Desde su respuesta ha pasado poco más de un mes pero ha bastado para que el Gobierno español, en su VIII Reunión de Alto Nivel con Marruecos, haya puesto de manifiesto que su apuesta por los derechos humanos y por el respeto a la legalidad internacional en el Sáhara ocupado no es ni cierta ni real, sino una pose oportunista de cara a la galería.
Zapatero ha hablado de "cordialidad" y de "hermandad" para referirse a su encuentro con el monarca marroquí. Nada les ha dicho, al parecer, a sus interlocutores marroquíes sobre la protección de los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental, ni les ha exigido la liberación inmediata de todos los presos políticos saharauis y la investigación y publicación del paradero de los más de 500 civiles desaparecidos y 151 prisioneros de guerra.
Lo que sí ha hecho el presidente español ha sido admitir el plan de autonomía propuesto por Marruecos, "un cauce -éstas fueron sus palabras- para retomar el diálogo y la negociación entre las partes interesadas en el conflicto". Dicho plan de cuño colonial señala qué competencias tendría la futura región autónoma del Sáhara pero reserva todos los atributos de la soberanía para el Gobierno de Rabat y no reconoce, por supuesto, el derecho de autodeterminación del Pueblo Saharaui a pesar de haber sido incluido en todas las resoluciones de la ONU sobre este conflicto. Así es como Zapatero, al parecer, defiende una solución que prevea la autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental. Gracias por nada.
Queda claro que el Gobierno del PSOE ha optado por el camino más cómodo, por la protección de sus intereses políticos y económicos a corto plazo colaborando con un régimen que, no nos engañemos, da continuidad a una trayectoria feudal que la actual monarquía mantiene dominando el país con inusitada crueldad. Así lo atestiguan una y otra vez las organizaciones internacionales -Alto Comisario de la ONU para los Derechos Humanos, Amnistía Internacional, Human Rights Watch…- con continuas denuncias que ponen sobre la mesa la violación masiva de los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental ocupado, vulneraciones que tienen su raíz en la violación del derecho a la libre determinación del Pueblo Saharaui y que yo misma he podido constatar en encuentros con activistas de los Derechos Humanos durante una visita clandestina a los territorios ocupados.
Tras la anunciada venta de material bélico a Marruecos por valor de 200 millones de euros, la cumbre bilateral hispano-marroquí se ha saldado con generosos compromisos de la parte española, que concederá 200 millones de euros en créditos FAD para la ejecución de dos proyectos de desarrollo energético en los que participan empresas españolas, además de la apuesta por el proyecto de túnel ferroviario del Estrecho que enlazará Europa y África, por la universidad hispano-marroquí de Tetuán y por el apoyo a Tánger en su candidatura a la Exposición Universal de 2012.
Sí, han leído bien, Marruecos, el segundo país del mundo en incumplir resoluciones de la ONU (sólo superado por Israel), el país que viola sistemáticamente la legalidad internacional ocupando militarmente el Sáhara Occidental, el país que desde mayo de 2006 ha expulsado de El Aaiún ocupado a más de 20 delegaciones de observadores internacionales, el país dirigido por Mohamed VI ha sido elegido por el Gobierno español para hacer negocios. Así es como Zapatero, al parecer, lleva a la práctica el compromiso de su política exterior con la defensa y la promoción de los Derechos Humanos. Gracias por nada.
Entretanto la Fiscalía ha pedido al juez Garzón que investigue a 32 altos cargos marroquíes por un presunto delito de genocidio y ha informado a favor de la admisión a trámite de una querella "contra gobernantes y militares marroquíes por su presunta responsabilidad en el genocidio, torturas, secuestros y desapariciones practicadas por el Reino de Marruecos contra el Pueblo Saharaui", querella presentada por asociaciones pro Derechos Humanos amparándose en el principio de justicia universal.
Es una paradoja curiosa que deja en evidencia, aún más si cabe, al Ejecutivo del PSOE, que no duda en utilizar al Pueblo Saharaui como moneda de cambio en sus negocios con Marruecos. ¿Qué decía el Director del Gabinete de la Presidencia sobre el compromiso de la política exterior del Ejecutivo español con la defensa de los Derechos Humanos y con una solución justa que prevea la autodeterminación del Sáhara Occidental? Muchas palabras pero ningún hecho. Lo dicho, gracias por nada.