¿Qué se puede hacer ahora?

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Lunes, 15 de noviembre de 2010, a las 12:19:59

Opinión

¿Qué se puede hacer ahora?

Por Haddamin Moulud said

Desde luego, no es momento para la guerra.

En estos momentos todos los dedos de la acusación apuntan hacia Marruecos.El mismísimo Consejo de Seguridad abre, este martes, una sesión informativa para saber lo sucedido. Inútil, dirán algunos. Vale. Pero quien está bajo la lupa del Consejo de Seguridad, no es el POLISARIO, sino Marruecos, y eso tiene su coste político.

Es Marruecos quien, por unos hechos ocurridos en un territorio cuya soberanía nadie le reconoce, quien está bajo control en esa sesión informativa.

En estos tiempos, es Marruecos quien amanece despotricando contra los saharauis y se acuesta tirando sapos y culebras sobre España y Argelia. Es Marruecos quien, geográficamente hablando, se enfrenta a problemas serios por los cuatro costados.

Es Marruecos quien ha perdido la batalla de lo que llama “retornados a la madre patria”. Basta leer las acusaciones de la map.ma y demás medios marroquíes contra estos desgraciados. Y, también, basta escuchar las palabras de Gaymula Ubbi (no las de TVE, sino las de TV3) para darse cuenta de que, efectivamente, la maldición de Judas ha caído sobre ella y sus pares.

Ciertamente, los frentes que Marruecos tiene abiertos son tantos que el Sr. Naciri ya no da abasto. Ya no sabe si hablar de Gdeym Izik, El Aaiún, sus muertos, nuestros muertos, las negociaciones, la expulsión de los periodistas o la expulsión de los diputados y eurodiputados, el joven marroquí falsamente abatido por la Policía española en Melilla, Argelia, el POLISARIO, o de los “retornados” a los que, ahora, acusa de haber sido entrenados en Cuba y Argelia para inestabilizar, desde dentro, a Marruecos, etc., etc., etc. Los redactores de la map.ma están haciendo muchas horas extras para cubrir tantos frentes.

En esta situación el reinicio de la guerra, por parte del POLISARIO, es una opción tan mala, para los intereses saharauis, que quien la reclama, indudablemente cegado por el patriotismo, está cayendo en la trampa de Marruecos.

Es más, qué guerra quieren reiniciar los que reclaman la guerra? ¿es que las batallas de Gdeym Izik y El Aaiún no son una auténtica guerra? Y, además, una guerra de las peores para Marruecos, puesto que quien la lleva a cabo, ya no es el POLISARIO, sino esa misma población que Marruecos, una y otra vez, ha querido presentar como una población encantadísima de ser marroquí.

Después de lo dicho y, sobre todo, después de lo sucedido en Gdeym Izik y El Aaiún, debe el POLISARIO hacer algo, debe mover ficha? La respuesta es si.

En primer lugar, el POLISARIO tiene que movilizar su aparato exterior para conseguir que el máximo número posible de Estados condenen este genocidio. Hasta la fecha, sólo Venezuela lo ha condenado. Ni siquiera Argelia, Sudáfrica, Nigeria, Uganda, Timor Leste, Méjico o Austria han condenado los hechos. Y Uld Salek sigue dedicándose, no sabemos muy bien, a qué.

Marruecos no sólo lleva a cabo un genocidio contra un pueblo indefenso, sino que lo hace a oscuras, vetando la presencia de los periodistas y de los observadores extranjeros. Si la diplomacia saharaui no se mueve para conseguir la condena unánime de estos hechos, esa ya no es ninguna diplomacia. Ese es, precisamente, el único gesto que nuestras hermanas y hermanos, de las Zonas Ocupadas, esperan de nosotros. Qué menos que eso.

En segundo lugar, la no inclusión de un mecanismo de protección de los DDHH en las competencias de la MINURSO se ha convertido, a partir de este genocidio, en algo inasumible para el POLISARIO.

El POLISARIO, para aceptar una prórroga más de la MINURSO debe imponer la condición de la incorporación de un mecanismo de supervisión de los DD.HH. Debe transmitir, al Consejo de Seguridad, que después del genocidio perpetrado en las Zonas Ocupadas, bajo el paraguas protector de un bloqueo informativo, el POLISARIO ya no acepta esa misión, sino incorpora un mecanismo de control, vigilancia y protección de los DD.HH.

En tercer lugar, el POLISARIO, debe partirse la crisma para romper el bloqueo informativo. Cada día que pasa sin que la prensa o los observadores extranjeros estén presentes, aumenta el número de saharauis cuya vida corre un serio peligro. Si Marruecos amenaza hasta a los traidores qué será de aquellos sospechosos de no ser entusiastas marroquíes.

Esta necesidad es cuanto más imperiosa cuanto más van escaseando las voces de observadores extranjeros que están en el territorio. Además de los que no han podido entrar, quienes lo han hecho, van saliendo del territorio, atemorizados por el régimen marroquí. Primero fueron los de la Cadena SER, que pudiendo haber aguantado un tiempo más para informar, decidieron dar por concluida su presencia y, este domingo, dos héroes que han tenido en jaque a Marruecos, han abandonado el Sahara Occidental.

Finalmente, cabe constatar que la población saharaui de los Campamentos de Refugiados lleva 30 aguantando el exilio para mantener viva la esperanza de la libertad. Por su parte, la población saharaui de las Zonas Ocupadas acaba de enviar, al exterior, un claro y sangriento mensaje que pulveriza toda ensoñación con el Plan de Autonomía. En efecto, como solución del conflicto, ya no es defendible la idea de la autonomía bajo un régimen que perpetra un genocidio protegido por un cerrojazo informativo. Ni ZP, ni Moratinos, ni Trinidad y, ni siquiera, Bernabé López García se atreven ya a defender esa idea.

Y en medio de ambas poblaciones, nos queda la población saharaui asentada en Europa y, especialmente, en España. Desde este mismo momento, esta población ya puede ir acampando y montando jaimas frente a todas las sedes provinciales del PSOE. La opinión pública, los sindicatos y todos los partidos políticos, excepto el PSOE, condenan el genocidio perpetrado por Marruecos. El editorial del diario El País, lo ha resumido de forma magistral: la actitud del gobierno socialista refleja que es España quien tiene más interés en mantener buena relación con Marruecos. Cuando es evidente que es Marruecos quien tiene que buscar tener buenas relaciones con España.

P.D. La situación es de tal gravedad que, desde las Zonas Ocupadas, está llegando el mensaje de no celebrar, el próximo martes, la festividad de Id Al-Adha. Desde luego que hay que tener una fe a prueba de bombas para, poniéndose en la piel del pariente de esa familia que todos sus miembros han aparecido degollados por Marruecos, no renunciar a la obligación dimanante de la Sunna (no de El Corán) de celebrar el Id Al-Adha.

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