Esta huelga era y fue para dejar constancia, democrática y pacifica, de nuestro rechazo más enérgico a la dictadura violenta del dictador de Marruecos secundado por sus secuaces y contemplado con pasividad por nuestro gobierno, el de España, que al mismo tiempo coopera y le ofrece ayudas de todo tipo al sultán dictador.
Y esta huelga lo fue delante del ministerio español de Asuntos Exteriores y Cooperación, para que no olviden los responsables de dicho organo del Estado que existe un pueblo Saharaui al que han abandonado y dejado en las zarpas de la bestia más sanguinaria que hay a orillas del Mediterraneo.
Y eso, desde luego se consiguió. Nuestra presencia fue patente, llamativa y nada desapercibida en la plaza de la Provincia en el centro de Madrid.
Entrañable fue constatar que buena parte de los que acudimos a la huelga, era gente joven cuya edad gira alrededor de los 20 o 22 años, jóvenes que se rebelan contra la opresión, contra la represión y contra el sufrimiento ajeno, jóvenes que han tomado partido por el pueblo saharaui, al que llevan en el corazón y por el que están dispuestos a todo, siempre dentro del marco de la democracia y de la libertad de expresión inherente a esta democracia.
Interesante y desolador a la vez comprobar la gran ignorancia de las gentes en torno a todo lo que tiene que ver con la existencia y el sufrimiento del pueblo saharaui. Ignorancia desde luego promovida conscientemente por los sucesivos gobiernos de nuestro país bajo la batuta del sultán de Marruecos, que guia a estos gobiernos como marionetas en un teatro donde se sube y se baja el telón cada vez que algo como la violación de derechos humanos y la represión han de ocultarse y donde todo lo que ocurre 'entre bambalinas', véase expolio, robo y condecoraciones por ello, es sistematicamente ocultado. Ni tan siquiera la mayoría de los grandes medios de comunicación son  capaces de romper esta dinamica. Lo que le pase al pueblo saharaui no vende y por tanto no merece la atención de esos medios que supuestamente dicen que informan.
Esta es la ignorancia que se percibe y a la que nos tienen sometidos.
Y desolador fue comprobar que salvo unos pocos y muy dignos representantes, la presencia saharaui fue más bien escasa. En un hecho que representaba el recuerdo y la unión con los que de verdad están sufriendo en carne propia el hambre como protesta a la falta de derechos básicos en las cárceles marroquíes, en el momento de expresar la solidaridad con ellos, la escasa presencia de sus hermanas y hermanos fue notoria. Quisiera pensar que esta ausencia fue debida a una falta de comunicación, a la escasa repercusión de la convocatoria en los distintos medios, a mil y una razones, y quisiera estar en desacuerdo con algunas voces que días antes ya me habian cuantificado lo que mas tarde sería la realidad. Pero lo cierto es que lo que había sido augurado, fue
Queridos saharauis: poneos las pilas y allí donde alguien de las comunidades de España o de otros lugares levante una voz en favor de vuestros hermanos y hermanas, ya sean de los campamentos o de los territorios ocupados, acudid en masa, haced sentir vuestra presencia, dejad ver a la comunidad que estais unidos y no les falléis otra vez.
Y por ultimo, a aquellas personas, dirigentes de las asociaciones que parece han perdido el norte, que parece que han perdido la visión de que su razón de ser es el pueblo saharaui en sus 360 grados y no tan solo con los proyectos más vistosos en verano, dejen por favor de andarse por las ramas, dejen de preocuparse por la continuidad propia o ajena en el puesto y dedíquense a sus objetivos principales, entre ellos, por ejemplo, promover cuando hay una acción solidaria como una huelga de hambre, a sus asociados para que acudan y demuestren que, a pesar de todo, estamos con un pueblo.

Samarcanda
Samar de la Hamada