Una de esas razones es, sin ninguna duda, la posición que había mantenido la Liga en pro defensa de los derechos humanos en el Sahara Occidental y por el derecho sagrado del pueblo saharaui a la libre determinación e independencia.
La segunda es que las pretensiones marroquíes han sido constantemente rechazadas por la comunidad internacional. El propio Tribunal Internacional de Justicia de La Haya en su dictamen de 1975 sobre el Sahara Occidental reafirmó el derecho inalienable del pueblo saharaui a la autodeterminación e independencia.
Tercera consideración es que Marruecos no esta legitimado a proponer ninguna solución unilateral y mucho menos una pretendida autonomía bajo la soberanía marroquí. Marruecos esta descalificado para hacerlo porque no puede ser el verdugo y el juez a la vez. En efecto, la presencia de las tropas marroquíes, en parte del territorio de la Republica Saharaui, es una empresa colonial acompañada por flagrantes y sistemáticas violaciones de derechos humanos, recopilados y denuncias por la inmensa mayoría de las organizaciones de defensa derechos humanos. Desde 1975, Marruecos mantiene un impresionante arsenal militar con 160 000 soldados con el fin de traumatizar al pueblo saharaui y obligarle por la fuerza a inclinarse ante el rey.
Señor Presidente,
En su carta también afirma que “durante vuestra instancia en territorio del Sahara Occidental no detectaron ningún indicio de que se estuviera cometiendo algún tipo de abuso”. Seguramente habrá llegado a esa conclusión porque no ha estado donde debería haber estado, en particular en la cárcel negra. En ese sinistro lugar, 38 presos presos políticos llevaban una huelga de hambre, desde el 30 de enero 2007, por justamente denunciar las vejaciones y malos tratos a los que son sometidos. Seguramente, no ha podido encontrarse con los cientos de familiares de desaparecidos que continúan reclamando el paradero de los suyos. Seguramente también tuvo la oportunidad de entrevistarse con los miles de jóvenes, mujeres y incluso niños objetivos de la represión brutal llevada a cabo por las fuerzas de ocupación. Y por ultimo, seguramente ni siquiera habría tomado la pena de leer el informe realizado, a finales de 2006, de la Misión del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Derechos Humanos que si hizo constancia de estas graves violaciones. En este informe se señalan con claridad las violaciones de derechos humanos llevadas a cabo por el ocupante marroquí y concluye que su persistencia se debe a la ausencia del pleno ejercicio del pueblo saharaui a su derecho a la autodeterminación. El Alto Comisionado llama a la Comunidad Internacional a implicarse activamente para la urgente puesta en marcha de la autodeterminación del pueblo saharaui. Recomienda igualmente, dada la persistencia de las graves violaciones de derechos humanos perpetrados por el ocupante marroquí, que se crea un mecanismo de seguimiento de los derechos humanos por Naciones Unidas en el Sahara Occidental.
Me asombra también que las autoridades coloniales marroquíes les hayan permitido visitar los territorios ocupados en el mismo momento en que rechazaron a decenas de delegaciones compuestas de deputados, asociaciones y medios de comunicación. Entre estas se encuentra la mismísima delegación ad hoc del parlamento europeo.
Señor Presidente,
Sus escandalosas declaraciones demuestran que ha tomado parte con el agresión marroquí por una razón misteriosa pero seguramente no tiene nada que ver con los derechos humanos que usted dice defender y contra la victima el pueblo saharaui.
Sepa, señor Francisco José Alonso Rodríguez, que la legitimidad de la lucha del pueblo saharaui nadie se le ha regalado y por lo tanto tiene la profunda convicción de continuarla hasta conseguir su libertad.
Y que llegara el día en que se realizara nuestra legitima inspiración a la libertad. Todo lo que pedimos es que nuestro pueblo pueda expresar su deseo mediante un referéndum de autodeterminación como lo estipulan las resoluciones pertinentes del ONU, UE y la Unión Africana. ¿O caso es mucho pedir?
Lo mejor que puede hacer Usted, Señor Francisco José Alonso Rodríguez , es aconsejar a sus amigos marroquíes que se retiren del Sahara Occidental y que dejen en paz a este pueblo pacifico y solidario.
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