Fuente:canariasaldia.com

Francisco González Tejera

"Pronto quizá flotemos descuartizados, espumas o restos de árabes extinguidos, quizá nos hundamos en una profundidad, en una cárcel o en unas manos con garras"
Abdelkrim Tabbal

Luchadores/as contra una monarquía dictatorial, que utiliza a los partidos fieles a su rey para mostrar una falsa imagen de democracia, en un país que tortura y reprime salvajemente a los/as saharauis, que encarcela estudiantes, a miembros de los pocos partidos y organizaciones, que no comulgan con una institución monárquica que tiene las manos manchadas de tanta represión a un pueblo inocente.

La reciente visita de una delegación de la izquierda marroquí, organizada por Intersindical Canaria, ha puesto de manifiesto que en este vecino país existen personas muy valientes, que luchan por un mundo mejor, que combaten sin descanso la insensibilidad de los que desde puestos de poder no hacen nada para evitar que miles de personas mueran ahogados/as bajo las olas de nuestro océano, que las pateras sigan saliendo con viajeros/as engañados/as, que ven en televisión lo que les ofrece la Europa enriquecida, la de los Berlusconi y Sarkozy, la que trata de cerrar con directivas de vergüenza la frontera sur con el continente hermano, explotando como mano de obra barata a quienes vienen buscando nuevas ilusiones para ellos/as y sus familias.

Pateras de la Vida, militantes que recorren los zocos y mercados del norte y el sur de Marruecos, mostrando fotos de compatriotas ahogados/as en el mar, la inmunda forma de vida de los/as inmigrantes junto a invernaderos de El Ejido, Tarifa, La Aldea y otros tantos lugares donde todavía existe esa forma de esclavitud basada en aprovecharse de seres que buscan sobrevivir, salir de la miseria realizando trabajos en condiciones infrahumanas. Luchadores/as contra una monarquía dictatorial, que utiliza a los partidos fieles a su rey para mostrar una falsa imagen de democracia, en un país que tortura y reprime salvajemente a los/as saharauis, que encarcela estudiantes, a miembros de los pocos partidos y organizaciones, que no comulgan con una institución monárquica que tiene las manos manchadas de tanta represión a un pueblo inocente.

La sangre derramada de miles de marroquíes y soldados españoles durante la guerra de independencia en Larache y el resto del norte de Marruecos, ha venido a demostrar que se pasó de ser una colonia de una España sanguinaria a una dictadura, encabezada por reyes crueles con su pueblo y con otros pueblos, que como los Amazigh luchan por su identidad, su libertad y su independencia.

En este contexto la izquierda marroquí desarrolla su actividad política, sindical y social en distintos frentes: derechos humanos, feminismo, inmigración, derechos civiles, ecología. Buscando una alternativa para que sus compatriotas más humildes no se metan en la patera, no abandonen un país de inmensa riqueza en recursos naturales, que está en manos de una oligarquía corrupta, una minoría que mata de hambre, que reprime, que persigue a los/as luchadores/as de la libertad y que cuenta con la complicidad de la comunidad internacional y del imperialismo norteamericano.

Una lucha sin cuartel por la devolución histórica de todo lo que les han saqueado desde el mundo enriquecido, contra tanta injusticia, contra el poder y los espías de un servicio secreto marroquí que vigila cualquier movimiento de estos/as militantes heroicos/as, que se movilizan por lograr un Marruecos que llegue algún día a ser democrático y libre, respetuoso con la autodeterminación del hermano pueblo saharaui y valedor de la libertad en un continente africano machacado por las multinacionales del mundo enriquecido, que no cejan en su empeño de esquilmar y seguir matando de hambre a millones de seres humanos.

Sólo me queda desearles lo mejor a estos/as luchadores/as que revolucionan los cimientos de este país, que trasmiten esperanza en cada acción, que sueñan con alcanzar la dignidad de su pueblo y que no se arredran ante tanta represión, cárcel y manipulación. Aquí estaremos en la tierra canaria en la misma lucha solidaria, con las mismas ganas de cambiar el mundo.