Según señalan en un comunicado conjunto SOS Racismo y el grupo de apoyo a los presos Salhaketa, Abdel Karin el Ddah llegó a Vitoria, donde se vio implicado en una pelea, tras pasar una temporada en Canarias. Fue detenido y juzgado en octubre por el Juzgado de lo Penal número 2 de la capital alavesa. El 30 de noviembre de 2005 fue ingresado en régimen de prisión provisional a la cárcel de Nanclares de Oca y, en junio, trasladado a Martutene.

El joven había tratado de autolesionarse hasta en cuatro ocasiones, según el comunicado, y como confirmó a este periódico el capellán de la cárcel, Luis Miguel Medina, se le había aplicado el Programa de Prevención de Suicidios (PPS).

Por otro lado, había solicitado, acogiéndose al artículo 89 del Código Penal, la conmutación de su pena por la expulsión del Estado español. Sin embargo, como denuncian desde Salhaketa, crítica a la que también se unió ayer el responsable de ELA-Prisones Javier del Moral, la demora de la tramitación del expediente hizo mella en su salud mental.

Así, según señalaron fuentes de Instituciones Penitenciarias, un funcionario encontró su cuerpo colgado con un trozo de sábana en unos barrotes, mientras su compañero de celda, de origen marroquí, permanecía dormido en el interior.

La noticia fue recibida tanto por el personal sanitario del centro penitenciario como por los propios reclusos con "sorpresa", porque según explicó el capellán de Martutene hacía apenas una semana y media que el joven había recibido los papeles para su repatriación. "Tenía problemas psicológicos muy serios, pero también sabía que ahora que había conseguido la documentación el proceso se agilizaría. La verdad es que todos nos hemos quedado muy afectados", señaló Medina, quien relató que se han puesto en contacto con un primo del fallecido que reside en Málaga para proceder a la repatriación del cuerpo a su ciudad natal, Laayoune (Sáhara Occidental).

revisión del sistema La tercera muerte de este año en el centro penitenciario donostiarra ha sido acogida por colectivos y sindicatos con gran preocupación.

Desde Salhaketa y SOS Racismo, denuncian que la historia de Karim es una "nueva crónica de muerte anunciada", puesto que desde SOS Racismo ya habían enviado dos escritos a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias y a Martutene en los que pedían la excarcelación del joven por su delicado estado de salud y ante la imposibilidad de poder ser expulsado en un plazo corto de tiempo. Asimismo, Del Moral denunció la falta de medios materiales y humanos de la prisión de Martutene para hacer frente a situaciones como la de Karim.

Por su parte, el diputado del PNV Emilio Olabarria anunció ayer que su grupo parlamentario ha pedido una comparecencia urgente en el Congreso de la directora de Instituciones Penitenciarias para que explique las circunstancias de la muerte. EB también se hizo eco de la noticia y denunció el estado de deterioro y abandono de dicha prisión.