Dajla en mí

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Miércoles, 10 de noviembre de 2010, a las 17:31:57

Opinión

Dajla en mí

La poesia no sólo se escribe en verso

Lo vivido con intensidad y certeza no muestra dudas, es tan transparente como la sonrisa de un niño saharaui, tan bello como dos ojos negros, duros como el desierto y arenosos como su futuro.

Lo vivido en Dajla en pleno desierto saharaui son momentos que vuelven a vivirse y a sentirse de modo solitario. Con donaires de culpabilidad por no poder actuar ante tanta función, y hacer de mi silencio mi actuación estelar.

De entre dairas, haimas, desierto, desierto y más desierto, surgen grandes cosas, mayores de las que podía yo imaginar.
Gentes recias, de corazón grande y palabra, nada más hace falta.

Parece hasta mentira que surge la miseria al llegar y no al dejar el aqui.

Vuelven los corazones de hojalata, los sables aún calientes y las manos en forma de puño.Vuelven a El Aaiun.

Renegado, llegado de entre personas me encuentro todavía sin una puerta, que más que querer salir es para no dejar entrar a ese puño, para recordarme que ese sueño al lado de mi inversamente proporcional asiente todo lo ocurrido alli.

Así es el Sahara, de un puñado de arena, de unas aguas sumergidas por el olvido del mundo, te enseñan más que mil tizas entre pizarras de consentimiento occidental.

Del olvido de todos nosotros, los que nacimos, los que asentimos y los que aún no eramos ni concebidos, ni conocidos, ni obedecidos por nuestros lideres.

Esos lideres de pies de fango, de una arcilla incapaz de modelar ni una pequeña esperanza para el Pueblo Saharaui.

No pasa ni un día que al menos no tenga un solo fotograma de aquellas gentes, de aquel olor a nada, a silencio...

No pasa ni un día, que quisiera hacer mía alguna lágrima, algún "lo siento" de como no poder hacerlo mejor, pero ya no soy yo, recuerdo mi consentimiento occidental.

Debo ser parte de ese fango, de ese barro que ha sido modelado por aquellos, a los lideres me refiero, que di mi si incondicional, aún sin haber sido concebido.

Debo ser parte de ese olvido, de esa pala llena de arena que entierra las pocas letras de un grito que llega inanimado, y que Argelia y Marruecos se ha encargado de acabar de estrangular, de esa falta de aire, de esa asfixia en forma de campamento.

Debo ser, porque de otra manera...

Dejado Argelia, Dajla, dejado para volver....espero
a otra cosa mariposa...,no?

Quien hubiera encontrado una mariposa entre dunas, entre mujeres de trabajo eterno y de infantes de espalda bañada en sol y sonrisa eterna, eterna...

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Fuente: Oscar Esteban para SaharaLibre.es