Pero es inútil protestar por esta práctica infantil de desfilar ordenadamente al son de marchas militares porque, entre otras cosas, parece que a ellos –a los militares– les gusta semejante deporte. Pues, muy bien, porque, además, en los últimos años, sobre todo a partir de nuestra desvinculación de la abominable guerra de Iraq, las FFAA han subido enteros, merecidamente, en la opinión pública precisamente por su gran, su enorme labor humana en misiones de paz, misiones que cuentan, sin lugar a dudas, con un sólido respaldo popular. Así que, que desfilen cuando quieran.

Sin embargo, como estos actos están muy cargados de simbolismos y de actitudes reivindicativas de una identidad cultural unificadora –la hispánica– hubiera sido lógico ver en el desfile la bandera de la RASD; es decir, de la República Árabe Saharaui Democrática, país reconocido, entre otros, por México, Perú, Bolivia, Uruguay, Venezuela y Cuba, países cuya hispanidad nadie pone en duda. Pero, faltaba esa bandera.

En cambio, sí ha desfilado, la bandera de los EEUU, país de origen de la Compañía Kerr-McGee que, desde 2001, está buscando petróleo –¿qué si no; boquerones?– en aguas territoriales saharauíes amparándose en una licencia otorgada por el Reino de Marruecos, contra todos los principios del Derecho Internacional, dicho sea de paso. Claro que el gigante americano cuenta con millones de hispanohablantes, lo cual le da derecho, cómo no, a participar en la celebración hispánica.

No obstante, los vínculos lingüísticos y, por ende, culturales con el antiguo territorio español siguen, en gran medida, intactos a pesar del mal disimulado ninguneo de la política internacional española, tanto de gobiernos de la izquierda como los de la derecha –mucho más los de la derecha– que prefieren hacerle la pelota al reino alauí a cambio de nada y menos.

Entretanto, el ‘Rey Rajoy’, firmemente instalado en otro planeta, anima al patrioteo de los suyos en un vídeo patético. Eso sí, lo hace sin complejos.

Fuente: Granada Hoy