La represión en la excolonia española

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Miércoles, 13 de febrero de 2008, a las 23:23:13

Derechos Humanos

La represión en la excolonia españolaESTE DICIEMBRE, EL LETRADO ZARAGOZANO LUIS MANGRANÉ ESTUVO COMO OBSERVADOR EN VARIOS JUICIOS CONTRA INDEPENDENTISTAS SAHARAUIS. LA PRESIDENTA DE LA ASOCIACIÓN UM DRAIGA DENUNCIA LA ACTITUD MARROQUÍ.
 
MERCHE SAAVEDRA (09/02/2008)

Cuando el avión desciende aparecen las dunas del desierto del Sáhara Occidental que llegan hasta el mar. Sin embargo, este desierto no está deshabitado. En las antiguas ciudades de la ex colonia española --El Aaiún, Dakhla, Smara o Bojador-- viven decenas de miles de saharauis bajo la ocupación marroquí que pretende anexionarse este territorio. El Aaiun, con una población superior a los 200.000 habitantes, gran parte de ellos colonos marroquíes traídos por el Gobierno de Marruecos desde 1976, aparece como una ciudad en expansión. El desarrollo económico tiene que ver con la explotación de los recursos naturales de la zona.
Cerca de esta ciudad se encuentra el puerto de El Marsa, donde centenares de barcos pesqueros se amontonan en los muelles, y la fábrica de fosfatos Fos Bucraa, adonde llega una cinta transportadora que trae este mineral después de un recorrido de 70 kilómetros. La explotación de los recursos naturales queda bajo el control de las autoridades marroquíes, aun a pesar de que Marruecos no es la potencia administradora del Sáhara Occidental, y que no puede explotar lícitamente los recursos naturales del territorio, por estar pendiente de descolonización.

La fisonomía de la ciudad de El Aaiun ha cambiado desde que España abandonó el territorio. El gobierno marroquí ha borrado gran parte de los restos de la presencia española. Barrios como el de Colomina han sido derruidos, y en su lugar se ha edificado una gran plaza. Los pasillos del antiguo hotel Parador se han llenado de fotos de la marcha verde, y las casas y chabolas de los colonos son coronadas con la bandera de Marruecos. Todo ello, con la intención del ocupante de reivindicar el territorio como propio. El idioma español también se ha relegado en la educación; ahora, el francés se impone por decisión oficial.

En los Territorios Ocupados (TTOO), la bandera saharaui está prohibida, y pronunciarse a favor de un Estado independiente es ilegal. Frente a esta situación, los saharauis continúan protestando y, aunque han excluído el uso de la violencia en la reivindicación política, sus vidas y actividades están sometidas al implacable aparato represivo de la potencia ocupante. Una manifestación pacífica que en mayo de 2005 fue salvajamente reprimida, fue el detonante del actual levantamiento en los TTOO, conocido como la Intifada Saharaui. Desde entonces, muchos de los manifestantes han sido arrestados y condenados a severas penas de prisión.

El asesinato a palos en El Aaiún del joven Hamdi Lambarki, tras una manifestación proreferéndum; el secuestro y tortura de activistas de los derechos humanos como Hamad Hamad, Alí Salem Tamek o Aminetu Haidar; la violación de la esposa de Alí Salem Tamek en presencia de su hija de tres años, son solo algunos de los muchos casos denunciados. Con la intención de frenar este movimiento, la presencia policial en la ciudad es abrumadora, las patrullas la recorren todo el día o se disponen en esquinas y sitios públicos --mezquitas, colegios e institutos--.

Como parte de una misión de observadores del Consejo General de la Abogacía, el pasado mes de diciembre, el abogado de Zaragoza Luis Mangrané viajó a los TTOO para asistir a los juicios que se celebraron contra saharauis, visita en la que tuvo ocasión de conocer a activistas de derechos humanos como Galia Djimi, en El Aaiun, y Fakkou Lebeihi, en Smara, comprobando la situación en que vive de la población saharaui. En El Aaiun visitó a un herido grave que vive en el Barrio del Cementerio, quien habría sido arrojado por la policía desde el tejado del hotel Smara, su estado físico es lamentable, no puede andar, ni valerse por si mismo, y permanece en casa atendido por su madre.

La ciudad de Smara se encuentra 200 kilómetros hacia el interior y cercana a los Territorios Liberados, bajo el control directo del Frente Polisario. Aquí, la presencia policial y militar es mayor y se percibe incluso antes de llegar a la ciudad. En la carretera se suceden los controles, tanto de la Policía como de la Gendarmería, realizando al visitante las mismas preguntas. En Smara, los activistas de derechos humanos de esta ciudad relatan las dificultades que sufren diariamente los saharauis, principalmente el acoso policial, sensación que comprueba el visitante porque, junto a la casa donde reciben al visitante, hay una furgoneta de policía cuya exclusiva finalidad parece ser la de vigilar a la familia que en ella vive.

La represión con la que las fuerzas de ocupación marroquíes están intentando silenciar la intifada que sacude el territorio de la excolonia española continúa, y ello a pesar de la imagen que el Reino de Marruecos pretende transmitir para conseguir cerrar acuerdos preferentes con la Unión Europea. De ahí la importancia de denunciar públicamente las violaciones de derechos humanos en los TTOO y de exigir a nuestros representantes políticos que insten al gobierno marroquí a respetar los derechos humanos.

Fuente: El Periodico

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