Sáhara Occidental: la última colonia africana.
Por Jorge Alejandro Suárez Saponaro*
El Frente Polisario fue el
artífice de la lucha anticolonial, primero contra la potencia administradora
del territorio, España que lo abandonó a su suerte en febrero de 1976 frente al
expansionismo marroquí y su aliado circunstancial, Mauritania. La guerra de
liberación, de características épicas, dado la magnitud de los oponentes frente
una demografía reducida de los saharauis. El Frente Polisario, liderado por una
joven conducción condujo magníficamente la guerra de liberación, empleando de
manera racional y de manera imaginativa el material enviado por países de la
orbita socialista (Cuba, Argelia, Libia, Corea del Norte). Este limitado apoyo
no impidió que el Frente Polisario o la Republica Saharaui librara una dura
guerra con serias pérdidas, que provocó la derrota de Mauritania. Los serios
contratiempos generados a Marruecos, llevó a su conducción militar a montar un
dispositivo defensivo (los “muros”). Estos muros de arena y piedra apoyados por
millares de minas, tanques, aviación de combate y tropas móviles (100.000
efectivos) tuvieron efecto para el Ejército de Liberación Popular Saharaui (ELPS)
que a pesar de sus limitados recursos humanos y materiales logró generar
importantes derrotas y pérdidas materiales al ocupante.
En 1991 la realidad estratégica mundial cambió y el desgaste generado llevó a la ONU a promover un Plan de Paz. En territorio del Sahara se desplegaría una Misión de Paz (MINURSO) responsable de velar por el cese del fuego, retiro de tropas (por la parte marroquí nunca se materializó), censo de la población para elaborar un listado para los electores para el referéndum sobre la autodeterminación (anexión a Marruecos o independencia). Los años subsiguientes al Plan de Paz o Plan de Arreglo, se caracterizaron por la paralización del censo de electores por maniobras dilatorias de Marruecos y el no cumplimiento de los compromisos asumidos. Todo ello tolerado por sus socios, Estados Unidos y Francia (especialmente). Dichas potencias no solo han tolerado el incumplimiento del Plan de Paz, sino flagrantes violaciones a los Derechos Humanos, en abierta contraposición al discurso que nos tienen acostumbrados los líderes de Estados Unidos y Francia. Teóricamente las intervenciones en Libia, Irak, etc., han sido por razones humanitarias, pero es sabido que detrás de esas intervenciones se enmascaran intereses de otro tipo. En el caso saharaui por razones políticas, el proceso de autodeterminación está pendiente hace más de cuarenta años.
El Frente Polisario cumple cuarenta años de existencia con un proceso de paz estancado, con una potencia ocupante que ha respondido duramente a cualquier manifestación independentista, con serias violaciones al derecho internacional, especialmente por políticas discriminatorias al impedir que los saharauis cuenten con sus propias organizaciones sociales, en materia de libertad de expresión, etc. Todo ello con una misión de paz de la ONU que carece de facultades de monitorear en materia de derechos humanos, algo inédito en este tipo de misiones, ello obedece a razones de índole política.
Mientras los saharauis esperan por su ansiada libertad, en África, se desarrolló un exitoso proceso de descolonización luego una situación realmente traumática y trágica, como es el caso del Sudan del Sur. Pero con una salvedad, el antiguo Sudán fue declarado parte del “eje del mal” por parte de Washington, lo que bastó para que finalmente Sudán del Sur obtuviera su independencia luego de años de cruentas luchas. En el caso saharaui quien ocupa el territorio y explota sus recursos naturales (sin consentimiento de sus habitantes), al ser socio estratégico de Estados Unidos y Francia, la realidad es totalmente diferente.
En este 2013 hubo un intento fallido de que la MINURSO tuviera facultades en materia de derechos humanos, naufragando una vez más por la falta de voluntad política de las grandes potencias para resolver la cuestión y tolerando una situación absolutamente al margen de la ley, ante un mundo totalmente indiferente por el problema, incluso por estas latitudes, donde a pesar de ser el pueblo saharaui un pueblo hispanoparlante (además de árabe), salvo excepciones, no ha existido voluntad política de adoptar una postura unánime como ha pasado con Palestina por reconocer el derecho al pueblo saharaui a decidir su propio destino.
*Jorge Alejandro Suárez Saponaro
Abogado - Mg en Defensa Nacional
Prof. invitado Cátedra Libre de Estudios del Sahara
Occidental UNLP
Argentina
Sáhara Occidental: la última colonia africana.
Por Jorge Alejandro Suárez Saponaro*
El Frente Polisario fue el
artífice de la lucha anticolonial, primero contra la potencia administradora
del territorio, España que lo abandonó a su suerte en febrero de 1976 frente al
expansionismo marroquí y su aliado circunstancial, Mauritania. La guerra de
liberación, de características épicas, dado la magnitud de los oponentes frente
una demografía reducida de los saharauis. El Frente Polisario, liderado por una
joven conducción condujo magníficamente la guerra de liberación, empleando de
manera racional y de manera imaginativa el material enviado por países de la
orbita socialista (Cuba, Argelia, Libia, Corea del Norte). Este limitado apoyo
no impidió que el Frente Polisario o la Republica Saharaui librara una dura
guerra con serias pérdidas, que provocó la derrota de Mauritania. Los serios
contratiempos generados a Marruecos, llevó a su conducción militar a montar un
dispositivo defensivo (los “muros”). Estos muros de arena y piedra apoyados por
millares de minas, tanques, aviación de combate y tropas móviles (100.000
efectivos) tuvieron efecto para el Ejército de Liberación Popular Saharaui (ELPS)
que a pesar de sus limitados recursos humanos y materiales logró generar
importantes derrotas y pérdidas materiales al ocupante.
En 1991 la realidad estratégica mundial cambió y el desgaste generado llevó a la ONU a promover un Plan de Paz. En territorio del Sahara se desplegaría una Misión de Paz (MINURSO) responsable de velar por el cese del fuego, retiro de tropas (por la parte marroquí nunca se materializó), censo de la población para elaborar un listado para los electores para el referéndum sobre la autodeterminación (anexión a Marruecos o independencia). Los años subsiguientes al Plan de Paz o Plan de Arreglo, se caracterizaron por la paralización del censo de electores por maniobras dilatorias de Marruecos y el no cumplimiento de los compromisos asumidos. Todo ello tolerado por sus socios, Estados Unidos y Francia (especialmente). Dichas potencias no solo han tolerado el incumplimiento del Plan de Paz, sino flagrantes violaciones a los Derechos Humanos, en abierta contraposición al discurso que nos tienen acostumbrados los líderes de Estados Unidos y Francia. Teóricamente las intervenciones en Libia, Irak, etc., han sido por razones humanitarias, pero es sabido que detrás de esas intervenciones se enmascaran intereses de otro tipo. En el caso saharaui por razones políticas, el proceso de autodeterminación está pendiente hace más de cuarenta años.
El Frente Polisario cumple cuarenta años de existencia con un proceso de paz estancado, con una potencia ocupante que ha respondido duramente a cualquier manifestación independentista, con serias violaciones al derecho internacional, especialmente por políticas discriminatorias al impedir que los saharauis cuenten con sus propias organizaciones sociales, en materia de libertad de expresión, etc. Todo ello con una misión de paz de la ONU que carece de facultades de monitorear en materia de derechos humanos, algo inédito en este tipo de misiones, ello obedece a razones de índole política.
Mientras los saharauis esperan por su ansiada libertad, en África, se desarrolló un exitoso proceso de descolonización luego una situación realmente traumática y trágica, como es el caso del Sudan del Sur. Pero con una salvedad, el antiguo Sudán fue declarado parte del “eje del mal” por parte de Washington, lo que bastó para que finalmente Sudán del Sur obtuviera su independencia luego de años de cruentas luchas. En el caso saharaui quien ocupa el territorio y explota sus recursos naturales (sin consentimiento de sus habitantes), al ser socio estratégico de Estados Unidos y Francia, la realidad es totalmente diferente.
En este 2013 hubo un intento fallido de que la MINURSO tuviera facultades en materia de derechos humanos, naufragando una vez más por la falta de voluntad política de las grandes potencias para resolver la cuestión y tolerando una situación absolutamente al margen de la ley, ante un mundo totalmente indiferente por el problema, incluso por estas latitudes, donde a pesar de ser el pueblo saharaui un pueblo hispanoparlante (además de árabe), salvo excepciones, no ha existido voluntad política de adoptar una postura unánime como ha pasado con Palestina por reconocer el derecho al pueblo saharaui a decidir su propio destino.
*Jorge Alejandro Suárez Saponaro
Abogado - Mg en Defensa Nacional
Prof. invitado Cátedra Libre de Estudios del Sahara
Occidental UNLP
Argentina
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