Uno de los saharauis entrevistados afirmó lo siguiente: “Hasta ahora el ACNUR es el que tiene el mandato de proteger a los saharauis y hasta ahora no ha hecho ningún llamamiento para llamar la atención de la comunidad internacional (…) hay que hacer un esfuerzo; hay que sensibilizar a los donantes. Para mí es una falta de responsabilidad”.

Nos parece lamentable que el ACNUR (Agencia de la ONU para los Refugiados), se pliegue a determinadas presiones, vengan de donde vengan, incumpliendo el mandato por el que fue creado. Lamentablemente, a veces nos da la impresión que toda esta serie de organismos e instituciones han sido creados, más para “amortiguar” las quejas y las injusticias, que para llevar a cabo soluciones efectivas.

De acuerdo con los datos que nos aportó Yolanda Sobero, “la deficiente alimentación se refleja desde hace tiempo en los grupos más vulnerables. Dos tercios de las mujeres tienen anemia: uno de cada tres niños menores de cinco años padece de desnutrición crónica. Y un cuarenta y cinco por ciento de las embarazadas tiene abortos espontáneos por malnutrición”.

La falta de medicamentos para tratar enfermedades, debido a las duras condiciones de vida, como las respiratorias, hepáticas y renales, preocupa a las autoridades saharauis.

Gracias a Informe Semanal y a Yolanda Sobero, muchos españoles tuvieron la oportunidad de conocer, aunque sea un esbozo de la cruda realidad, la situación del pueblo saharaui. La posibilidad de que los saharauis vuelvan a las armas no se contempla, pero no se debe desdeñar ante la permanente agresión de Marruecos. Como dijo un responsable saharaui: “Marruecos tiene miedo a la democracia”.

Y nosotros nos preguntamos ¿a qué tiene miedo España?