Caravana de sal
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Jueves, 07 de diciembre de 2006, a las 19:42:18
***** Lecturas recomendadas
Acusemos a los culpables de tanto dolor y tanta injusticia.
En cualquier código penal del Mundo, de las desgracias que puedan ocurrir a una persona secuestrada, no sólo es responsable el secuestrador, sino también los cómplices.
En el caso del Sahara, culpable de todas estas víctimas es Marruecos pero también quienes ayudan activa o pasivamente al secuestro del Sahara
Por mi parte no tengo inconveniente en señalar en este aspecto a personas como Felipe González, JL Rodríguez Zapatero, Moratinos, Jerónimo Saavedra, Kofi Anaan, Pérez de Cuellar, Butros Ghali, etc.etc. No acaba aquí la lista, sin duda la gente irá añadiendo nombres y razones para figurar con mayor o menor responsabilidad como cómplices en los sufrimientos del Pueblo Saharui
Era joven .Quería vivir
en libertad
en libertad
Garra luchadora
desplegó alas de gaviota
y se echó a la mar
desplegó alas de gaviota
y se echó a la mar
Pero él no quería morir
Él quería luchar
Es difícil el camino
¡Que más da!
¡Que más da!
Llanto y melfas la salida
Triste adiós la despedida
Se niega a volver atrás
Las secas huellas se han perdido
Atrás quedó la arena amiga
Delante el mar desconocido
No es siroco ese viento frío
Ni el desierto azul es tu desierto
Ni las dunas son dunas
Que son olas
Ni las dunas son dunas
Que son olas
Y las olas son traidoras
No lucen las estrellas
van pasando las horas
ya pierden la cuenta de ellas
También ha muerto la luna
Todo es furia y viento
Está de luto el firmamento
Sólo se ve la espuma
Marionetas que alucinan
de blancuzcos huesos
Cráneos sin sesos
Cuencas vacías
sin ojos les miran
testigos de su agonía
Cuencas vacías
sin ojos les miran
testigos de su agonía
Y la muerte reparte besos
al fin de la travesía
En el espejo de sus manos
Exhalan los rezos su aliento
La vida del sahariano
Escapa entre sus dedos
Exhalan los rezos su aliento
La vida del sahariano
Escapa entre sus dedos
Caravana de sal
sin sol, sólo sed y soledad
Por un Sáhara en paz
Por una paz en libertad
Treinta mortajas azules en el mar
Al Aaiun le han cegado el manantial
Secas están las fuentes de la ciudad.
Javier
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