Sahara. Algo más que olvido: traición

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Viernes, 12 de noviembre de 2010, a las 12:46:30

Opinión

Sahara. Algo más que olvido: traición

 “La admisión en territorio forma parte del núcleo duro de la soberanía de un país”. (Ramón Jáuregui) Eso manifestaba el recien estrenado Ministro a la prohibición de Marruecos de que políticos y periodistas españoles entraran a El Aaiún antes del ataque al campamento en fecha reciente. Mientras, se suceden las matanzas, las persecuciones raciales y el silencio y la inacción de toda la clase política española representada en el Parlamento de la Carrera de San Jerónimo.

Pocos recuerdan ya la entrega de la provincia del Sahara a Marruecos y Mauritania, tras los Acuerdos de Madrid de 1975, y la traición -de lo que iba a ser la clase política de la transición- a España.

Pocos recuerdan el apoyo fundamental de Estados Unidos a Marruecos en contra de España en aquellos momentos.
Y pocos recuerdan y saben que España sigue siendo el administrador legal del Sahara Occidental.

Legalmente, un país que es administrador, de lo que las Naciones Unidas considera “territorio no autónomo”, no puede nunca ceder en sus funciones o delegar en otro país la administración del territorio. Este es el caso del Sahara Occidental.

Considerado por Naciones Unidas como uno de los diez y seis territorios no autónomos en proceso de descolonización existentes en el mundo y cuyo administrador legal era y sigue siendo España.

Como decía Santiago Velo en páginas de La Gaceta con la crisis provocada con la huelga de hambre de Aminatu Haidar, “Desde 1975 España habría cometido tres graves errores con el Sahara, al ser su administrador. En primer lugar no defender el territorio lo suficiente y permitir la invasión marroquí con la Marcha Verde. En segundo lugar firmar con Marruecos y Mauritania los acuerdos de Madrid, donde cedía a estos países la administración del territorio, algo completamente ilegal bajo términos estrictamente de legalidad internacional, como reconoció Hans Corell, secretario general de asuntos jurídicos de las Naciones Unidas en 2002. Y el último error ha sido el reciente documento del gobierno Zapatero.”

Algo que confirmaba el profesor de Historia Contemporánea, José Luis Orella, para quién España “ha cometido una grave falta por desentenderse de un territorio del que sigue siendo su administrador, ya que legalmente no puede ceder a otro país esa administración sin el consentimiento del propio territorio en litigio y de las Naciones Unidas. Y eso nunca se ha producido.

Según la ONU seguimos teniendo nuestra responsabilidad y además deberíamos formar a la policía y a las fuerzas armadas saharauis, como hacemos con las afganas o las nicaragüenses, para mantener el orden público y que se pueda llevar a cabo el referéndum autorizado por la ONU.

De similar opinión fue la del fiscal anticorrupción Felipe Briones, quién en unas declaraciones efectuadas afirmó: “España abandona el Sahara cediendo la administración a Marruecos pero, para el Derecho Internacional y para Naciones Unidas, una potencia administradora no puede abandonar unilateralmente sus responsabilidades en el territorio no autónomo. De este modo, el abandono por España del Sahara es nulo y, según Naciones Unidas, España sigue siendo la potencia administradora del Sahara Occidental”.

Que el Polisario reproche que hasta Francia tenga una mejor postura que España, no es de extrañar. El gobierno de Zapatero ha olvidado el mandato de la ONU (que tanto les empalagaba con la cuestión de Irak o la mercenaria guerra de Afganistán), para cuidar y proteger de este genocidio escandaloso en lo que ha sido una provincia de España entregada por una Jefatura de Estado provisional que quiso contentar a muchos para descomponer a la Nación a la que luego felicita por Navidad con gesto impostadamente compungido.

Carlos Martínez-Cava responsable jurídico de AES

Luislexis

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