Diego Camacho López-Escobar 

En los actos de apoyo al pueblo saharaui celebrados en Madrid, he observado la asistencia a los mismos del señor Zerolo, lo que debe constituir una noticia muy positiva para la causa del Sahara. Además de diputado en el Congreso es un miembro relevante de la ejecutiva del PSOE, por su proximidad a ZP, y si todos los apoyos son válidos mucho más si proceden de políticos con influencia en el gobierno.

La lucha por la libre determinación del Sahara, dura ya más de treinta y tres años, que son los mismos que Marruecos lleva incumpliendo los acuerdos de Madrid y sometiendo a la población de ese territorio al asesinato y la tortura. De esos años más de la mitad, 19 años, el PSOE ha tenido la responsabilidad de gobernar en España.

La movilización del señor Zerolo, con su presencia pública, a favor de la causa saharaui, es de agradecer. Pero lo que sería verdaderamente útil, teniendo en cuenta su posición privilegiada, sería que encabezara en el Congreso de los Diputados una iniciativa para votar una proposición no de ley, en la que se instara al gobierno a denunciar el tratado de Madrid y solicitar a Marruecos la convocatoria del referéndum prometido en 1975, iniciativa que contaría con multitud de apoyos fuera de su propio partido. También ayudaría mucho, que la ejecutiva del PSOE apoyara, políticamente, la libre autodeterminación del Sahara e instara al gobierno en iniciar, sin más tardar, gestiones diplomáticas a tal fin con la ONU, EEUU, Francia y Marruecos; y saldar así una deuda histórica que España tiene con este pueblo nómada; deuda que, también, es de su partido después de 19 años en el poder. Entre todos los que apoyamos la causa saharaui, nadie está mejor situado que el señor Zerolo para hacerse oír en la ejecutiva del PSOE.

Si utilizara el ascendiente que tiene con el Presidente del Gobierno, podría llevar a su ánimo que la formulación genérica de la “alianza de civilizaciones” tiene una ocasión única de hacerse realidad, bajo liderazgo español, con la causa saharaui: la defensa por una nación cristiana del derecho a existir que tiene un pueblo musulmán, frente a la ambición colonialista de otro país musulmán.

Finalmente, aunque a menor nivel, podría también pedirle explicaciones al ministro de Asuntos Exteriores sobre las instrucciones que impartió a los diplomáticos afines al partido, durante una cena, a comienzos de su gestión ministerial. En ellas exigía la absoluta necesidad de respaldar la anexión del Sahara por Marruecos y asumir la política seguida por EEUU y Francia en este asunto. Sería interesante saber si dichas instrucciones estaban inspiradas por el respeto a la Convención de Ginebra sobre los  derechos humanos, por una interpretación novedosa de los acuerdos tripartitos de Madrid, por el gobierno socialista entrante, por el análisis estratégico global, por la Casa Real o era simplemente una intuición personal originada por la euforia del reciente nombramiento.

En definitiva el señor Zerolo, a diferencia de otros que apoyamos la causa saharaui, tiene multitud de escenarios posibles donde es factible lograr avances para la causa del Sahara de una manera eficaz. Mis mejores deseos.