Coindicencias con el 91

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Martes, 09 de noviembre de 2010, a las 08:48:15

Opinión

Coindicencias con el 91

por Haddamin Moulud Said

No es usual pero ha sucedido: el telediario del mediodía de TVE1, ha abierto el informativo con la noticia de los enfrentamientos de El Aaiún. Esta noticia ha ido, incluso, antes que la noticia sobre la visita del Papa Benedicto XVI a Barcelona. El dato indefectiblemente cierto en estos enfrentamientos, que ha hecho que la noticia tenga preferencia sobre la visita del Papa, es el cerrojazo informativo que Marruecos ha impuesto en el Sahara Occidental.

El Campamento de la Dignidad que los saharauis habían levantado a las afueras de la, ahora, Ciudad Prohibida de El Aaiún, ha sido arrasado por las fuerzas marroquíes que han empleado tal cantidad de violencia que ni los objetivos de las cámaras de TV lo habrían soportado. De ahí el veto a su acceso.

Desde hace un mes, los saharauis de las Zonas Ocupadas y, especialmente de El Aaiún, en número estimado en 25.000, habían conseguido levantar una ciudad de tela dotada de servicios de seguridad, higiene, negociación, prensa, transporte y sanidad. Los periodistas que han podido acceder, y a los que Fasi-Fihri ha recordado lo indecoroso de su conducta al vestirse como mujeres saharauis para conseguir acceder al lugar sin ser descubiertos por la policía marroquí, tales periodistas, han confirmado y corroborado el alto grado de organización, libertad y seguridad que se respiraba dentro del Campamento, además, por supuesto, de las enormes carencias derivadas del bloqueo impuesto por Majeinzu.

En un principio, Majeinzu, había querido beneficiarse de dicho Campamento intentando presentarlo como símbolo de la imagen de apertura, democracia y respeto a los DD.HH imperantes en Marruecos. Pero el tiempo se le venía encima. No era de recibo que Mohamed VI hiciera su discurso del día 6 de noviembre, teniendo sobre la mesa el expediente del Campamento de la Dignidad con todas sus reivindicaciones, las explícitas y, también, las tácitas.

Tampoco era de recibo que el Campamento se mantuviera impertérrito en la víspera de las negociaciones con el Frente POLISARIO. No era, de hecho, una buena carta de presentación de Marruecos, acudir a Nueva York, con una humareda y una polvareda en Gdeym Izik.

El caso, es que Majeinzu, ha hecho cuanto ha podido para disolver el Campamento. El ministro del interior marroquí, prácticamente, ha pasado a residir en la Ciudad Prohibida. Después de utilizar todos los medios de disuasión a su alcance (léase, jefes tribales, CORCAS, supuestos repartos de parcelas, etc., etc., etc.), pasaron a utilizar la amenaza directa. Ya el domingo, día 7, se respiraba un tenso ambiente y los despachos de noticias del POLSIARIO echaban humos, alertando de la inminencia de una masacre si Marruecos optaba por usar la fuerza bruta para disolver un Campamento con 25.000 civiles desarmados dentro.

De madrugada y ‘con viento de levante’, que dirían otros cronistas, las fuerzas marroquíes empleaban toda la fuerza de la que eran capaces, para arrasar las frágiles jaimas saharauis levantadas sobre la planicie de Gdeym Izik. Los enfrentamientos han sido cruentos a juzgar por los vídeos youtube disponibles en la red. Ya en la Ciudad Prohibida de El Aaiún, las informaciones disponibles hablaban de una auténtica guerra de barricadas entre las fuerzas de Majeinzu y la población saharaui, tanto la procedente de Gdeym Izik como la que se encontraba en la propia ciudad.

La pregunta es porqué Marruecos procede a arrasar el Campamento en la víspera del día 8, día de las negociaciones, y no la víspera del día 6, día del discurso de Mohamed VI?. La respuesta hay que buscarla en el año 1991.

En efecto, en agosto de 1991, cuando ambas partes se disponían a firmar los acuerdos del alto el fuego, Marruecos, sacó sus tropas del muro para bombardear Tifariti, en territorio liberado. Pero apenas unos días, después, terminó estampando su firma en tales acuerdos.

Y ahora, justo unas horas antes del inicio de las negociaciones Marruecos vuelve a sacar los tanques y arrasa el Campamento de Gdeym Izik y la Ciudad Prohibida de El Aaiún. ¿Quiere Marruecos negociar o no lo quiere hacer? ¿Intenta Marruecos, de esta manera, servirle en bandeja al POLISARIO una excusa para que éste rompa las negociaciones antes de iniciarlas?

Ciertamente las similitudes con el pasado describen un patrón de conducta propio de quien padece un grado de nerviosismo que ya no se puede ocultar.

Curiosamente, la ocasión idónea para desmantelar el campamento habría sido la víspera del discurso de Mohamed VI del viernes. Pero no ha sido así. ¿Qué es lo que empuja a Marruecos a consentir el Campamento antes, durante y después del incendiario discurso de Mohamed VI y, en cambio, no soportarlo más, antes, durantes y después de las negociaciones de NY?

Repetimos las coincidencias con las maniobras de 1991 son altamente llamativas y todas apuntan hacia el grado de nerviosismo de Marruecos ante el proceso de negociaciones.

Finalmente, la falta de una política informativa eficaz ante la propia opinión pública saharaui a menudo coloca, al POLISARIO, ante las críticas domésticas que reclaman el cese de las negociaciones y el retorno inmediato a las armas. Se alega que Marruecos sólo se avendría a negociar de buena fe si es bajo el tronar de las armas.
Ciertamente creo que la presión a la que se ve sometido Marruecos, con una ciudad ardiendo y la expulsión continua de periodistas, diputados, etc, es mucho mayor que la eventual presión que se podría ejercer con el uso de las armas.

Haddamin Moulud Said.

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