La asociación Iesbaa de Aretxabaleta también cesa su actividad. La principal razón del cese de actividad de las asociaciones amigas del Pueblo Saharaui, es la falta de personal.

Después de siete años en activo, las asociaciones Amigas del Pueblo Saharaui Nubi e Iesbaa cesan su actividad. La falta de recursos humanos ha sido la principal razón de este adiós tan amargo para dos de sus integrantes, Agurne Juldain y Olaia Sagredo. «Las diferentes gestiones y los proyectos que hemos estado realizando en los últimos años, llevan tiempo para poder ejecutarlos. Para ser miembro de esta asociación, como en cualquier otra, es necesario más tiempo o más gente, de lo que ahora no disponemos», asegura Agurne Juldain desde Nubi Elkartea. «Antes de realizar malas gestiones u ofrecer un mal servicio, es mejor no hacerlo», añade Juldain.

Por ello, han tomado la decisión de echar la persiana como asociación. Nubi Elkartea cierra así una etapa de siete años, llena de proyectos, ilusión y solidaridad. Pero no es suficiente. Para Juldain este alto en el camino supone mucho. «Siento pena e impotencia dejarlo con la necesidad que hay para seguir luchando por los derechos del Pueblo Saharaui. Para nosotras, el cese perfecto de la actividad como asociación sería el final del conflicto saharaui, pero desgraciadamente no es así», asegura Juldain. A pesar de que Nubi Elkartea desaparece, Juldain continuará colaborando personalmente en todo lo que pueda. «Seguiré colaborando con el centro de víctimas de guerra y minas y demás proyectos, pero a otro nivel de compromiso», señala.

Nubi Elkartea nació en el año 2004, con la intención de colaborar con el centro de víctimas de guerra y minas Martir Chreief, centro que acoge a victimas heridas de guerra y minas saharauis, situado en los campamentos de refugiados Saharauis en Tindouf, Argelia. Durante todo el año han llevado a cabo además la recogida de material, ropa, medicina, mantas, colchones, una caravana solidaria recolectando kilos y kilos (2.500 kilos en el 2011) de alimentos en toda la comarca y han realizado un trabajo de sensibilización e información a los ciudadanos.

En estos siete años tampoco se han olvidado de los más pequeños. Cada verano una docena de niños saharauis llegaban a Arrasate y toda la comarca, gracias al programa 'Vacaciones en paz', con la intención de alejarles del calor desértico del Sahara, proporcionarles una alimentación sana, realizarles revisiones médicas y ofrecerles estabilidad y cariño. «Creo que en estos siete años hemos hecho un buen trabajo. Esa etapa se cierra y desde estas líneas queremos agradecer a toda la gente e instituciones por involucrarse en este proyecto durante estos años», señala Juldain. «Solo espero que dentro de poco podamos ir de vacaciones a la playas del Sahara Occidental». Esto supondría el final del conflicto saharaui.