Sáhara tras el muro

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Jueves, 16 de abril de 2009, a las 17:31:17

Opinión

Sáhara tras el muro

Fuente: levante-EMV.com

Alfonso Puncel

Existe un muro que el mundo silencia, un muro de vergüenza que no ha conseguido someter a un pueblo que reivindicar vivir en paz en su propia tierra. El muro que construyó la monarquía marroquí en un territorio ocupado que mantiene a base de la sangre de los saharauis y del pueblo marroquí con el beneplácito de la comunidad internacional y el Gobierno español.
Las responsabilidades de que el pueblo saharaui lleve treinta y tres años exiliado en unos campamentos al sur de Argelia, sobreviviendo gracias a su dignidad y la escasa ayuda internacional que les llega, está repartida a partes iguales entre la misión de las Naciones Unidas, la monarquía marroquí y el Gobierno español.
España como potencia descolonizadora tiene una responsabilidad pero ha renunciado sistemáticamente a comprometerse en una solución definitiva del conflicto apelando a su obligación de mantener buenas relaciones con Marruecos.

La Minurso fue desplegada en septiembre de 1991 siguiendo al acuerdo entre el Gobierno de Marruecos y el Frente Polisario para supervisar el alto el fuego, así como para organizar y dirigir un referéndum en el que la gente del Sáhara Occidental tuviera la oportunidad de decidir el futuro estatus del territorio siguiendo la resolución 690 del Consejo de Seguridad el 29 de abril de 1991.
Tras diecisiete años desde la aprobación de la resolución, la monarquía marroquí ha seguido expoliando los recursos naturales del Sáhara Occidental con el beneplácito del Gobierno español, ha torturado a ciudadanos saharauis y ciudadanos marroquíes que se sumaron a la causa comprendiendo que la ocupación es una flagrante violación del derecho internacional al retrasar la aplicación de los acuerdos firmados, el cumplimiento de las fechas para la confirmación de los censos y la celebración del referéndum de autodeterminación.
Pero más allá de estos hechos y de la incomprensible e injustificada actitud del Gobierno español, lo que se siente cuando se convive con los saharauis en los campamentos o en la zona liberada, es que es un pueblo libre, que siente la ausencia de su territorio, que sobrevive gracias al orgullo, la esperanza y la hospitalidad infinita que te ofrecen y que te hace sentir que formas parte de su familia. No eres un invitado, eres su hermano, su hijo, su amigo desde el primer momento.
El pueblo saharaui, desde los veteranos de guerra, que se tragan su miedo y su sufrimiento por las torturas, hasta las nuevas generaciones de saharauis que se preparan profesionalmente en España, Cuba o Argelia, no quiere la guerra, sólo quiere regresar a su tierra para cultivarla, para recuperar sus casas y sus identidades robadas para seguir con sus vidas en paz, una vida que fue interrumpida tras la vergonzante ocupación marroquí e integrarse en la comunidad internacional.
Aunque los saharauis no piden nada y lo dan todo, no podemos dejarles solos. Los campamentos y las poblaciones de la zona liberadas necesitan médicos, medicinas, escuelas, hospitales, infraestructuras, alimentos, proyectos de desarrollo y sobre todo una intervención política por parte de nuestro gobierno que desbloqueé lo antes posible una situación que a pesar de alargarse desde hace tres décadas, no ha sometido la voluntad de este pueblo.
Muchas personas tienen la fuerza y las ganas de seguir luchando, pero no se entendería la firmeza de las convicciones del pueblo saharaui si no se comprende el papel que juegan las mujeres en la sociedad saharaui. Ellas organizan la economía, ellas sostienen activamente la unidad de la cooperación internacional, ellas son el alma y el cuerpo de la sociedad, ellas son el presente y el futuro de la República Árabe Saharaui Democrática, papel que los hombres reconocen y admiran sin disimulos. La capacidad demostrada por las mujeres en los campamentos o en las jaimas del desierto en las regiones liberadas del Sáhara Occidental, es sin dudas la mejor arma de lucha que asegurará el futuro de una sociedad democrática, mayoritariamente musulmana, respetuosa con otras creencias e integrada en los movimientos internacionales de defensa de la tierra.
El pueblo saharaui tras el muro, sus mujeres y sus hombres ya son un pueblo libre, lo único que queda es que Marruecos, la comunidad internacional y el Gobierno español se enteren y actúen en consecuencia.
*Iniciativa del Poble Valencià

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