Izquierda Socialista, esa corriente interna supuestamente en el extremo izquierda del PSOE, volvió ayer a ejercer de Pepito Grillo. Lo hizo, al menos de cara a la galería, al difundir un comunicado sobre el conflicto del Sáhara en el que pide mayor contundencia al Gobierno de Zapatero con respecto a la postura de Marruecos.
Pero los que por un lado exigen ahora al partido y al Ejecutivo que condene la “brutal política represiva” marroquí con los saharauis en El Aaiún, votarán el próximo martes lo que diga su partido, cuando el Congreso debata una moción de ERC-IU-ICV que pide también una condena a la actuación del país vecino.
Cada uno en su papel, pero el voto socialista por encima de todo; incluso de las ideas y de los principios. Los tres diputados del PSOE que integran Izquierda Socialista, Juan Antonio Barrio de Penagos, José Antonio Pérez Tapias y Manuel de la Rocha, tienen asumido, a sangre y fuego, que toda discrepancia con la política económica del Gobierno o con los recortes sociales aplicados por Zapatero, no puede salirse de los cauces habituales. O dicho claramente: no puede traspasar la crítica interna y traducirse en un voto diferente al del resto del grupo parlamentario.
“Votaremos disciplinariamente con el resto del grupo”, explica a este diario Barrio de Penagos, uno de los líderes de la corriente y miembro del Comité Federal del PSOE. “No podemos romper la disciplina de voto, pero manifestamos con este comunicado nuestra opinión particular. Es muy difícil hacer lo contrario en un sistema de listas cerradas. Otra cosa es que nuestra opinión discrepante pueda ser escuchada en los órganos internos del partido”.
Democracia sólo en lo abstracto, cinismo en lo concreto; en definitiva, pensar y decir una cosa pero votar otra. Por más que el comunicado de IS exija, textualmente, al PSOE y al Gobierno una condena por “la agresión marroquí al pueblo saharaui”, algo que suscriben también los firmantes de la moción que se debate la próxima semana en la Cámara Baja. Y por si quedaba alguna duda de cómo proceder, el propio portavoz del grupo socialista, José Antonio Alonso, se encargó de recordar ayer mismo a sus compañeros de Izquierda Socialista que deben respetar la disciplina interna.
Desavenencias habituales
No es la primera vez ni será la última que la posición de los tres diputados de IS es algo más que incómoda con respecto a los postulados oficiales del grupo socialista. Desavenencias que en la mayoría de las ocasiones, nunca han hecho que la sangre llegue al río. Salvo en una ocasión, en la censura al Gobierno
por el 'caso David Taguas', el ex director de la oficina económica de Moncloa que pasó de la noche a la mañana al bando de las constructoras como presidente del
lobby Seopan. Solo entonces, Barrio de Penagos rompió la disciplina de voto y fue sancionado por ello por su grupo parlamentario.