- ¿Cuál es su balance de la Instancia de Equidad y Reconciliación (IER), encargada de intentar pasar página a los desmanes cometidos bajo Mohamed V y Hasan II?

- La AMDH ha sido crítica incluso con esta instancia porque no se refiere a todas las violaciones, porque sólo investiga hasta el 1999 y porque no prevé toda la verdad al no hablar de la responsabilidad de las personas ni de las instituciones. La IER ha optado por una gestión completamente oficial y ha impedido que se pronuncie el nombre de los torturadores en las delcaraciones. La prioridad de la AMDH es presionar para que se pongan en marcha nuestras recomendaciones y se abran los expedientes de decenas de desaparecidos como el de Ben Barka (opositor a Hasán II desaparecido en París). Pedimos también la abolición de la pena de muerte y la adhesión de Marruecos al Tribunal Penal Internacional.

- ¿Ya no se cometen abusos como los de aquellos «años de plomo» en la era de Mohamed VI?

- Desde 2003 hay una vuelta atrás muy grave hacia las antiguas prácticas de violencia, de tortura, de desapariciones y de secuestros en lugares secretos. Se pronuncian veredictos incluso de pena de muerte en tiempo récord. Tampoco ha habido procesos justos. Los cientos de personas que han sido procesadas no son terroristas, por eso pedimos que se repitan los procesos o que sean liberados. Algunas han perdido su vida durante los secuestros o torturas. Se ha dado un paso atrás en general en relación a las libertades: de expresión, de manifestación, etc.

- ¿Qué noticias tienen del centro de detención de Temara?

- Hay versiones oficiales que dicen que no es un centro secreto, pero si no es un centro clandestino debería ser accesible. Las personas que han pasado por allí dicen haber sufrido torturas muy duras.

- ¿Llegarán hasta allí las cámaras que tiene previsto instalar el ministro del Interior?

- Me hacen reír este tipo de cosas. Siempre se puede ofrecer café al detenido cuando la cámara filma. Después se apaga, se hace lo que se quiere y se vuelve a encender. No estoy en contra, pero creo que no son la solución. Las víctimas de tortura saben muy bien quiénes son los torturadores. No hay más que perseguirlos y procesarlos. Mientras haya impunidad no acabarán las torturas.

- ¿Está Marruecos respetando los derechos de los ciudadanos en la lucha contra el terrorismo?

- No, en absoluto. Acabo de decir que hay muchos arrestos arbitrarios y casos de tortura, y desde el 2003 han aumentado muy sensiblemente. Habíamos conseguido algunos logros en los noventa, pero debido a los atentados del 16 mayo de 2003, la nueva ley antiterrorista pasó por el Parlamento sin discusión en un tiempo récord. Frente a esta postura oficial de la seguridad hay que ver también las causas profundas del terrorismo. Hay problemas económicos y sociales o de educación, que también forman parte de la lucha contra el terrorismo.

- Amnistía Internacional ha denunciado que la Justicia es el gran lastre de Marruecos.

- Lo primero es que en la Constitución la Justicia no está reconocida como un poder independiente y está muy corrompida. Estamos entre los países donde la corrupción está más extendida. Esta Justicia actúa bajo órdenes y no puede nunca ser una medida de protección del ciudadano. Entre los jueces reina una mentalidad muy retrógrada que pone trabas, por ejemplo, a la aplicación del código de familia. Es cierto que esta ley no contiene verdaderamente la igualdad entre hombres y mujeres pero los puntos del código que representan un avance no se aplican. Además no se consiguen ejecutar las sentencias contra personalidades del poder.
- ¿Y la separación de poderes?
- Pedimos poner en marcha una Constitución democrática que permita al pueblo elegir a sus representantes, de él deben emanar los poderes. El ciudadano debe tener derecho a instituciones que le representen democráticamente, es decir, el Parlamento. Actualmente el Parlamento no tiene poder legislativo, sólo registra leyes que emanan del Gobierno. En segundo lugar, el Gobierno no tiene el poder ejecutivo pues es responsable ante el Rey. El Rey tiene derecho a elegir al primer ministro fuera de la mayoría y tener el poder concentrado en la Monarquía obstaculiza el derecho del pueblo a autodeterminarse. Otra cosa importante es la separación de poder religioso y poder político, porque consideramos que no sólo las ideas integristas y religiosas están extendidas en la sociedad por los movimientos integristas sino que el Estado utiliza también la religión para su credibilidad y su legitimidad.
- ¿Está el poder interesado en manejar los resultados de las elecciones del 7 de septiembre?
- Creo que ya en las últimas elecciones cambió la manera de intervenir de la autoridades en el hecho de no ser elecciones transparentes. Antes intervenían directamente en las urnas o en las actas. Ya no se hace así, sea hace sobre todo con dinero para falsear los resultados mediante la corrupción. Pero para la AMDH, sea cual sea el resultado, no habrá cambios mientras el Parlamento no tenga el poder legislativo y el primer ministro sea elegido por decisión del Rey. Porque las grandes decisiones, las grandes orientaciones políticas, económicas y sociales son tomadas por la Monarquía.
- ¿Creen que sería buena la presencia de los islamistas del Partido Justicia y Desarrollo en el Gobierno?
- Lo que criticamos desde la AMDH es la posición de los islamistas ante los derechos humanos, su posición ante la igualdad entre hombre y mujeres, ante el derecho a la libertad de culto y los valores de los derechos humanos en general. Los islamistas representan una amenaza, pero lo contrario no es siempre una garantía de los derechos humanos por parte de otros partidos.
«Los islamistas suponen una amenaza, pero lo contrario no es siempre una garantía de derechos humanos»