José Bejarano | Sevilla | 29/09/2007 | Actualizada a las 03:31h
El discurso político de la UE hacia Marruecos es ayuda al desarrollo a
cambio de control de la inmigración ilegal. Pero la realidad es que
predomina el control policial sobre cualquier otro elemento. Los datos
facilitados esta semana por el consejero de Trabajo de la embajada de
España en Rabat, Eduardo Martín Toval, muestran que, entre 2004 y
2007, laUEha enviado a Marruecos un total 100 millones de euros para
el refuerzo policial de sus fronteras. Por contraste, las políticas de
empleo, centradas sobre todo en el programa MEDA, recibieron 4
millones de euros en cuatro años.

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Los cuantiosos fondos donados por la UE para reforzar las fronteras
han sido eficaces durante los últimos años, especialmente después de
los graves incidentes ocurridos el verano del 2005 en las fronteras de
Ceuta y Melilla. Pero el control está sujeto a altibajos que dependen
más de la voluntad política que del temporal que azote el Estrecho de
Gibraltar o de la falta de policías en la costa marroquí. El rebrote
del fenómeno de las pateras que se observa este mes (ayer llegaron
tres embarcaciones a las costas andaluzas y anteayer, seis) se debe al
periodo electoral que ha vivido Marruecos (el día 7) y a la necesidad
de aliviar el descontento popular que genera el cierre del flujo
migratorio.

En términos económicos, mientras la UE se reserva el papel policial, a
España le corresponde asumir la ayuda. De esa forma, el año pasado
nuestro país donó a Marruecos 60 millones de euros para necesidades
sociales y promoción empresarial principalmente. La suma de los
últimos seis años alcanza la cifra de 300 millones no reembolsables,
según datos de la embajada de España. Si a esos 300 millones se añaden
los 161 millones de ayudas reembolsables (créditos FAD, conversión de
deuda, microcréditos...) el total se acerca a los 500 millones.
Marruecos es el país que recibe de España más ayuda al desarrollo,
seguido de Perú. Las principales fuentes de ese dinero son los
ministerios de Asuntos Exteriores y Hacienda y las comunidades
autónomas.

El consejero de Trabajo de la embajada, Martín Toval, que participó en
un curso sobre La inmigración como solución de futuro,asegura que lo
que se hace en Marruecos debería servir de modelo para las políticas
dirigidas a otros países. Para el representante de la embajada, la
llegada de inmigrantes a España no quita puestos de trabajo a los de
aquí, sino todo lo contrario. "De hecho, en 1995 la tasa de población
autóctona ocupada era del 61,6 por ciento y la de 2005, pese al fuerte
incremento de inmigrantes, del 69,6. La razón es que los inmigrantes
contribuyen a la creación de riqueza y, como consecuencia, a crear
puestos de trabajo", señaló Martín Toval. La mitad del superávit que
hoy tiene el Estado debe atribuirse a los inmigrantes.

Entre los datos aportados por el representante de la embajada en Rabat
destaca que Marruecos necesita reformar su economía. En la economía
sumergida están más de 1,2 millones de empresas que ocupan a 2
millones de trabajadores y generan el 17 por ciento del PIB.
Oficialmente hay un 10 por ciento de paro, pero la cifra oculta otro
20 por ciento. Las remesas que envían los emigrantes en Europa rondan
el 10 por ciento de la riqueza del país. De ahí que cortar el flujo de
emigración suponga para Marruecos, además de descontento popular, la
renuncia a una parte esencial de sus ingresos. Hay más de 3 millones
de marroquíes emigrados. Catalunya, Madrid y Andalucía están a punto
de firmar acuerdos de colaboración con el servicio de empleo marroquí

Fuente: lavanguardia.es