Así, orquesta toda una partitura de compases, con sus comparsas, al ritmo que le marca la batuta francesa, con tal de boicotear el movimiento cívico de solidaridad con el Sáhara, las delegaciones internacionales, etc., que se preocupan por la situación de los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos.

 Este “diplomático” está a punto de conseguir que se firmen unos Acuerdos de Pesca entre la UE y Marruecos. Son unos acuerdos con más repercusión que la puramente económica. Con éstos, la Unió Europea, hará una acrobacia legal impresionante. Mientras sostiene el derecho del Pueblo saharaui a la autodeterminación (es decir, reconoce que hay una descolonización pendiente); por otra parte, firma unos acuerdos que vienen a representar, en la práctica, el beneplácito a la ocupación marroquí del territorio saharaui. El reconocimiento que Marruecos es la potencia administradora del Sáhara Occidental. Contradiciendo, además, la doctrina de Naciones Unidas.

El jefe de la diplomacia del Reino de España, con tal de conseguir sus objetivos se sirve de métodos tan democráticos como vetar, censurar, periodistas que osan criticar al señor Rey Mohamed VI (el sobrino del señor Rey Juan Carlos I); o que afirman que en Marruecos no hay libertad, o que hay marroquíes entre los sospechosos de haber actuado en los atentados de Madrid, en Marzo de 2004.

Tal vez, para los intereses de la “diplomacia española” hubiera sido más conveniente que los responsables del atentado contra la Casa de España, en Casablanca, hubieran sido, por ejemplo, polisarios, saharauis. De hecho, las hemerotecas recordaran que se habló de células terroristas entrenadas en el Sáhara.

A Moratinos Cuyaubé le encantaría bailar sobre la tumba del Polisario. Pero no tendrá el gusto.

Salvador Pallarès-Garí