El Festival de Cine y el Sahara

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Jueves, 23 de septiembre de 2010, a las 19:34:14

Opinión

JOSÉ ÁNGEL ZUAZUA | DELEGADO DEL FESTIVAL DE CINE DEL SAHARA EN SAN SEBASTIÁN.

El pueblo saharaui, como cualquier otro pueblo que ve conculcados sus derechos, y más todavía cuando estos son reconocidos por la ONU, debe contar con el apoyo solidario de todos aquellos que creemos que, aún y a pesar de todo, es posible la acción reparadora de la justicia

Desde su primera edición, el Festival de Cine de San Sebastián ha sido el marco a través del que el Festival de Cine del Sahara, Fisahara, ha buscado una plataforma mediática donde divulgar su existencia, de la misma manera que nuestro festival internacional busca el eco internacional mediante su presencia en otros festivales de renombre y raigambre internacional. No obstante, en la edición de 2008, el comité de dirección del certamen donostiarra tuvo a bien divulgar una nota oficial donde proclamaba su apoyo y ayuda al Festival del Sahara, primer y único Festival de Cine que se celebra en un campo de refugiados.

Y ha sido con ese motivo como, desde entonces, y gracias a la colaboración de Kutxa, el último día del certamen tiene lugar la proyección de las películas no estrenadas en España, que han obtenido premio en la última edición de cada año en el desierto. Todo ello con el fin de dar a conocer no sólo la existencia de dicho certamen y sus circunstancias, sino que también el nivel de sensibilidad con que los habitantes de los campos de refugiados perciben el cine más reciente que se distribuye en los cines españoles y de otros países, que gracias a la generosidad y el compromiso de distribuidores, productores y realizadores, se proyectan a finales de abril en la Wilaya de Dajla.
En esta edición, sin embargo, se producen dos acontecimientos que es preciso destacar. Por una parte la firma, ayer miércoles, día 22, del protocolo de hermanamiento del Festival de Derechos Humanos de San Sebastián con el Fisahara, a cuyo acto asistieron la ministra de cultura de la RASD y el alcalde de Donostia; y de otro, la proyección el pasado fin de semana en la sección Made in Spain, de la película documental 'El Problema: Testimonios del Pueblo Saharaui', que la dirección de nuestro certamen internacional ha tenido el acierto de seleccionar.
Documental dirigido por Jordi Ferrer y Pablo Vidal, que tiene la virtud, como todo buen documental, de mostrar la realidad desde perspectivas objetivas en base a hechos constatables y fuentes documentales serias y fiables. Pacifistas, represaliados, ciudadanos, víctimas de la represión marroquí, periodistas y juristas, nos cuentan su versión de los hechos, acompañados de imágenes obtenidas tanto de diferentes archivos como a través de cámara oculta por las calles del Sahara Occidental ocupado desde 1975 por el reino de Marruecos.
El problema es el eufemismo con el que los ciudadanos saharauis se refieren a vocablos como autodeterminación o Sahara Occidental. Vocablos que en modo alguno osan enunciar, no vaya a ser que lleguen a oídos de cualquiera de las múltiples escuchas mercenarias que pueblan el territorio ocupado.
El problema no es el Sahara, no. El problema es Marruecos. Marruecos y todos los que se han olvidado de sus promesas y han abandonado a compatriotas a su suerte a cambio de no se sabe qué beneficios espurios que esperan, o han conseguido, obtener.
Compatriotas españoles, como muy bien dice Javier Nart, que en la época de abandono por parte del gobierno español, formaban parte de pleno derecho de la 53 provincia española. Compatriotas, vocablo como tanto les gusta enunciar a los amantes de la integridad de la patria, abandonados a su suerte no sólo por aquellos gobernantes, sino por los sucesivos gobiernos que nos han y nos vienen gobernando, a los que se les olvidó y se les olvida, de forma sospechosamente amnésica, que compatriotas suyos vivan recluidos en campos de refugiados o sometidos a la dictadura y represión de un país extranjero.
Gobiernos, que como el actual del PSOE, no tienen ningún prejuicio en pretender aludir a la legalidad internacional para no reconocer contra viento y marea la independencia de Kosovo, pero renuncian a defender la legalidad internacional cuando se trata de la ocupación ilegítima e ilegal del Sahara por Marruecos. El pueblo saharaui, como cualquier otro pueblo que ve conculcados sus derechos, y más todavía cuando estos son reconocidos por la ONU, debe contar con el apoyo solidario de todos aquellos que creemos que, aún y a pesar de todo, es posible la acción reparadora de la justicia.
Ello nos debe obligar a todos los que pensamos que ésta es posible, todavía, a meditar claramente a quién debemos depositar nuestro voto en las próximas elecciones generales. Y a los dubitativos, y a todos en general, les recomendamos vivamente que asistan a la proyección de la película que el próximo sábado, día 25, tendrá lugar en la sala Kutxa, con el fin de visionar, no sólo una buena película, sino de aproximarse a una realidad que demasiadas fuentes oficiales tratan de tergiversar.

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Fuente: diariovasco.com