La "desproporcionada" detención de Toledo pone a Bono en la picota

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Jueves, 02 de diciembre de 2010, a las 19:21:59

España

Bono ordenó que los seis prosaharauis que irrumpieron en el Pleno fueran entregados a la Comisaría del Congreso, pero al ver el revuelo mediático que se creó intentó esparcir las culpas.

"Les ruego expulsen de la sala a quienes gritan y tomen sus nombres por si estuviesen cometiendo alguna falta o delito. Entréguenlos a la Comisaría del Congreso". Fue la orden textual que José Bono dio a los servicios de seguridad del Congreso cuando seis activistas prosaharauis que habían acudido a la tribuna de invitados a seguir un debate sobre los sucesos de El Aaiún, entre ellos Willy Toledo, se levantaron de sus asientos y empezaron a proferir gritos del tipo "¡Sáhara libre!", "¡Chorizos!" y "¡Cuánta hipocresía!".

Fue la comidilla del día en la Cámara Baja. No tanto por el suceso en sí -no es la primera vez que se cuela algún invitado que acaba teniendo que ser expulsado por interrumpir la sesión parlamentaria-, sino por la forma en la que fueron tratados los alborotadores. "Desproporcionada" para muchos de los que llevan años en esa casa.

Dado que sólo gritaron -no mostraron pancartas ni se resistieron a la autoridad-, la forma habitual de proceder, según fuentes policiales consultadas por este periódico, habría sido expulsarles de la tribuna y que los agentes les identificaran. Y cada uno a su casa. Sin embargo, Toledo y sus cinco acompañantes permanecieron en las dependencias del Congreso custodiados por policías durante más de una hora, y después fueron trasladados a la Comisaría de Moratalaz en un furgón de la Brigada Provincial de Información.

Allí se les debía prestar declaración, acusados de un delito de alteración grave del orden público. Concretamente, el Código Penal recoge en su artículo 497: "Incurrirán en la pena de prisión de seis meses a un año quienes, sin ser miembros del Congreso de los Diputados, del Senado o de una Asamblea Legislativa de Comunidad Autónoma, perturben gravemente el orden de sus sesiones" (apartado 1). "Cuando la perturbación del orden de las sesiones a que se refiere el apartado anterior no sea grave, se impondrá la pena de multa de seis a doce meses (apartado 2). Sin embargo, los seis se negaron a declarar y, seis horas después, fueron puestos en libertad. Aunque deberán comparecer ante el juez cuando sean requeridos. 

Lo más curioso del caso es que, al ver el revuelo mediático que el incidente había suscitado -sobre todo por la implicación de Willy Toledo-, Bono intentó quitarse de en medio. El entorno del presidente del Congreso comenzó a difundir entre los periodistas la versión de que la decisión de detener a los activistas y todo lo que vino después fue del comisario del Congreso. Sin embargo, algo que ver tuvo el castellano-manchego, porque las órdenes que dio fueron claras y quedaron recogidas no sólo por las cámaras de televisión, sino también en el diario de sesiones de la Cámara Baja, según comprobó este periódico. 
 
Por su parte, la detención y traslado a la Comisaría de Moratalaz de los seis implicados indignó a los protagonistas y también a IU-ICV. "No hay derechos", "estamos acusados de un delito de un año a seis meses de cárcel por alteración grave del orden público", "Sáhara libre", se les oía gritar desde dentro del furgón policial a Toledo y sus compañeros antes de abandonar el Congreso en dirección a la Comisaría. "No hay derecho a que apoyéis a dictadores como el marroquí, dónde está la libertad y la democracia, dónde están los derechos humanos, sois amigos de dictadores", vociferaba a las puertas del edificio de plenos la hermana de una de las detenidas.

Los seis compañeros/as,  han quedado en libertad con cargos después de negarse a declarar ante la Policía y pasar más de cuatro horas en las dependencias de la Brigada de Información situada en el madrileño barrio de Moratalaz.

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Fuente: El Semanal digital