Redacción Valencia 05/04/2010

Dieciséis días después, empeora la situación de los 19 presos políticos saharauis en huelga de hambre en la cárcel de Tiznit, al sur de Marruecos.

SaharaLibre.es ha conversado con uno de ellos, Salmi Mohamed, quién nos relata su situación y la de sus compañeros. Europa mira para otro lado.

En conversación telefónica con SaharaLibre.es, el preso político saharaui Salmi Mohamed, con voz pausada y apenas audible, habla desde la celda que comparte con otros diecinueve presos políticos saharauis en la cárcel de Tiznit, cerca de Agadir, al sur de Marruecos. “Estamos los diecinueve hacinados en una minúscula celda –cuenta Mohamed- es decir, todos los que estamos en huelga de hambre” y añade: “tenemos serios problemas a la hora de dormir”. Salmi afirma que los desmayos entre sus compañeros son incesantes y que la atención médica es escasa. “Llevamos dos días sin ver el médico –asegura- y la situación de algunos compañeros es realmente alarmante, su estado es débil y se desmayan con frecuencia. Estamos preocupados –añade- sobre todo por aquellos que sufrían secuelas de huelgas anteriores”. En este sentido, pone como ejemplo a su compañero Hassan Mohamed Lehsan, que “lleva cuatro días vomitando sangre sin ser tratado por el servicio sanitaria de la administración carcelaria” se lamenta. “Esperar que una atención adecuada es inútil”, asegura sentencioso.

Preguntado por SaharaLibre.es sobre su situación personal, Mohamed cuenta que en los días que lleva en huelga de hambre ha perdido cuatro kilos. Asimismo, recuerda que la  llevan acabo “en solidaridad con todos los presos políticos saharauis en huelga de hambre que se encuentran en otras cárceles, especialmente con los seis en la cárcel de Salé”. Se refiere Mohamed, como es sabido, al grupo de los seis activistas detenidos el pasado octubre en Casablanca a su regreso de los Campamentos de Refugiados Saharauis.

“Necesitamos que se sepa nuestra situación –clama con desesperación-, los medios de comunicación extranjeros deben denunciar lo que sucede, se trata de una catástrofe humanitaria, no se puede consentir esta clase de genocidio” y denuncia lo que considera una “complicidad inmoral europea” que, a juicio de Mohamed, “es lamentable e incomprensible que desde la cuna de la democracia mundial se le otorga el privilegio a Marruecos para actuar de esta forma con el pueblo saharaui” e insiste en que todos están encarcelados por defender el derecho a la autodeterminación e independencia del Sahara Occidental. “El mundo tiene que saber lo que ocurre aquí”, agrega Salmi.

Al cabo de diez minutos de conversación, Mohamed dice que no puede continuar, que tal vez otro día, que sus fuerzas no le permiten mantener una conversación que requiere un esfuerzo como era el caso.