicio, he llamado a unos amigos y me he acercado a Rabat para verles. Rabat está cerca. Me bajo del tren, les espero tranquilamente a la salida de la estación. Llegan por fin, y al poco de estar juntos, se dan cuenta de que nos están siguiendo. ¿Os siguen a vosotros? No. Te siguen a ti. Tengo derecho a dos coches de seguimiento. Pero lo peor es que, al separarnos, han seguido a mis amigos. Ahora hay 5 coches civiles (de los cuales, una furgoneta), a la puerta de su casa.

 

Estoy preocupada por ellos. Soy la peste. Amigos, no soy una persona que os pueda traer nada bueno.  Sin quererlo, me he convertido en una chivata colaboradora de la policía. A quién abrazo, le creo problemas. Avisados estáis.

 

Otra cosa. Si alguna vez a alguien se le ocurriese ponerme la mano encima, como lo están haciendo en El Aaiún y en Smara turbas de ciudadanos marroquíes enardecidos con el beneplácito del ejército, asaltando casas y colegios, y pegando palizas a mayores y niños saharauis, que no nos vengan con cuentos como cuando pegaron a los canarios. A mí me sigue la policía siempre, y va de paisano. No sólo en El Aaiún sino también en Marruecos.

 


INFORME KENÁN

 

Nombre: Ahmed Mahmud

Le llaman: Kenán

1º apellido: Mohamed Ali

2º apellido: Ahmed Salem

Familia: Haddi

Edad: 33 años.   

 

Historial de condenas: Desde 2001, su vida ha sido cumplir condena, salir de la cárcel y volver a ella enseguida.

 

2001: Un año por agresión a un policía, acusación que el interesado niega.

 

2002: Tres años por insultar al Rey en Agadir, con testigos marroquíes, acusación que el interesado niega.

 

En 2004, cuando estaba en la Cárcel Negra del Aaiún, escribió al Procurador del Rey diciendo que renunciaba al pasaporte marroquí. Tras esta noticia, el Frente Polisario le mandó un pasaporte de la RASD a su casa.

 

En 2005, fue trasladado ilegalmente a la prisión de Inzegan (Agadir) sin que fuera cumplimentada ninguna petición de traslado. El 21 de mayo de 2005, la familia y otros simpatizantes hicieron una concentración para protestar por la ilegalidad del traslado. Ahí empezó la primera chispa de la Intifada. A raíz de ese incidente hubo más movilizaciones, y la policía detuvo a Haidar, a Hmad Hamad, a Brahim Dahane, a Ali Salem Tamek, constantemente había revueltas. Más de trescientas personas entraron en la cárcel por la Intifada. Muchos fueron secuestrados, torturados y tirados sus cuerpos.

 

2006: 3 años de condena: de nuevo en libertad, se dirigía con un hermano suyo, con Brahim Sabbar y con Ahmed Sbai a Bojador, a abrir una asociación de derechos humanos, fueron todos detenidos, acusados de agresión a la policía. A él le cayeron tres años, a Sbai y a Sabbar, dos años y medio cada uno, y a su hermano, un año de prisión en libertad condicional.

 

2009: Última detención. Fue a Rabat con un amigo suyo para hacer un trabajo allí. El 28.10.2009, estaban tomando un café cuando entraron unos 20 policías en la cafetería, les vendaron los ojos y se los llevaron a un sitio llamado TEMARA, un pueblecito muy cerca de la capital. Temara es una cárcel secreta. La gente no sabe que existe. Está bajo tierra. En la cárcel, los aislaron, los torturaron, los tuvieron todo el tiempo con los ojos vendados, casi sin comer ni beber. La tortura duró 19 días para Ahmed Mahmud y 7 para su amigo, que salió antes.

 

Cuando el amigo llegó a El Aaiún, dijo que no había visto a Kenán, que sólo escuchó sus gritos y también le oyó vomitar. De esta manera la familia se enteró de que estaba vivo.

 

La familia se fue a todos los juzgados y al tribunal preguntando por su hijo, y no le dieron razón. Preguntaron a ministros, al Gobernador y a las diversas policías del Aaiún, a las organizaciones de Derechos Humanos, a la Dirección General de Seguridad Nacional en Rabat, a las cárceles. Estuvieron un mes y 20 días buscándole.

 

Su hermano empezó a escribir a todas las organizaciones humanitarias diciendo que Ahmed Mahmud estaba desaparecido. Fue entonces cuando le trasladaron a la cárcel de Okasha, en Casablanca, el 15.11.2009. Le acusaron de venta de drogas, tráfico de armas, fabricación de dinero y banda criminal; falsificación de pasaportes y documentación para otros.

 

Su familia se trasladó a Okasha. En la cárcel le dijeron que ahí no estaba, pero la familia insistió y, el 17 de diciembre de 2009, se comprobó que lo tenían allí, en situación de incomunicación.

 

En el expediente no hay pruebas, sólo un portátil con vídeos de manifestaciones. Por eso sigue en la cárcel. Es claramente un preso político. Las otras acusaciones no se sustentan. Lo que le incrimina es su posicionamiento pro autodeterminación.

 

Está aislado en una celda. Últimamente puede recibir visitas de su familia.

 

El arresto se hizo en una época muy delicada, cuando la detención de los 7 de Salé, tras el dramático discurso del rey.

 

Extracto del Informe redactado por Cristina Martínez Benítez de Lugo.
Abogada (no ejerciente) del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid.

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