FRACASARON CON AMINETU, ¿LES TOCA AHORA A LOS NIÑOS SAHARAUIS?

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Lunes, 29 de marzo de 2010, a las 02:28:36

Editorial

FRACASARON CON AMINETU, ¿LES TOCA AHORA A LOS NIÑOS SAHARAUIS?

Si la directiva Schengen no es capaz de contemplar la llegada, a un país de la zona, de niños procedentes de un campamento de refugiados,..., sería para avergonzarse de que España esté incluida en semejante zona de exclusión.

El Ministro Moratinos sigue pisando charcos; el problema es que ya no solo los pisa, el problema ahora es que cuando el responsable de Exteriores del Gobierno de España ve un charco, se tira de cabeza a él, lo que le puede terminar originando serios dolores de cabeza.

En la segunda semana de marzo Miguel Ángel Moratinos compareció, a petición propia, ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de Diputados, para informar sobre la posición del Gobierno sobre el Sáhara Occidental. En esta comparecencia anunció la posible existencia de “dificultades” para que los niños saharauis puedan venir a España dentro del proyecto, que se realiza todos los años, de Vacaciones en Paz.

Pero veamos algunas de las intervenciones que se produjeron en esta comparecencia, para intentar realizar algún pequeño análisis de su contenido más resaltable:

El Ministro empezó con un discurso, “escrito”, sobre los distintos acontecimientos, actuaciones y reuniones mantenidas, desde su última comparecencia ante esta Comisión, el 17 de diciembre de 2009, el mismo día que Aminetu Haidar consigue regresar a El Aaiún, según dijo, “tras intensas negociaciones con las autoridades marroquíes”.

En su discurso “leído”, resaltó dos aspectos:

1.- “En cuanto a la línea política, el total apoyo de España a los esfuerzos que está llevando a cabo el embajador Ross para llegar a una solución justa, duradera y mutuamente aceptable, que respete el derecho a la autodeterminación del Pueblo Saharaui”.

2.- “Hemos vuelto a demostrar que el Sáhara Occidental constituye una de las prioridades en la política exterior de España”.

Hasta que terminó su discurso leído, medido y estudiado, todo fue bien. Incluso dio la sensación, probablemente verdadera, de haber realizado un arduo trabajo en sus distintas reuniones y comunicaciones con los estados de la región y con las partes, Marruecos (Cumbre de Granada y visita a Rabat en febrero de 2010), Frente Polisario (Cumbre de la Unión Africana en Adis Abeba) y Argelia (Reunión de Alto Nivel en enero de 2010), contactos con países amigos, Francia y Estados Unidos, y contacto permanente con el representante del Secretario General de la ONU.

Terminada la exposición inicial se abrió un debate con la intervención de los grupos políticos. Entre ellos:

Gaspar Llamazares, por Izquierda Unida, recordó que Zapatero dijo, al inicio de su primer mandato, “que solucionaría el conflicto del Sáhara en seis meses, y lleva seis años y estamos tan lejos de la solución como al principio”. Acusó de hipocresía al Gobierno por “aprobar una cosa en la Cámara de Diputados y aplicar otra, muy distinta, en el día a día hacia el Sáhara”.

Buena composición del discurso de Llamazares y buena administración de sus argumentos defendiendo los acuerdos del Congreso con respecto a la celebración del referéndum en el Sáhara Occidental, de la defensa de los Derechos Humanos en los territorios ocupados ilegalmente por Marruecos y la supervisión por diputados españoles sobre el terreno. Definió su postura como “no neutral” por sentirse más cerca del débil y amparado por la justicia internacional, en este caso, el Pueblo Saharaui.

Es evidente que la diferencia entre lo que dicen y lo que hacen, en el caso del conflicto saharaui, tendría que estar sometida a permanente revisión por todos los partidos políticos, incluido el del Sr. Llamazares. A modo de ejemplo, cabe recordarle al portavoz de IU la moción que se publicó que se iba a presentar en todos los ayuntamientos de la Comunidad de Madrid para impulsar la creación de la Red Estatal de Municipios por el Reconocimiento de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). La referida moción no se presentó en muchos ayuntamientos, se retiró o se negoció en otros para no dejar en evidencia el sentido del voto de algún partido con el que se comparte gobierno municipal, y si llegó a presentarse y someterse a votación en algún sitio, no se dio la correspondiente publicidad de los resultados obtenidos. Es solo un ejemplo; este comportamiento suele ser generalizado, se decide y se anuncia, y se negocia o se olvida.

Gustavo de Arístegui habló por el Partido Popular defendiendo la “neutralidad activa”, de su partido, en el conflicto del Sáhara Occidental. Dijo que “España tiene que ser un catalizador activo y serio para sacar de la tragedia a esa región”. Le reconoció un mérito a cada una de las partes del conflicto, “el abandono de la violencia” a los saharauis y “el Plan de Autonomía” a Marruecos.

Grandes olvidos en el discurso del portavoz popular, pues, por el contrario a los méritos reconocidos a las partes, olvida el NO abandono de la violencia por parte de Marruecos, sometiendo a los saharauis a un régimen de terror, sufrimiento y represión en los territorios ocupados del Sáhara Occidental. Igualmente olvida que, simultáneamente a la presentación, en la ONU, del Plan de Autonomía propuesto por Marruecos (de dudosa legalidad internacional), el Frente Polisario presentó su propio plan, de acuerdo con la legalidad internacional, que propone la celebración de un referéndum que contemple todas las opciones posibles, incluida la de la independencia, y que sea el Pueblo Saharaui quien decida su futuro.

Al margen de esto, el discurso del representante popular se puede considerar correcto, aunque cuenta con un gran handicap, pues difícilmente es creíble la “neutralidad activa” que pregona, cuando la persona que actúa de portavoz es uno de los condecorados por el rey de Marruecos con la Orden del Wisan Alaui, condecoración que recibió y aceptó de una monarquía, la marroquí, no democrática, medieval y absolutista, poniendo en duda su propia credibilidad. Gustavo de Arístegui declaró, en su momento, sentirse “especialmente honrado de que Mohamed VI le concediese tan alta distinción”.

Elena Valenciano intervino en nombre del Grupo Socialista (PSOE) “leyendo” un discurso en el que dijo que “es el Gobierno español el que está manteniendo viva la cuestión del Sáhara”. También afirmó que “el Gobierno está comprometido con los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental” y apostó por “una solución justa, duradera y mutuamente aceptable que garantice el derecho de libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental”.

No es casualidad que su discurso, junto con el de la primera intervención de Moratinos, fuesen los dos únicos discursos “leídos” de la comparecencia. Eso demuestra una especial preocupación, en el PSOE y en su Gobierno, por medir mucho lo que se dice y, sobre todo lo que se puede interpretar de sus palabras.

No es el único que lo hace, pero es evidente que no se equivocó al decir que el Gobierno español está manteniendo viva la cuestión del Sáhara. Como siga realizando errores y atropellos como el cometido en el caso Aminetu, no solo mantiene viva la cuestión, sino que la sitúa en la primera plana de la prensa nacional e internacional.

A la Sra. Valenciano le ocurre algo parecido a lo que le pasa al Sr. de Arístegui, y que pesa como una losa sobre su credibilidad en el tema del Sáhara Occidental. Aún se recuerda cómo, faltando escasos días para que Christopher Ross, en el ejercicio de las funciones encomendadas por la ONU, visitase la zona por primera vez, intentando conseguir una nueva ronda de negociaciones entre las partes, “de buena fe y sin condiciones previas”, Elena Valenciano corrió a visitar Rabat para dar su apoyo, y el de su partido, a las tesis marroquíes, destapándose con declaraciones como “Saludamos la presentación por Marruecos del plan de autonomía", iniciativa que constituía, según ella, "una hoja de ruta". Esperemos que solo lo sea para ella, pues es inaceptable una hoja de ruta que no cumple con la legalidad internacional y concede a Marruecos unos derechos de soberanía sobre un territorio invadido y ocupado militarmente, que nunca ha sido suyo, no es suyo y nunca lo será, salvo que así lo decidiesen los propios saharauis en un referéndum libre y no amañado en el contenido de la consulta.

Los charcos de Moratinos y los niños saharauis.

Terminada la intervención de los grupos políticos, el Ministro Moratinos pasó a contestar a todos. Al carecer de discurso escrito en estas contestaciones es cuando empezaron a aparecer los referidos charcos, en algunos casos se tiró de cabeza a ellos e incluso, en algún caso, lo hizo con doble tirabuzón.

Moratinos manifestó la coincidencia de las posturas de su Gobierno y el PP en el tema del Sáhara Occidental, dijo haber sólo unas diferencias de “matiz semántico”, pues mientras el PP denomina su postura de “neutralidad activa”, el Gobierno la denomina de “compromiso activo”.

Se refirió a la huelga de hambre llevada a cabo por Aminetu Haidar como “esa situación que perturbó y tensó la posición de las partes y complicó las gestiones del Sr. Ross”, olvidando, por supuesto, su parte de responsabilidad en los hechos que ocasionaron la referida huelga de hambre.

Se quejó de la prensa, pues no comprendía cómo, con las muchas cosas importantes tratadas en la Conferencia UE-Marruecos de Granada, solo se hicieron eco del toque de atención dado a Marruecos por el Presidente Permanente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, pidiendo avances en materia de Derechos Humanos en el Sáhara Occidental.

Queriendo replicar al Sr. Llamazares y coincidir con el Sr. de Arístegui dijo “Hay que pedir respeto a los Derechos Humanos en el Magred, y también en la situación en los Campamentos, porque vamos a tener también dificultades en algún momento, de cómo poder ayudar a los niños saharauis”.

Pidió ayuda a todos los grupos políticos porque “según la nueva directiva Schengen, necesitan ahora pasaportes individuales los niños saharauis, y las autoridades argelinas no nos dan pasaportes individuales, lo dan colectivo. ¿Qué hacemos? ¿No aplicar la normativa europea? O decir a nuestros amigos argelinos que faciliten, que den pasaportes individuales a los niños que vienen aquí a disfrutar de sus vacaciones”. Y terminó diciendo “todos tenemos que hacer un esfuerzo y, por tanto, todos tiene que recibir el mismo mensaje”.

No deja de parecer curioso que cuando se conculcaron los derechos de Aminetu Haidar, en el aeropuerto de Lanzarote, obligándola, contra su voluntad, a descender del avión que la expulsaba de su tierra y haciéndola entrar en territorio español, contra su voluntad y sin pasaporte, se argumentaron por parte de Moratinos razones humanitarias.

Ahora, no le debe parecer al mismo Ministro muy humanitario dar acogida durante un par de meses a cerca de 10.000 niños saharauis que, entre otras razones, vienen a España a pasar reconocimiento médico y a huir de las extremas condiciones a las que les somete la hamada argelina en esos dos meses de verano, y todo ello, viniendo como lo hacen, con su documento de identificación saharaui y su pasaporte colectivo argelino.

Ahora se les quiere aplicar, a los niños saharauis, una directiva diseñada contra la delincuencia internacional, contra el narcotráfico, contra las amenaza para el orden público o contra la seguridad nacional de los países del espacio Schengen. ¿Tiene esto algún sentido? ¿No es una auténtica barbaridad?

Si la directiva Schengen no es capaz de contemplar la llegada a un país de la zona de niños procedentes de un campamento de refugiados, niños de 7 a 12 años, niños con grandes carencias alimentarias y sanitarias, niños que tienen perfectamente asegurada su subsistencia, en el viaje a España, porque hay cientos de asociaciones y muchos miles de familias que le dan cobertura a su acogida,…, si no contempla esto, sería para avergonzarse de que España esté incluida en semejante zona de exclusión.

Aparentemente todo se solucionaría con que Argelia, país en cuya hamada se encuentran los Campamentos de Refugiados Saharauis, dotase de un pasaporte individual a cada uno de los 10.000 niños que viajan en Vacaciones en Paz. Esa es la propuesta de nuestro Ministro de Exteriores, y curiosamente también Ministro de Cooperación.

Con esta propuesta, aparentemente sencilla desde nuestra visión de un país desarrollado del primer mundo, Moratinos demuestra, en el mejor de los casos, un total desconocimiento de la dura vida en un campamento de refugiados, desconoce la organización de un proyecto de la envergadura de Vacaciones en Paz y desconoce las limitaciones, en cuanto a medios técnicos, a las que están sometidos los saharauis, en su día a día, en la hamada argelina.

Procedimiento

Aquí en España, cuando queremos sacar un pasaporte a uno de nuestros hijos menores, pedimos una cita previa (por teléfono o internet), solicitamos un certificado de nacimiento y asistimos a la cita con el niño, una foto, el libro de familia y el resguardo de solicitud del certificado. El menor saldrá con el pasaporte después de estar unos minutos en la comisaría donde haya preferido establecer la cita.   

Allí en los Campamentos, un pequeño grupo de jóvenes saharauis, voluntarios de cada una de las wilayas, se presentan con una máquina de fotos en todas las madrazas (escuelas donde los niños cursan los estudios primarios). Los maestros ya tienen ordenados a los niños por: repetidores (niños mayores de 7 años que ya viajaron en años anteriores y manifiestan su intención de repetir en el destino que tuvieron en el año anterior) y nuevos (niños de 7 años que sortearán su lugar de destino y mayores de 7 años que quieren viajar a un nuevo lugar que también sortearán su destino del viaje).

Los jóvenes voluntarios fotografían al niño. Los maestros dicen el nombre del niño, nombre de su madre, fecha de nacimiento y daira de residencia. Y así, obtienen la foto y los datos ordenadamente de cada uno de los niños.

Un número considerable de niños nomadean por el desierto con sus padres en determinadas épocas del año. Estos niños tendrán que buscar a los voluntarios en semanas posteriores para facilitar su fotografía y sus datos personales.

Una vez que todos los niños están fotografiados y documentados organizan listados por grupos de 25 niños, colocados por orden alfabético; pegan sus fotos en los listados en el mismo orden y pegan las pólizas argelinas correspondientes. A cada grupo de 25 niños le asignan, en el listado, un monitor-acompañante mayor de edad y con pasaporte en vigor.

Toda esta labor se desarrolla a lo largo de los meses de febrero, marzo y abril, mes en el que se entregan los listados a las autoridades argelinas. En mayo, los funcionarios de la circunscripción administrativa argelina de Tindouf devuelven los listados con el sello que los convierte en pasaporte colectivo oficial. En ese momento se envían los pasaportes colectivos a la Embajada saharaui en Argel que los entrega en el Consulado español en Argel, cuya Encargada de Asuntos Consulares le coloca un segundo sello y firma, con el visado para viajar, por un periodo de tiempo inferior a tres meses, a los estados Schengen.

Desde mediados de junio, y hasta mediados de julio, cerca de 10.000 niños saharauis empiezan a viajar a sus distintos destinos, es decir, en el caso de España, y en función del número de familias de acogida, a cada comunidad autónoma, a la que se le asigna un determinado número de grupos de 25 niños, cada uno de ellos acompañado por un monitor-acompañante. Justo a los dos meses de su llegada, los niños regresan a los Campamentos de Tindouf después de pasar ese periodo de tiempo, en régimen de acogida, con familias españolas.

Pensar que los niños saharauis se pueden someter a un procedimiento de obtención de pasaporte argelino individual similar al procedimiento español es, cuanto menos, desconocer la realidad de los Campamentos y la realidad administrativa del país que les da cobijo a los saharauis. Argelia ni siquiera tiene desarrollados estos procedimientos para sus propios ciudadanos, mucho menos para los ciudadanos de otro país, la República Árabe Saharaui Democrática, que aun viviendo en el destierro de la hamada de Agelia, son ciudadanos de otro país que ellos sí reconocen.

Obligar a que los niños saharauis, para poder visitar nuestro país este verano, tengan que tener un pasaporte individual argelino, conociendo las limitaciones administrativas de Argelia y de los saharauis, y las circunstancias que concurren en la vida en los Campamentos de Refugiados Saharauis, sería interpretado por el movimiento solidario de apoyo al Pueblo Saharaui como un acto de mala fe. Desde ese punto de vista sería mejor para todos que la imposición se debiese al desconocimiento y no a una nueva estrategia de presión a los saharauis.

Moratinos insiste

Posteriormente a su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Exteriores, el día 24 de marzo, en una sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, el diputado Esteban Bravo, del PNV, le hace las siguientes preguntas al Ministro Moratinos con respecto al tema de los pasaportes para los niños saharauis: “¿Piensa adoptar o ha adoptado alguna medida para intentar solucionar el problema? ¿Considera que sería resoluble? ¿Piensa hacerlo utilizando la presidencia rotatoria para gestionar este caso dentro de la directiva Schengen? ¿Piensa hacer gestiones ante las autoridades argelinas, o algún otro tipo de gestión?

Moratinos le contesta que la aplicación de la directiva Schengen, a partir del próximo 5 de abril, “suprime la posibilidad de que los visados de estancia sean colectivos, y ello hace, garantizar la seguridad de todos y cada uno de los niños que pretenda visitar España”... “Dijimos ya a las autoridades argelinas que tampoco era tan complicado buscar visados individuales”... “Lo que estamos haciendo, nuestra embajada y las autoridades, tanto aquí en Madrid, como en Argel, están trabajando para explicar a las autoridades argelinas que faciliten la concesión de visados individuales. Creo que es normal, no es tan complicado, se trata de un mayor esfuerzo burocrático por parte de las autoridades argelinas, pero creo que todos, con la ayuda de todos, conseguiremos facilitar la llegada de los niños saharauis a España”

El diputado del PNV insiste, y le dice que se niega a pensar que “el derecho sea tan rígido en el ámbito de la UE, que no permita contemplar casos tan excepcionales como este, de larga tradición y de ámbito claramente humanitario, desde luego, los niños saharauis no pueden ser víctimas de políticas de inmigración y seguridad”, le pide que utilice la posición favorable de la presidencia rotatoria de la UE y sus relaciones con el Gobierno argelino para remover estos obstáculos. Y termina diciendo que “sería incompresible que bajo presidencia española, Europa le negase la entrada a los niños saharauis”

Moratinos le contesta: “No ponga la carga de la prueba en el Gobierno español. El Gobierno va a hacer todo lo necesario para facilitar la llegada, pongamos la carga en quien tiene la responsabilidad de documentar a estos niños, creo que no es difícil, en el siglo XXI, dar un pasaporte individual. Son 9000 pasaportes individuales. Por tanto, cuando defendemos los Derechos Humanos, los niños también tienen derechos, y los niños tiene derecho a un pasaporte para poder viajar a disfrutar de esos campamentos de la paz en España”.

Está claro que Moratinos no se entera o no quiere enterarse; siempre es mas fácil escurrir el bulto y echar la culpa a otro. Está claro que el Ministro no piensa hacer nada que no sea obligar a Argelia a hacer algo que nunca hizo y que existen muchas dudas de tenga la posibilidad de hacer con miles de niños que no viven en Madrid, Barcelona o cualquier otra ciudad española, sino que viven en mitad de una zona desértica donde el siglo XXI que refiere Moratinos, por desgracia para ellos, está por llegar. Está claro que puede que los niños no puedan disponer del pasaporte individual requerido por la nueva directiva y exigido por el Ministro, en el caso de los niños nómadas está meridianamente claro. Y en esos casos, Sr. Moratinos, ¿no tendrán los niños también derecho a disfrutar de sus Vacaciones en Paz?

El Ministro de Exteriores español va camino de cometer otro error, como cometió con el caso de Aminetu, por no prever las consecuencias de cargarse el proyecto solidario más importante de los que se desarrollan en España. El movimiento solidario con el Pueblo Saharaui, en su caso, no permanecerá impasible como seguramente pensará Moratinos, de ahí su nuevo error.

Para terminar, es posible que digamos una evidencia, pero no por ello vamos a dejar de ponerla de manifiesto. En SáharaLibre.es, tampoco somos neutrales, aunque nada nos une a IU, ni a ningún otro partido político. Al equipo de SáharaLibre.es nos enorgullece estar siempre con el Pueblo Saharaui oprimido, no con el opresor; estaremos siempre con el torturado, nunca con el torturador; estaremos con el invadido, no con el invasor; estaremos con los presos políticos saharauis, nunca con sus carceleros; estaremos siempre con la defensa de los Derechos Humanos, nunca con quien los atropella; estaremos siempre por la libertad para el Pueblo Saharaui, nunca con quien trata de someterlos a una monarquía medieval, absolutista y dictatorial... Sr. Moratinos, ¿puede usted decir lo mismo?

SáharaLibre.es, 29 de marzo de 2010

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