EL PODER DE MARRUECOS EN LA JUSTICIA ESPAÑOLA

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Lunes, 07 de junio de 2010, a las 20:08:15

Opinión

Enhorabuena a José Luis Gutiérrez al que el Tribunal de Estrasburgo ha reconocido haber sido víctima de la Justicia española que vulneró el derecho a la libertad de expresión con tal de condenarle por publicar un artículo en el difunto Diario 16 que no le gustó al entonces rey de Marruecos Hassán II. Enhorabuena por haber ganado y, sobre todo, por no haberse dado por vencido mientras el resto de la profesión sabía y callaba.

José Luis Gutiérrez, más conocido en la profesión como El Guti y que ahora firma columnas de opinión en El Mundo como Erasmo, era entonces director de este periódico y su pesadilla comenzó con la publicación de un artículo sobre la interceptación en Algeciras (Cádiz) de 4.638 kilos de hachís en el falso fondo de un camión procedente de Marruecos. Su perdición fue dar el dato de que el vehículo con la droga transportaba oficialmente fruta de Domaines Royaux, una empresa de la familia real alauita. El rey Hassán, papá de Mohamed VI, presentó una demanda por vulneración del derecho al honor en un juzgado de Madrid y, desde entonces, el periodista se vio capultado a una "persecución política, judicial y económica" (son sus palabras) de la que no ha salido hasta ahora. Ni la Audiencia Provincial de Madrid, ni el Tribunal Supremo, ni el Tribunal Constitucional a los que el Guti recurrió cuestionaron jamás que su información hubiese faltado a la veracidad. A los magistrados sólo les importó salvar el honor de la casa alauita y, sobre todo, que quedase claro al Guti y al resto de la profesión periodística que en España hay cosas que no se tocan.En la contraportada del libro (el de la foto) que publicó sobre su odisea judicial, Gutiérrez recuerda que para condenarle y contentar al tirano alauita, el magistrado del Supremo Clemente Auger, muy amigo de Felipe González, recurrió a una ley de la dictadura de Francisco Franco. (Auger es el juez con el que Felipe González estaba conversando cuando le pillaron a micrófono abierto al líder socialista echándole la bronca del “Pero ¿es que nadie le va a decir a los Jueces lo que tienen que hacer?Ahora el tribunal de Estrasburgo les saca los colores a todos esos jueces más preocupados por quedar bien con el poder y los amigos que con la Diosa de la Justicia para recordarles que, ni siquiera el honor de un sultán marroquí, puede estar por encima de la sagrada libertad de expresión. Pero al final la moraleja es evidente: hay que ver lo que consiguen mandar en España los sultanes alauitas en la justicia, en la prensa, en los partidos; hay que ver que cosas raras pasan en la Justicia española cuando se toca el palo marroquí...

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Fuente: Ana Camacho