Texto integro de la intervención en el ateneo de Madrid, el 12 de diciembre de 2008, pronunciada por el director del Observatorio de Derechos Humanos del Icaba José Manuel de la Fuente Serrano, con ocasión de la concesión al Observatorio del premio de derechos humanos del Consejo General de la Abogacía española 2008.

Excmo. Sr. Presidente, Excmo. Sr. Secretario de Estado de Justicia, Consejeros, premiados, miembros del Observatorio, del Colegio de Abogados de Badajoz, familia, amigos y asistentes, en primer lugar debo felicitar a los premiados, porque sin duda es honroso el premio y merecido, y con la venia, es para mi, para nosotros un profundo, y sincero honor, una plena satisfacción el recibir el premio que nos ha sido concedido por esta institución de la cual formamos parte. Como institución integrada en este Consejo Nacional, es un honor indescriptible, y estamos llenos de agradecimiento por recibir tal distinción de nuestros compañeros, de nuestro Consejo, y además por el reconocimiento del trabajo que hemos venido desempeñando desde el año 2002, hasta el día de hoy. Sr. Presidente en nombre del colectivo de abogados que represento, en nombre de los abogados y colaboradores de nuestro Observatorio, que se han entregado desinteresadamente, muchos de los cuales nos acompañan hoy aquí, gracias, muchas gracias. Las razones últimas y mas profundas del trabajo de los abogados de nuestro observatorio, y de nuestros colaboradores, la “ultima ratio” que decimos en estricta técnica forense, es el “alma de la toga”. Nadie mejor que ustedes, los que han otorgado este premio saben lo que significa, y saben el compromiso de este colectivo, los abogados, con la justicia, el ordenamiento jurídico, la legalidad internacional y los derechos humanos, a nadie mas que a nosotros, nos compete la defensa de la ley y la protección de los mas humillados por la injusticia. A nosotros, nos esta obligado ejercer la noble tarea de la defensa, como condición consustancial a este sentir profesional, que impregna nuestro ser, y que llamamos “el alma de la toga”. Pues bien, por eso fue por lo que comenzamos el trabajo que hoy se premia, por eso viajamos a los territorios ocupados del Sahara Occidental, porque nos implicamos en la defensa de los que menos defensa tienen, y desde el comienzo ideamos la forma de trabajar para observar la situación de, los mas atacados, la población saharaui, y sus activistas. Hemos escuchado la voz de aquellos que han perdido a sus familiares en el genocidio cometido en el Sahara Occidental, contra la población saharaui, aquellos familiares de los que murieron y testimonios de los que aún viven, de las caravanas de saharauis, que huyendo de la matanza, iban hacia el desierto, y fueron atacados cobardemente en su exilio, hacia lo que 33 años después son los campos de refugiados. Hemos conocido a algunos de los que fueron llevados a los centros de detención secretos, masivos, donde familias enteras murieron, en el Sahara Occidental y en el interior de Marruecos, y su memoria aún permanece en el consciente colectivo. Los que sufrieron graves violaciones de los DDHH, torturas, violaciones física, y todas la atroces barbaridades que puede uno imaginar en manos de los verdugos, graves torturas sufridas por la población saharaui desarmada, hasta llegar en numerosos casos a la muerte. Hemos constatado, y lo expresamos en nuestros informes, la represión brutal de los manifestantes, las violaciones de domicilios de las familias saharauis, el asesinato como forma de acabar con la resistencia de un pueblo a ser aniquilado en su identidad, la decidida y sistemática estrategia del Reino de Marruecos para acabar con el derecho reconocido por España en primer lugar y por la Comunidad Internacional, después, y plasmado en todas las resoluciones de UN de acceso a su independencia tras un referéndum libre, de un territorio cerrado a la comunidad internacional, la última colonia de África. El Reino de Marruecos, no permite la entrada de prensa o periodistas, o delegaciones de parlamentarios (representantes legítimos) de España y Europa, evitando así los testigos de lo que sucede, y cuando entran, son expulsados sistemáticamente, por eso nuestro trabajo de asistencia a los juicios (falaces) contra los activistas de derechos humanos, ha tenido y tiene tanta repercusión nacional e internacional. Sres., como observadores, hemos constatado todo esto, el propio Consejo ha enviado delegaciones de Observadores (en las que hemos participado) y posteriores informes de todo lo que sucede como, testigos privilegiados de esa barbarie, por ello se nos entrega hoy este premio, me pregunto si nosotros hemos merecido este premio, ¿que se merece este pueblo?. Se merece que se pare esta atroz persecución, que dura hasta el día de hoy, hace escasos días han muerto en Agadir dos estudiantes de 20 y 22 años, cuando realizaban una sentada en la calle, pidiendo un transporte para celebrar la fiesta del cordero con su familia. La situación es ya insostenible. Debemos abandonar definitivamente el temor a hablar de lo que nos es ingrato, asumiendo como país, e instando a nuestras instituciones, y gobierno, a que hagan el ejercicio de responsabilidad que la historia y el momento presente le exigen, lo que le obligan los convenios internacionales suscritos, y su propio discurso, para parar esta atroz barbarie, esta vulneración. Nosotros, los españoles, somos la nación y la sociedad que debe velar para que todo esto termine, que la historia no nos juzgue, por la traición, ni las generaciones siguientes nos señalen con el dedo de la vergüenza por nuestra complicidad. Somos nosotros, los españoles, en ese ejercicio de responsabilidad con este pueblo, nuestro pueblo (españoles de la 53 provincia española), que se encuentran atrapados en el territorio, (a merced de las fuerzas de ocupación), los que debemos actuar de forma inmediata. Por eso ellos se merecen nuestro compromiso porque nosotros los abandonamos, creando esta situación y porque nosotros somos los únicos que ahora podemos pararla y no lo hacemos. España, y su gobierno, deberá ejercer como garante de los débiles, como lo hace de forma generosa en todo el mundo, en otras causas ajenas, siendo la envidia de otras grandes naciones. En esta, su causa, respecto de este pueblo, el Saharaui, (su pueblo), nuestro país y nuestras instituciones no están a la altura de lo que les es obligado por el Derecho Internacional, e interno, y de lo que siente el pueblo español y le exige. ¿O es que este genocidio merece menos, de lo que merecen el resto de las causas, que el gobierno de España abandera en el mundo?. Sr. Presidente, hoy es un día para la alegría, pero también para el recuerdo y la dignidad, pero le tenemos que decir, que este Consejo, ha demostrado un coraje y una valentía, por todo lo que ha hecho, en estos años, que hasta lo ha demostrado, incluso, con lo que hace ahora, concediéndonos este premio. Todo esto debería ser un ejemplo que deberían seguir el resto de las instituciones españolas, por eso es tan importante para nosotros. Este premio es el reflejo del compromiso de este Consejo con la verdad, la legalidad y la justicia.

Muchas gracias.

José Manuel de la Fuente Serrano

Ademas de este, nos han sido concedidos los siguientes reconocimientos:

 • Año 2005, Mencion honorifica del CEAR, del "Premio Juan Maria Bandres"

 • Año 2006, Premio de la Fundación para la Defensa de los Derechos Humanos de la "Internacional Bar Association" de Chicago a titulo colectivo.

 • Año 2006, Medalla de oro a titulo personal del Consejo General de la Abogacia Española, impuesta por el Ministro de Justicia

• Año 2007, PREMIO JUSTICIA 2007 DE EXTREMADURA, entregado en la Asamblea Extremeña.

• Año 2008, Premio de Derechos Humanos del Consejo General de la Abogacia Española.