RITOS DE JAIMA, de Limam Boisha:
La poesía contra el olvido.
Por Aurora Martín Rivas, para
SáharaLibre.es
Siempre es atractivo que te hablen de una
cultura diferente; educa mucho el descubrimiento del otro, y resulta sorprendente
cómo observamos que no somos tan distintos en realidad.
Los que llevamos años acercándonos a la
forma de vida saharaui, porque sentimos nuestra su causa, su exilio y el
devenir de su injusta historia reciente, esperamos como agua la llegada de una
nueva publicación de los compañeros poetas. Siempre nos aportan más y más
conocimiento sobre el sentir saharaui; acrecientan nuestra motivación por su
lucha y mantienen firme nuestro lazo con la causa.
Limam ya ha parido muchos textos; mucha
poesía ha surgido de su alma para encandilarnos el ánimo y hacernos saltar la
chispa de la solidaridad, la rabia frente a la injusticia, o para sumergirnos
en la cotidianeidad del desierto.
En esta última línea se centra Ritos de jaima. La costumbre, la tradición, el día a día, van surgiendo de estas líneas y nos transportan al desierto en un estudio antropológico convertido al lenguaje poético.
Moaxaja y jarcha, prosa poética y verso libre, se aúnan y se alternan para hablarnos de todos los aspectos de la vida en el desierto. Desde el saludo en la llegada hasta la despedida y desde el nacimiento de una nueva vida hasta la muerte. Desde la jaima de origen hasta la badía. Desde la adolescencia hasta la boda.
El saludo tiene un extenso significado: “y las manos se trenzan/ y los ojos de un niño observan crecidos/ cómo se cultivan las conversaciones adultas”. La hospitalidad es la virtud saharaui por excelencia: “Cuando vienen a nuestra tierra/ les esperamos/ bajo un alivio de sol/ al borde del camino”. El nomadeo buscando la badía, el desierto fértil, refleja la ancestral personalidad saharaui; la lluvia es el tesoro: “Y la lluvia me dijo: / yo os estaré esperando, / y llegaré cuando vengáis/ con vuestros dromedarios/ preparados/ para apacentarlos/ en el iris de la jaima grande”. La reunión de las mujeres, tuiza, y su alegría. La melhfa: “gracia de mujer”. El nacimiento, la ceremonia del nombre y la circuncisión. La acacia junto al pozo protegiendo la reunión del té. La petición de mano y la boda. El viernes, día sagrado. La superstición. El agua compartida, auténtica filosofía de la badía: “Los pozos no tienen dueño”.
Y la tradición oral, el océano oral: la riqueza más grande de los saharauis, que quizá sea lo que les da la fuerza para resistir tantos años de ese infernal exilio.
Gracias a los poetas como Limam y a proyectos como BUBISHER –que ha editado este libro- las nuevas generaciones saharauis conservarán esa fuerza, y los que no procedemos de ese origen nos sentiremos aún más saharauis.
Gracias, Limam, por Ritos de jaima. Shukran.RITOS DE JAIMA, de Limam Boisha:
La poesía contra el olvido.
Por Aurora Martín Rivas, para
SáharaLibre.es
Siempre es atractivo que te hablen de una
cultura diferente; educa mucho el descubrimiento del otro, y resulta sorprendente
cómo observamos que no somos tan distintos en realidad.
Los que llevamos años acercándonos a la
forma de vida saharaui, porque sentimos nuestra su causa, su exilio y el
devenir de su injusta historia reciente, esperamos como agua la llegada de una
nueva publicación de los compañeros poetas. Siempre nos aportan más y más
conocimiento sobre el sentir saharaui; acrecientan nuestra motivación por su
lucha y mantienen firme nuestro lazo con la causa.
Limam ya ha parido muchos textos; mucha
poesía ha surgido de su alma para encandilarnos el ánimo y hacernos saltar la
chispa de la solidaridad, la rabia frente a la injusticia, o para sumergirnos
en la cotidianeidad del desierto.
En esta última línea se centra Ritos de jaima. La costumbre, la tradición, el día a día, van surgiendo de estas líneas y nos transportan al desierto en un estudio antropológico convertido al lenguaje poético.
Moaxaja y jarcha, prosa poética y verso libre, se aúnan y se alternan para hablarnos de todos los aspectos de la vida en el desierto. Desde el saludo en la llegada hasta la despedida y desde el nacimiento de una nueva vida hasta la muerte. Desde la jaima de origen hasta la badía. Desde la adolescencia hasta la boda.
El saludo tiene un extenso significado: “y las manos se trenzan/ y los ojos de un niño observan crecidos/ cómo se cultivan las conversaciones adultas”. La hospitalidad es la virtud saharaui por excelencia: “Cuando vienen a nuestra tierra/ les esperamos/ bajo un alivio de sol/ al borde del camino”. El nomadeo buscando la badía, el desierto fértil, refleja la ancestral personalidad saharaui; la lluvia es el tesoro: “Y la lluvia me dijo: / yo os estaré esperando, / y llegaré cuando vengáis/ con vuestros dromedarios/ preparados/ para apacentarlos/ en el iris de la jaima grande”. La reunión de las mujeres, tuiza, y su alegría. La melhfa: “gracia de mujer”. El nacimiento, la ceremonia del nombre y la circuncisión. La acacia junto al pozo protegiendo la reunión del té. La petición de mano y la boda. El viernes, día sagrado. La superstición. El agua compartida, auténtica filosofía de la badía: “Los pozos no tienen dueño”.
Y la tradición oral, el océano oral: la riqueza más grande de los saharauis, que quizá sea lo que les da la fuerza para resistir tantos años de ese infernal exilio.
Gracias a los poetas como Limam y a proyectos como BUBISHER –que ha editado este libro- las nuevas generaciones saharauis conservarán esa fuerza, y los que no procedemos de ese origen nos sentiremos aún más saharauis.
Gracias, Limam, por Ritos de jaima. Shukran."Tópicos Asociados" | Entrar/Crear Cuenta | 0 Comentarios |
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