Es la teoría que de forma insistente alimenta en la comunidad internacional Marruecos a pesar de que no ofrece pruebas, de que no hay detenidos por terrorismo entre la población saharaui y de que en la ex colonia española no se ha producido ataque terrorista alguno ligado a Osama Bin Laden o su entorno.
La realidad es bien diferente en Marruecos, donde se decretó la «alerta máxima» ante el riesgo de atentados hace una semana. El propio Buzubá explicó ayer que desde entonces han detenido a quince personas supuestamente relacionadas con actividades terroristas.
El reino alauí es una de las grandes preocupaciones a nivel de seguridad en todo el mundo, tanto dentro de su territorio como por los centenares de marroquíes diseminados por decenas de países vinculados a células terroristas.
Negociaciones en la ONU
Rabat es consciente de la obsesión de Washington ante el crecimiento en África de la red de Al Qaida. Sus advertencias ante los riesgos de inseguridad en la zona del Magreb si el Sahara se independiza han sido suficientes para que George Bush dé por bueno el plan de autonomía con el que el rey Mohamed VI quiere que el territorio pase a estar bajo su soberanía. Una portavoz de la representación estadounidense en la ONU expresó el miércoles el apoyo directo de su país a ese proyecto de autonomía.
El próximo 10 de agosto el Frente Polisario y Marruecos volverán a sentarse cara a cara en Nueva York en la que será segunda etapa de las negociaciones iniciadas en junio para hallar una solución al conflicto. Además de EE.UU., Rabat cuenta con el apoyo de Francia y España a la hora de apostar por la presencia de Marruecos en la ex colonia.