Incidentes entre marroquies y manifestantes prosaharauis
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Domingo, 06 de agosto de 2006, a las 13:36:06
Opinión
Sucedió pocos minutos después de que tomara la palabra Pablo Bianchi, dirigente de la asociación de ayuda al Pueblo Saharaui del Campo de Gibraltar.
Desde un salón recreativo situado justo detrás de la tarima surgieron unas voces que increpaban a los congregados. Eran de unos marroquíes disconformes con el significado de la convocatoria, pero debieron contener además algún elemento ofensivo, porque fueron inmediatamente contestadas por algunos pro-saharauis.
Pablo Bianchi llamaba a la calma y a "no caer en provocaciones", aunque sus palabras caían en saco roto, porque cada vez eran más los que se acercaban a la zona del conflicto. Tanto, que seis agentes del Cuerpo Nacional de Policía intervinieron para poner paz.
Las cosas se tranquilizaron minutos después. El salón recreativo fue obligado a cerrar sus puertas y a dejar dentro a los provocadores. A unos cincuenta metros, en un bar, otros marroquíes lanzaban miradas desafiantes y hasta algún gesto obsceno.
El diputado autonómico Ignacio García, mientras, hablaba en el estrado sin que muchos, más pendientes de la trifulca, le escucharan. "Deberían terminar pronto", sugería en voz baja, visiblemente incómodo, el alcalde de Los Barrios, Alonso Rojas. Era una buena idea: dada la situación, lo conveniente era abreviar porque cuanto más tiempo se pasara allí, más riesgo habría de que se reprodujera el conflicto.
Lo cual pasó al final, aunque de forma más liviana. Cuando los congregados dieron por finalizado el acto y se dirigieron al parque María Cristina, tres marroquíes –que también intervinieron en el primer incidente– volvieron a increparles, lo que generó algún conato de respuesta rápidamente sofocada por otros compañeros de manifestación.
Los amagos de pelea amenazaron con dar por finalizado el acto antes de tiempo, pero finalmente no impidieron que el presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones Solidarias con el Sahara, Francisco Guerrero, leyera el manifiesto elaborado expresamente para la ocasión.
En él volvió sobre argumentos ya conocidos, como que el origen del conflicto está en el proceso de descolonización "no concluido y bloqueado desde 1975 por la ocupación ilegal del territorio del Sahara occidental por Marruecos", o como que el Estado español tiene "una responsabilidad política e histórica" por haber sido la entidad colonial en tiempos de Franco.
"No se puede plantear la búsqueda de un diálogo o una solución negociada entre el verdugo y la víctima, o entre la parte ocupante y la ocupada, porque Marruecos no tiene ningún derecho, según dictámenes del Tribunal de Justicia de La Haya y del ordenamiento jurídico internacional", proseguía el manifiesto, que dejaba claro que el único que tiene "capacidad para decidir el destino de dicho territorio, sin que nadie pueda usurparlo, es el pueblo saharaui".
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