Rosas solidarias para un Sáhara Libre

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Domingo, 27 de abril de 2008, a las 12:29:24

Solidaridad

Rosas solidarias para un Sáhara LibreLa Diada de Sant Jordi en Catalunya, que para la mayor parte de los catalanes y catalanas es uno de los días más apreciados del año, debería ser declarada Patrimonio de la Humanidad. Como mucha gente conoce, en esa jornada los ciudadanos de este rincón del planeta se dedican a intercambiar regalos. Pero no cualquier regalo, sino libros y rosas. Palabras y besos.
La Diada de Sant Jordi en Catalunya, que para la mayor parte de los catalanes y catalanas es uno de los días más apreciados del año, debería ser declarada Patrimonio de la Humanidad. Como mucha gente conoce, en esa jornada los ciudadanos de este rincón del planeta se dedican a intercambiar regalos. Pero no cualquier regalo, sino libros y rosas. Palabras y besos.

Si algo nos define a los seres humanos, por encima de otras características genuinas, es la razón, los afectos, el trabajo y la política. Razón y afectos, es decir, nuestra extraordinaria capacidad de pensar y de amar, desarrollada aprendiendo en sociedad por medio del uso del lenguaje y a través de múltiples relaciones sociales, dibujan el singular perfil del animal humano y nos permiten el pleno ejercicio de un tercer potencial, el trabajo, o lo que es lo mismo, la capacidad de transformar el entorno mediante herramientas creadas por el hombre y la mujer para hacer del mundo un lugar más habitable, adaptándolo a nuestras necesidades y deseos. La política es el instrumento imprescindible que sirve para decidir colectivamente ese futuro y orientarlo hacia el bien común.

Regalar libros y rosas -razón, cultura, naturaleza cultivada y afectos- y hacerlo de manera compartida por una colectividad que le da cuerpo en forma de fiesta no festiva, sumando centenares de miles de acciones individuales coincidentes en el tiempo, y conseguir convertirlas en un sunami literario de emociones envueltas con pétalos de sentimientos, de ilusiones multiplicadas por la contagiosa comunión de todas las alegrías juntas para fundirlas, al fin, en una màgica explosión de felicidad en cadena, regalar libros y rosas para lograr encender semejante fuego, es en el fondo un acto de rebeldía colectiva que expresa con orgullo lo mejor de nuestra condición humana, aun y lamentando la tristeza oculta de quienes también padecen el paso lento de las horas que impone la cruel soledad del olvido.

Intercambiar cientos de miles de libros y rosas mediante una fiesta trabajada por una comunidad entera, no es una efeméride menor, es un acto creativo impregnado de un profundo simbolismo. Esos libros, esas rosas, que circulan de mano en mano durante el día de Sant Jordi, representan lo mejor del alma humana, pues sintetizan nuestra voluntad de convivencia, de amar, de gozar mezclados con el bienestar de otros, de aprovechar cada instante de belleza (tan efímero como una flor apresurada, tan eterno si logró penetrar en un corazón abierto...) y de reivindicar la cultura y la razón, algo que nos es propio porque nos permite generar más belleza, convivir en pie de igualdad y realizarnos como personas. Ser libres entre libres.

En medio de ese torbellino de cultura y naturaleza enrojecidas, en cada Sant Jordi los catalanes también se acuerdan del Pueblo Saharaui, haciendo todavía más radiante la conjunción de símbolos verdaderos, pues auténtico como ninguno es el espíritu de resistencia de los saharauis, cimentado en su voluntad de paz, en la cultura (y la RASD es, ante todo, un ejemplo de lucha cultural que durante 33 años ha intentado evitar la vía de la violencia) y en los lazos comunitarios que estrechan la solidaridad entre sus gentes.

Como sucede a lo largo y ancho de la geografía catalana, los compañeros y compañeras de Sàhara Horta y Sàhara Horta Jove montan tradicionalmente paradas para vender libros y, sobretodo, rosas solidarias, rosas a las que añaden su creatividad cargada de amor y de razón, como ocurrió el pasado Sant Jordi, en el que el colorido de las melfas proporcionó a las flores una belleza muy especial, un original diseño -simbiosis de espíritus gemelos- que según nos han contado piensan repetir y mejorar el año próximo. Aparte de agotar con éxito, bastante antes de lo previsto, 400 rosas, la asociación aprovecho la jornada para hacer sensibilización, difundir sus proyectos y denunciar la violación de los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental.

Las imágenes de ese Sant Jordi saharaui son una magnífica metàfora de quienes somos y por qué futuro político luchamos: palabras y rosas para ser libres entre libres.

Sahara Resiste

Ver + fotos y crónica de la jornada en el barrio de Horta, Barcelona: Sàhara Horta a Sant Jordi

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