Convivir con la pesadilla de un alisio radioactivo

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Lunes, 17 de diciembre de 2007, a las 23:32:40

Marruecos

Convivir con la pesadilla de un alisio radioactivoEl pacto de Mohamed VI con Sarkozy sobre cooperación nuclear devuelve, en plena precampaña, el temor a una central nueclea

El monarca alauita, Mohamed VI, recibe un abrazo del Rey Don Juan Carlos, en imagen datada en 2005../EFE

Tinerfe Fumero
Santa Cruz
Aunque la legislatura ya se acaba, nos tienen que responder en la Diputación Permanente", sostenía ayer la diputada de Coalición Canaria en el Congreso, Ana Oramas, con respecto a la pregunta que formuló la semana pasada al Gobierno de España sobre la posible construcción de una central nuclear en suelo marroquí a menos de 300 kilómetros de las Islas. La iniciativa de Oramas relanza hacia el centro de la actualidad informativa tan espinoso asunto, justo cuando apenas quedan dos meses y medio para las elecciones generales. Esta interacción entre la política internacional y la canaria ya tuvo lugar poco antes de las autonómicas de mayo de este año. En concreto, Oramas pregunta por la información publicada por ’El economista’ sobre la existencia de un informe del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) acerca del peligro de construir la central en la localidad de Sidi Boulbra, justo sobre una falla geológica que ya en 1960 causó miles de muertos en la cercana Agadir.
Otra vez a la palestra.

En esta ocasión el detonante inicial fue la firma de un pacto entre el monarca alauita Mohamed VI y el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, que a finales de octubre pasado firmaron un acuerdo sobre cooperación nuclear civil. Los analistas coinciden en que supone el primer paso para que sea Francia quien aporte la tecnología suficiente para construir la central, a cambio de que la empresa gala Araya extraiga uranio de los ricos yacimientos de fosfato del Sahara Occidental, considerados por los expertos como los más ricos del mundo. Un dato clave sobre acuerdo franco-marroquí sobre energía nuclear civil es que fue acompañado de numerosos contratos por un valor estimado de 3.000 millones de euros, siendo el más destacado el de la construcción de una línea ferroviaria de alta velocidad entre Tánger y Casablanca. Grandes beneficiados serán los gigantes franceses del sector Alstom (fabrica los tranvías de Santa Cruz) y SCNF, además de Red ferroviaria de Francia.

Antecedente inmediato.

Fue en marzo pasado cuando ’El País desveló la entrevista mantenida en Rabat entre una delegación del consorcio estatal Atomstroyexport y las autoridades marroquíes. El fin último de los rusos era lograr los contratos para la construcción de la central, animados por la cada vez mayor demanda de energía que sufre Marruecos, coincidente con la escalada de precios del petróleo, que no ha cesado desde entonces. La información, a menos de dos meses para la celebración de las autonómicas, obligó a los dirigentes de la política canaria a opinar al respecto.

Coinciden, exigen.

Si el entonces presidente autonómico, Adán Martín, pidió que los partidos mantengan posturas únicas en este asunto y agregó que hay que conjugar los derechos de un estado soberano con la defensa de los intereses de un territorio limítrofe como Canarias, así como "entender la política internacional", el entonces candidato del PSC Juan Fernando López Aguilar coincidía con Martín en pedir serenidad, calma y sosiego, así como a la hora de recordar que España y Marruecos mantienen buenas relaciones y que es en ese ámbito en el que se deben afrontar los retos con un país que es soberano. Por su parte, el ahora presidente, Paulino Rivero, exigía a la Administración estatal que defendiera los intereses de Canarias por encima de los de Marruecos, mientras que el actual vicepresidente, José Manuel Soria, reclamaba "la máxima información" sobre la central.

Tres pesadillas en una.

Ahora le toca al Gobierno de España aclarar si es real el supuesto informe del CNI, y en el que se destacan hasta tres escenarios de pesadilla para todos los residentes canarios. El primero de ellos es el ya mencionado sobre la existencia de una falla en la zona elegida para construir la central, y que ya demostró su actividad con la catástrofe de Agadir en 1960. La segunda es que la posibilidad de un accidente provoque la liberación de radioactividad a la atmósfera. Y la tercera es el posible efecto disuasorio sobre el turismo. Las tres se resumen en una pesadilla sobre un viento alisio cargado de veneno radioactivo...

Fuente: http://www.diariodeavisos.com/diariodeavisos/content/252519/

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