Miradas saharauis
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Viernes, 04 de enero de 2008, a las 19:50:45
Opinión
-->por carlos izquierdo.
El tarraconense Toni Navarro vuelve a acercarse a la cruda realidad para retratar la verdad que atropella a los más desfavorecidos. En un año inmenso para él, tras el éxito de su documental The Kalam Revolution, sobre las adopciones ilegales en El Nepal, y su primera y monumental exposición fotográfica: La mirada descubierta, el tarraconense viaja a las entrañas del Sáhara para ahondar en la memoria de un pueblo olvidado, el saharaui.
Concluyó 2007 y con él el año que se bautizó como de solidaridad internacional con el pueblo saharaui. Ahora comienza un nuevo camino, tal vez no, sobre un desierto de desmemoria que se olvida una vez más de lo escasamente rentable. Toni Navarro visitó Gayla, un centro militar de rehabilitación cerca de los campos de refugiados donde viven muchos saharauis, cedido por Argelia. «La guerra abierta contra Marruecos sigue viva», explica el tarraconense. La muestra, las minas antipersona que crecen secretas en cada inmensa esquina. En su viaje, Navarro ha conocido a personas como Said, de quien explica que lleva en el mismo cuarto desde 1998, cuando fue herido por una mina anticarros junto a unos compañeros que estaban vigilando la zona que controlaba el frente polisario. «Soy víctima de una mina y tengo paralizado todo el cuerpo, pero eso no me impide seguir luchando por la libertad de mi pueblo», reivindica.
Mohamed Tager guarda un pasado común y un rostro marcado por las huellas salvajes e injustas de un conflicto sin fin. «Yo también soy víctima de una mina antipersona que me hizo estas huellas en la cara, aún tengo metralla en la cara y en la espalda, esto fue en el norte del Sáhara occidental. Las minas siguen matando aunque la guerra haya acabado», explica.
Mariam, Pachir, Chej, Mustafa...; son protagonistas desgraciados de una calamidad sin límites. «¿Por qué nos ponen bombas a los que somos inocentes?», se pregunta Mariam.
Navarro, a caballo entre el reportaje social y el documental, sigue fotografiando y rodando todo lo que ve y escucha. Con un grupo de niños ha realizado un taller didáctico sobre las cámaras fotográficas estenopeicas. La voluntad del tarraconense es que los niños aprendan a lanzar sus miradas sobre la verdad. A retratar lo que les rodea, para denunciar, si cabe, o festejar, si es posible, los abusos padecidos o las fiestas vividas en un pueblo «al que durante mucho tiempo le han sido denegadas demasiadas cosas».
Fuente: Diari de Tarragona
Mohamed Tager guarda un pasado común y un rostro marcado por las huellas salvajes e injustas de un conflicto sin fin. «Yo también soy víctima de una mina antipersona que me hizo estas huellas en la cara, aún tengo metralla en la cara y en la espalda, esto fue en el norte del Sáhara occidental. Las minas siguen matando aunque la guerra haya acabado», explica.
Mariam, Pachir, Chej, Mustafa...; son protagonistas desgraciados de una calamidad sin límites. «¿Por qué nos ponen bombas a los que somos inocentes?», se pregunta Mariam.
Navarro, a caballo entre el reportaje social y el documental, sigue fotografiando y rodando todo lo que ve y escucha. Con un grupo de niños ha realizado un taller didáctico sobre las cámaras fotográficas estenopeicas. La voluntad del tarraconense es que los niños aprendan a lanzar sus miradas sobre la verdad. A retratar lo que les rodea, para denunciar, si cabe, o festejar, si es posible, los abusos padecidos o las fiestas vividas en un pueblo «al que durante mucho tiempo le han sido denegadas demasiadas cosas».
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