‘La policía marroquí piensa que hay que matar a todos los saharauis, quemarnos vivos hasta acabar con todos nosotros’. SULTANA JAYA

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Lunes, 22 de octubre de 2007, a las 11:33:36

Opinión

‘La policía marroquí piensa que hay que matar a todos los saharauis, quemarnos vivos hasta acabar con todos nosotros’. SULTANA JAYASi existe el infierno, se llama Sáhara Occidental. En la tierra del terror viven los saharauis de las zonas ocupadas, algo que se hace extensible a cualquier compatriota residente en Marruecos que intente expresar el legítimo derecho de su pueblo a la autodeterminación.
Casi un centenar de personas asistieron ayer noche a un relato espeluznante de Sultana Jaya, la joven estudiante saharaui que perdió un ojo a manos de la policía marroquí por manifestarse pacíficamente a favor del derecho a la autodeterminación del Sáhara Occidental.

El acto comenzó pasadas las ocho de la tarde en la Biblioteca Central de Santa Coloma de Gramenet. Bajo el título ‘Els drets humans al Sàhara Occidental’, y dentro del programa de la 10a SETMANA DE LA SOLIDARITAT de este municipio, la ACAPS (Associació Catalana d’Amics del Poble Sahrauí) de Santa Coloma había organizado una mesa redonda con pastas y te saharaui. Pero aunque el refrigerio final se mantuvo, el frágil estado de salud de Sultana Jaya debido a las torturas padecidas, aconsejó reconvertir la actividad en una charla -sin debate- de la joven estudiante, quien fue presentada por Chelo Sánchez, presidenta de la asociación organizadora, y traducida al castellano por Mah Yahdih, Delegado adjunto de la Delegación Saharaui en Catalunya. También estuvo presente el Delegado, Emboirik Ahmed.

En la mayor parte del discurso, Sultana Jaya se dedicó a explicar la historia de su detención, una suma interminable de horrores que se prolongaron durante 16 horas. La pérdida de su ojo derecho tuvo lugar a raíz de una manifestación realizada el 9 de mayo (el día 10 se conmemora la fundación del Frente Polisario). Esa fecha, Sultana se encontraba con otros estudiantes saharauis reclamando pacíficamente el derecho de autodeterminación, cuando apareció la policía marroquí cargando brutalmente contra ellos y deteniendo a una treintena de personas. Fruto de la paliza policial en medio de la calle, Sultana Jaya perdió un ojo, y mientras sangraba e intentaba recuperarlo oyó como el jefe de la policía mandaba que le pegasen más para romperle también el otro. Fue en este momento de la explicación cuando Sultana pronunció las siguientes palabras: 'la policía marroquí piensa que hay que matar a todos los saharauis, quemarnos vivos hasta acabar con todos nosotros'.

A continuación Sultana se extendió en los hechos posteriores a su detención, 16 largas horas pasadas entre furgones policiales, hospitales y comisarías, sin distinción alguna, pues los malos tratos, torturas y vejaciones no dejaron de producirse en ningún momento. El estado de Sultana Jaya recomendaba que en un máximo de 4 o 5 horas fuese operada, cosa que se le negó durante 16 horas hasta que pudo conseguirlo gracias a la insistencia de algunos compañeros. Pero el perjuicio era ya irreparable para reducir los daños padecidos en su ojo.

Durante todo este tiempo, Sultana sumó al maltrato policial la desatención de médicos y enfermeras. Y mientras la policía marroquí les pedía a todos los saharauis detenidos que gritasen ¡Viva el Rey! para que así dejaran de torturarles (Sultana y la mayoría no accedieron), los médicos la presionaban para que firmase que no necesitaba ninguna operación quirúrgica; médicos que a su vez eran presionados por la policía para que firmaran un informe en el que no salieran reflejadas las fracturas sufridas por Sultana. Durante todas estas horas, Sultana Jaya fue simultáneamente testigo de maltratos y torturas recibidas por otros compañeros en furgones policiales y centros de detención.

La joven estudiante fue condenada a 8 meses de prisión en un primer juicio sin garantías, celebrado el 25 de mayo, junto a ocho compañeros más condenados a un año de cárcel cada uno. Sultana explicó que en este juicio se negó el acceso a los familiares, por lo que los abogados abandonaron la sala en señal de protesta. Gracias al trabajo de los colectivos defensores de los Derechos Humanos, ganaron el recurso para que se volviera a celebrar un nuevo juicio semanas después, en el que ella y los ocho estudiantes restantes fueron condenados a 4 meses de prisión. El juicio contó con un juez italiano en calidad de observador.

Sultana Jaya, que pidió disculpas en varias ocasiones por su estado de cansancio, se vislumbró en todo momento como una joven serena y valiente al exponer con humildad y orgullo como en los juicios ella y los otros jóvenes manifestaron abiertamente que su único delito era pedir el derecho de autodeterminación del Pueblo Saharaui. Afirmó que desde el comienzo de la Intifada pacífica, el día 21 de mayo de 2007, la represión -que ya dura 32 años- se ha recrudecido enormemente: ‘Marruecos intenta neutralizar a los jóvenes de cualquier manera, deteniéndolos o expulsándolos del Sáhara a través de pateras, pero esto no hace nada más que aumentar la firme voluntad de libertad de los saharauis’. Sultana acabó apelando a la solidaridad internacional para frenar la vulneración de los DD HH y conseguir la liberación de todos los presos políticos.

El público asistente ovacionó con fuerza a Sultana Jaya en más de una ocasión, y también lo repitió con las dos únicas intervenciones que se hicieron desde la sala (no por falta de ganas, sino por respeto al estado de salud de Sultana). En la primera intervención, una regidora del ayuntamiento dio testimonio de la represión de las fuerzas de ocupación marroquíes. Dos años atrás, en una visita oficial de observadores al Sáhara ocupado en la que ella participaba, constató como a diario se detenían niños, jóvenes y mujeres sin cometer ningún delito, sólo por el hecho de ser saharauis o reunirse a hablar en una plaza, y ante la pasividad de la MINURSO. En segundo lugar, habló el presidente de la asociación de saharauis residentes en Catalunya, quien consideró inadmisible y contrario a toda dignidad humana que se tolere esta situación y que el Gobierno español esté del lado de Marruecos. Por eso pidió compromisos claros con la legalidad internacional y el ejercicio del derecho a la autodeterminación, ‘al que nunca renunciaremos los saharauis’, dijo, haciendo por último un llamamiento a los militantes socialistas para que presionen a sus dirigentes y logren rectificar la posición actual del Gobierno.

Chelo Sánchez concluyó la charla para dar paso al te, no sin antes animar a todos y todas a viajar a Madrid para participar en la manifestación del 10 de noviembre.

Crónica: Sahara Resiste
Fotos: ACAPS y Sahara Resiste

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