Pero ¿qué Marruecos es el auténtico?

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Sábado, 14 de octubre de 2006, a las 10:19:55

Opinión

Pero ¿qué Marruecos es el auténtico?J.GABRIEL HERRERÍA HERRERÍA/VICEPRESIDENTE DE CANTABRIA POR EL SÁHARAhttp://www.eldiariomontanes.es/prensa/20060909/opinion/pero-marruecos-autentico_20060909.html
El pasado 30 de agosto, el periodista marroquí Alí Lmrabet impartía una conferencia, enmarcada en los XXII Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria, abordaba el tema de la "Libertad de expresión en el mundo musulmán".
El pasado 30 de agosto, el periodista marroquí Alí Lmrabet impartía una conferencia en un abarrotado Centro Cultural Doctor Velasco de Laredo. La conferencia, enmarcada en los XXII Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria, abordaba el tema de la 'Libertad de expresión en el mundo musulmán'. Después de una concisa exposición sobre el panorama actual de la información en los países musulmanes, Lmrabet centró su exposición en la situación en su propio país, Marruecos.

El conferenciante no pretendió convertirse en protagonista de su propia conferencia, pero la experiencia vital de este hombre honesto y valiente sirve para hacernos una idea del panorama de falta de libertades que padece el país magrebí. Lmrabet ha visto como el gobierno marroquí clausuraba tres de las publicaciones dirigidas por él, ha conocido desde dentro las cárceles de su país y, en la actualidad, se encuentra inhabilitado para ejercer la profesión periodística durante diez años. Y todo ello por 'delitos' tan graves como decir que Marruecos es un estado policial, informar sobre las finanzas de la casa real o manifestar que los refugiados saharauis de Tinduf no son prisioneros del Frente Polisario y que la única solución para la cuestión del Sáhara Occidental pasa por la celebración del Referéndum de Autodeterminación.

Loable el esfuerzo de la Universidad de Cantabria por acercarnos la palabra de un hombre comprometido con la libertad, al que le duele Marruecos, al que le indigna ver como, lejos de apoyar la democratización de su país, las democracias occidentales, incluida la española, se fotografían junto a los signos visibles de la falta de libertades en su país. Un hombre, poco amante de las fronteras y al que, todo hay que decirlo, le encantaría que los saharauis, en un Referéndum libre, decidiesen la adhesión a un Marruecos democrático.

Paralelamente, del 28 al 30 de agosto, la Universidad Internacional Menéndez Pelayo nos traía una imagen de Marruecos muy distinta de la pintada por Lmrabet. Por el encuentro 'España y Marruecos: cincuenta años de cooperación. Diálogos para la construcción de un futuro en común', han desfilado importantes personalidades de la cultura y de la política del país vecino y de nuestro propio país. Los medios de comunicación local se han hecho eco de las declaraciones de Carmen Romero, Presidenta del Círculo Mediterráneo, de Oumama Aouad, directora adjunta del Instituto de Estudios Hispano-Lusos de la Universidad Mohamed V, de Rabat, o de Aicha Belarbi, embajadora de Marruecos ante la Unión Europea. Todas ellas han coincido en afirmar que Marruecos está inmerso en un proceso democratizador de gran envergadura y que necesita del apoyo de las democracias occidentales para culminarlo con éxito.

Pero ¿qué Marruecos es el auténtico? El que nos pintan los ponentes de la UIMP o el que describe el Sr. Lmrabet. El régimen que se esfuerza en reconvertir sus estructuras y dotarlas de credibilidad democrática o el que empuja a sus propias gentes a travesías suicidas del océano, asesina inmigrantes o les abandona en medio de campos minados; el que reclama el reconocimiento de la Unión Europea o el que encarcela periodistas y se empecina en incumplir la legalidad internacional en el proceso descolonizador del Sáhara Occidental; el que avanza en materia de igualdad entre hombres y mujeres con el Estatuto de la Familia, o el que condena a miles de hombres, mujeres y niños a vivir en el duro exilio de la hamada de Tinduf; el que coopera con España en la lucha contra el terrorismo o el que aterroriza, viola y asesina a los ciudadanos saharauis de los territorios ocupados por su ejército en el Sáhara Occidental.

A muchos ciudadanos de este país nos gustaría creer a los ponentes de la UIMP. Pero la realidad se muestra tozudamente distinta. La política de la claudicación y de la palmada en la espalda no es la mejor ayuda para los demócratas marroquíes; las fotos de D. Juan Carlos, del Sr. Zapatero y otros miembros de su gabinete con Mohamed VI, solo contribuyen a reforzar la vigencia de un régimen feudal, anclado en el pasado y sin ninguna voluntad de cambio. Y, a propósito del Sáhara Occidental, en estos momentos en que miles de niños y niñas saharauis regresan al desierto de Tinduf, después de haber participado en Vacaciones en Paz, en estos momentos en que los ecos de una nueva guerra resuenan en el Sáhara, un mensaje para el Sr. Zapatero: a diferencia de la que estuvo vigente entre 1975 y 1991, los muertos saharauis de un nuevo conflicto tendrán cara, nombres y apellidos para muchos ciudadanos españoles; serán abuelos, padres, hermanos, amigos de los miles de niños y niñas que a lo largo de más de una década han sido acogidos por familias españolas; algunos incluso podrán ser los protagonistas de aquellos primeros años de esta veterana experiencia solidaria.

Ojalá, Sr. Zapatero, que ninguna de estas posibles muertes tenga que caer sobre su conciencia. Tome ejemplo del Sr. Lmrabet, sea usted valiente y muestre la misma determinación que mostró para retirar las tropas de Irak o para condenar la agresión israelí al Líbano y en su próximo encuentro con Mohamed VI y con el primer ministro Sr. Jetu digales que no pueden firmar el acuerdo de pesca porque el banco pesquero pertenece a los saharauis, que los problemas de la inmigración no se solucionan ametrallando a la gente a abandonándola en pleno desierto, exíjales que cese la represión en los territorios del Sáhara Occidental, que acepten las resoluciones de la ONU y la celebración del Referéndum de Autodeterminación. Será, por su parte, una buena contribución para que Marruecos comience a parecerse al que nos han pintado en la UIMP.

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