Fuente: Liberte-Algerie

Original en francés, traducción de SaharaLibre.es

Ante la presión internacional, resultante de las sesiones de la comisión de descolonización de Naciones Unidas con un marcado apoyo a la auto-determinación del pueblo saharaui, y las frecuentes violaciones de derechos humanos en el Sahara Occidental, el monarca marroquí no ha tenido mejor que hacer que hacer un llamamiento al "su" parlamento para defender la "marroquineidad" del Sahara occidental.

En un discurso pronunciado el viernes pasado con ocasión del inicio del nuevo año legislativo ante las dos cámaras del parlamento reunidas en Rabat, el rey Mohamed VI hizo un llamamiento a los parlamentarios para que continúen defendiendo la "marroquineidad" del Sahara Occidental por medio de acciones "decisivas y eficientes" (quizás se refiera a contundentes y sobre los ciudadanos de los territorios ocupados).

Es la primera vez por parte de un rey de Marruecos, que aparece bajo presión debido a la evolución del asunto del Sahara en la escena internacional. De hecho, parece que hay vientos de pánico en el Majzem, que no sabe a quién recurrir para hacer frente al creciente apoyo internacional a la causa saharaui, como lo indican los numerosos llamamientos  a la descolonización del territorio durante la reunión del la cuarta comisión de la ONU cuyos trabajos finalizaron el viernes

En su discurso ante los diputados, Mohamed VI subrayó que seguirá trabajando por un "Marruecos unido y estable", asegurando: "Encontrareis al primer servidor de Marruecos a la cabeza de aquellos que trabajan en la consolidación de Marruecos, de la unidad, del progreso, de la estabilidad, de la dignidad y de la soberanía plena". En el mismo sentido añadió que "un nuevo Marruecos emerge de esta dinámica audaz de reformas que se han puesto en marcha y sobre la que velamos para asegurar el seguimiento, evaluación y desarrollo necesarios para su finalización".

Estas palabras se repiten en un contexto en el que el conflicto del Sáhara Occidental, ocupa un lugar importante en la escena internacional. La causa saharaui ha recibido un fuerte apoyo durante los trabajos de la Comisión de Descolonización de las Naciones Unidas, de países que tradicionalmente apoyan el derecho de los pueblos a la libre determinación, como Sudáfrica, Cuba y Venezuela, así como de los peticionarios. 

Estos últimos son personas de diferentes nacionalidades que defienden los derechos de los saharauis incluyendo el de la "soberanía permanente de los pueblos sobre sus recursos naturales", como fue planteada por la Sra. Cate Lewis, coordinadora internacional del Western Sahara Resource Watch (WSRW), que incluye a organizaciones de más de 30 países por la defensa contra la explotación ilegal de los recursos naturales saharauis. Esta organización ha pedido a la ONU que actúe para poner fin a la explotación ilegal por Marruecos de los recursos naturales del Sáhara Occidental. Incapaz de defender sus posiciones expansionista ante el Comité de Descolonización de la ONU, Rabat intentó eludir la cuestión ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, tratando de fingir que es un ejemplo en este ámbito. El representante de Marruecos ante este órgano no ha encontrado nada mejor que decir sobre el tema que los derechos humanos son más respetados en el Sáhara Occidental que en Argelia, con el objetivo evidente de desviar la atención sobre Argelia.

Pero en realidad, el Majzen viola los derechos humanos, como lo demuestra la detención de siete militantes de derechos humanos saharauis el jueves por las autoridades marroquíes al bajar del avión en el aeropuerto Casablanca al volver de los campamentos de refugiados saharauis. Sin ningún sentimiento de vergüenza, un juez marroquí justificó la acción por "la visita de estas personas a los campamentos de Tinduf en la que contactaron con las partes hostiles a Marruecos, perjudicando así los intereses superiores de la nación, el fiscal general ordenó una investigación y su detención para ser llevados ante la "justicia". Todo esto demuestra que Rabat está muy lejos de controlar el asunto del Sahara y el pánico a la más mínima presión.