Fue la propia Haidar quien solicitó la ayuda médica. La llamada que pidió el traslado fue realizada por un miembro de la plataforma de apoyo de la activista, que sufría fuertes dolores abdominales provocados por náuseas y vómitos.

Este mismo miércoles, Haidar aseguraba encontrarse bien, aunque comenzaba a acusar "problemas de estómago, de riñones y náuseas". Así se lo expresó a una persona de su confianza a través de un SMS escrito en francés. No obstante, en las escasas ocasiones en que en los últimos días ha salido del cuarto donde duerme en el aeropuerto de Lanzarote para ir al baño, se la pudo ver muy pálida y con expresión de cansancio.

Pero su moral no desfallece. La activista afronta hoy su día 32 en huelga de hambre, el mismo periodo de tiempo que permaneció sin ingerir alimentos cuando en 2005 estuvo presa en una cárcel de Marruecos. Su empeño por resistir hasta que pueda regresar a El Aaiún le ayuda a ser firme en su protesta, según afirmó en una entrevista con el diario argelino El Watan, donde no ha dudado en arremeter contra Rabat. "Quiere mi muerte, es eso lo que quiere, ésa es su gloria. Su testarudez, su huida hacia delante, no pueden ser interpretadas de otra forma", asegura Haidar.

Visita de su hermana

Pocas horas antes de ser trasladada al hospital, Aminetu Haidar recibió la visita de su hermana Leila, que llegó sobre las 23.00 horas de ayer al aeropuerto de Lanzarote en un vuelo procedente de Gran Canaria desde El Aaiún, desde donde llevaba varias días reclamando un visado.

La hermana de la activista pudo ver a Aminatu en el cuarto donde duerme, en el que permaneció apenas un minuto y que abandonó con lágrimas en los ojos. Leila se quedará en casa de unos familiares que viven en Lanzarote durante su estancia en la isla y, al igual que los sobrinos que la visitaron el pasado fin de semana, tiene intención de permanecer allí hasta que la situación se solucione.