La revista marroquí "Le Journal" cerrada por el Gobierno continúa su cruzada

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Miércoles, 24 de marzo de 2010, a las 20:18:01

Marruecos

El editor marroquí de la publicación semanal Le Journal, Aboubakr Jamai, vive ahora en España. El Gobierno de su país le obligó al cierre de la publicación hace medio año aduciendo el impago de varios impuestos y deudas judiciales. Pero Jamai insiste en que no es más que una artimaña utilizada para cerrar una publicación crítica con el Ejecutivo marroquí.

Para los agentes de seguridad que venían a clausurar el semanario marroquí Le Journal se trataba aparentemente de una quiebra. La revista disidente tiene 370.000 euros de deudas e impuestos atrasados por lo que un juez ordenó la confiscación de todos sus activos.

Sin embargo, el editor de Le Journal, Aboubakr Jamai, describe el cierre de la publicación, ocurrido el 27 de enero, de otra manera. Fue una “ejecución”, afirma.

Desde su fundación en Casablanca en 1997, Le Journal ha sido un crítico implacable del gobierno marroquí y de la monarquía gobernante y no ha dudado en explorar ‘territorio peligroso’. Todo ello en un país donde los periodistas que no están de acuerdo con los poderosos a menudo acaban tras las rejas.

Los responsables de Le Journal argumentan que el gobierno marroquí realizó un boicot publicitario y un juicio exprés para silenciar la publicación. Las autoridades insisten en que el cierre no tiene ninguna conexión con la línea editorial de Le Journal. Los observadores, tanto en Marruecos como en el extranjero, han condenado lo sucedido y lo interpretan como una prueba más del asedio a la libertad de prensa en el país.

Le Journal se ganó el antagonismo de las autoridades marroquíes desde su inicio. En 1999, una entrevista al disidente –y exiliado- Abraham Serfaty y su mujer hizo que las imprentas locales se negaran trabajar con la revista. Le Journal decidió imprimir en Francia y enviar la publicación por avión, con el consiguiente coste económico.

En el año 2000, las autoridades se incautaron una edición completa en el aeropuerto. Pocos temas del periodismo marroquí provocan tanta polémica como la anexión del Sahara Occidental y la lucha del Frente Polisario por la independencia de ese territorio. En la edición incautada, Le Journal ofrecía una entrevista con el líder del Polisario Mohamed Abdelaziz y su fotografía en la portada.

Un año después, Le Journal acusó al ministro de Asuntos Exteriores, Mohamed Benaissa, de malversar millones de dólares a través de la venta de una residencia para la embajada marroquí en Washington, EEUU. El ministro presentó una demanda por difamación. Un juez sentenció a Jamai y a uno de sus accionistas Ali Amar a pagar 66.550 euros en daños y perjuicios.

En 2006, otro juicio por difamación acabó haciendo un enorme daño a la publicación. Un tribunal marroquí dictaminó que Le Journal debía pagar 258.000 euros por daños y perjuicios a favor de Claude Moniquet. Este ciudadano francés acusó a la revista de difamación por cuestionar la independencia de su centro de estudios en Bruselas, el European Strategic Intelligence and Security Center.

La publicación argumenta que las autoridades marroquíes entregaron información al equipo de Moniquet para que éste elaborara un informe en el que se hacía eco [de la opinión marroquí] de que los insurgentes del Sahara Occidental representaban una amenaza para la estabilidad regional.

En 2007, mientras la policía judicial se preparaba para confiscar sus activos, Jamai se trasladó a EEUU con su mujer y sus dos hijos. El juicio contra la revista quedó en el limbo. Pero en 2009, Jamai regresó a Marruecos y volvió a editar Le Journal. “No hicieron nada durante dos años y medio y después el tribunal se acordó de mí”, reflexiona Jamai.

A finales de septiembre, el alto tribunal de Marruecos confirmó la sentencia que les obligaba a pagar 258.000 euros. El 25 de enero, un juez emitió una orden final para confiscar los activos de la empresa holding de Le Journal para pagar cientos de miles de euros en impuestos atrasados, préstamos bancarios y otras deudas derivadas de varios juicios.

Dos días después, llegaron los alguaciles a las oficinas de Casablanca, se incautaron de los escritorios y ordenadores y cambiaron las cerraduras.

“Según nuestro abogado, es el proceso de quiebra más rápido que ha visto en su vida”, explica Jamai.

Incluso antes de que el juez dictara sentencia, Le Journal ya tenía los días contados. Después de regresar a Marruecos, Jamai dice que el gobierno presionó a los anunciantes para que boicotearan la publicación. En abril, varias inmobiliarias que históricamente se habían anunciado dejaron de comprar publicidad. “El mes de abril fue un punto de inflexión. Desde entonces, todo fue una misión imposible para nosotros”, dice Jamai.

El ministro de Comunicación, Khalid Naciri, declara que las acciones legales contra Le Journal no tienen nada que ver con la supresión contra la prensa, sino que más bien son la respuesta normal ante la calumnia y el periodismo de mala calidad. Consultado sobre la declaración de Jamai para explicar el final de la revista, Naciri afirma: “Es una mentira grotesca. Este es un asunto puramente comercial. No pagó los impuestos, no pagó sus deudas y se creía que estaba por encima de la ley”.

El Comité de Protección de Periodistas ha criticado extensamente a Marruecos por el creciente número de penas de cárcel y elevadas multas impuestas a los reporteros durante el último tiempo.

El mes pasado, Dayem, director del Comité para Oriente Medio y África del Norte, visitó Casablanca con la intención de realizar una rueda de prensa para criticar el cierre de Le Journal y el retroceso de la libertad de prensa. Dayem declara que se reunió con las autoridades marroquíes quienes le insistieron que la libertad de expresión no tiene ningún problema.

Sin embargo, en el último minuto, afirma que las autoridades le negaron la autorización para realizar la rueda de prensa. El ministro de Comunicación discrepa y sostiene que el grupo simplemente no obtuvo los permisos necesarios e indica que sí pudo hablar directamente con algunos periodistas.

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Fuente: LaInformacion.com