Noticias: Marruecos y el Polisario negocian en Long Island el futuro del Sáhara.Rabat propone un régimen de autonomía, mientras que el Frente Polisario defiende un referéndum sobre la independencia.
La suerte de esa lengua del desierto del Sahara que abandonase España hace 32 años dependía este lunes de lo que ocurriese dentro de un vergel de Long Island llamado Greentree, donde Marruecos y el Frente Polisario han accedido a sentarse a negociar por primera vez en diez años.
Marruecos viene con una gran fe y gran esperanza de que este problema sea resuelto durante estas negociaciones, porque ha durado demasiado tiempo y no ha aportado gran cosas a los pueblos del Magreb ni a nosotros los saharauis», dijo al entrar Kheli Henna Weld Al Rashid, presidente del Consejo Real Marroquí para Asuntos Saharauis, que se sienta en la mesa de negociaciones con la delegación marroquí.
El gobierno marroquí dice cumplir con el mandato del Consejo de Seguridad al acudir «con la mente abierta y de buena fe» a las negociaciones auspiciadas por el representante personal del secretario general de la ONU Peter Van Walsum, pero cuando se le pregunta si está dispuesto a considerar otra alternativa que no sea la de la autonomía, la respuesta de Al Rashid es tajante: «No», espeta con sequedad, antes de introducirse en su Lincoln negro de lujo.
Eso explica que el número dos del Frente Polisario, Mahfouz Weld Biba, jefe de la delegación negociadora, no sea tan optimista cuando se detiene en la misma puerta de la histórica mansión. «No hay nada nuevo en la propuesta marroquí», analiza.
Las dos partes que se disputan el Sahara Occidental desde que España lo cediese al gobierno marroquí en un oscuro tratado firmado durante los días previos a la muerte de Franco pasarán dos días en esta finca de 1600 metros cuadrados. La Fundación Greentree cedió su uso a la ONU a la muerte de Betsey Whitney para cumplir el deseo de la matriarca de «avanzar el entendimiento humano» mediante el auspicio de encuentros entre diplomáticos y líderes mundiales en esta aislada campiña.
Las propuestas
Entre las paredes de madera al estilo marinero de Nueva Inglaterra se fraguó hace justo un año el acuerdo entre Cameroon y Nigeria que permitió desmilitarizar la Penínusla de Bakassi, pero nada hace pensar que esta vez se pueda repetir la foto triunfal.
Entonces la ONU trasladó a los periodistas en autobuses hasta el apartado rincón de Long Island. Este lunes, la organización ni siquiera quiso confirmar lo obvio del lugar de las negociaciones, en la pequeña localidad de Manhassen, sin duda para no desatar expectativas.
Sobre la mesa estaban dos planes presentados por cada parte para destrabar la situación. El documento marroquí propone un régimen de autonomía para el Sahara Occidental, mientras que el del Frente Polisario acepta incluir esa opción en el referéndum pospuesto desde 1992 y ofrece negociar condiciones privilegiadas para las relaciones entre Marruecos y la República Saharaui, en caso de que este pueblo opte por la independencia.
Ambos planes suponen de por sí posiciones irreconciliables, como demostraron las partes la víspera del encuentro en dos entrevistas separadas. Para Ahmed Bujari, representante del Polisario en la ONU, que forma parte de la delegación de seis personas que lidera Biba, la autonomía es inaceptable porque supone partir de la base de que el Sahara Occidental pertenece a Marruecos.
«Es una negativa frontal al derecho de autodeterminación», dice Buhari. «Si Marruecos sigue manteniendo la misma posición de obstrucción al referéndum de autodeterminación no creo que estas negociaciones vayan a ir lejos».
Estancamiento o avance
Por su parte, Taieb Fasi Fihri, ministro delegado para Exteriores de Marruecos, también sentado en la mesa de negociaciones, no quiere ni oír hablar de referéndum si no es para que el pueblo saharaui refrende el estatuto de autonomía que negocien las partes. «¿Le preguntaron ustedes a los catalanes si preferían la autonomía?»,pregunta irritado.
Para él, lo que se debate en Greentree es si se mantiene el estancamiento actual «diez, veinte o treinta años más» o se acepta la solución política que propone, de cimentar la anexión mediante un estatuto de autonomía. «Y si rehúsan, la responsabilidad recaerá sobre el Polisario», sentencia. «¿Cuál será la situación en la región? ¿Cuál será la situación de la gente que vive en los campamentos? ¿Se quedarán allí otros diez años?».
Bujari está dispuesto a recoger el guante del desafío en nombre de su gente. «Aguantaremos un año menos de lo que le costó a España recuperar Granada», promete.
Noticias: Marruecos y el Polisario negocian en Long Island el futuro del Sáhara.
Rabat propone un régimen de autonomía, mientras que el Frente Polisario defiende un referéndum sobre la independencia.
La suerte de esa lengua del desierto del Sahara que abandonase España hace 32 años dependía este lunes de lo que ocurriese dentro de un vergel de Long Island llamado Greentree, donde Marruecos y el Frente Polisario han accedido a sentarse a negociar por primera vez en diez años.
Marruecos viene con una gran fe y gran esperanza de que este problema sea resuelto durante estas negociaciones, porque ha durado demasiado tiempo y no ha aportado gran cosas a los pueblos del Magreb ni a nosotros los saharauis», dijo al entrar Kheli Henna Weld Al Rashid, presidente del Consejo Real Marroquí para Asuntos Saharauis, que se sienta en la mesa de negociaciones con la delegación marroquí.
El gobierno marroquí dice cumplir con el mandato del Consejo de Seguridad al acudir «con la mente abierta y de buena fe» a las negociaciones auspiciadas por el representante personal del secretario general de la ONU Peter Van Walsum, pero cuando se le pregunta si está dispuesto a considerar otra alternativa que no sea la de la autonomía, la respuesta de Al Rashid es tajante: «No», espeta con sequedad, antes de introducirse en su Lincoln negro de lujo.
Eso explica que el número dos del Frente Polisario, Mahfouz Weld Biba, jefe de la delegación negociadora, no sea tan optimista cuando se detiene en la misma puerta de la histórica mansión. «No hay nada nuevo en la propuesta marroquí», analiza.
Las dos partes que se disputan el Sahara Occidental desde que España lo cediese al gobierno marroquí en un oscuro tratado firmado durante los días previos a la muerte de Franco pasarán dos días en esta finca de 1600 metros cuadrados. La Fundación Greentree cedió su uso a la ONU a la muerte de Betsey Whitney para cumplir el deseo de la matriarca de «avanzar el entendimiento humano» mediante el auspicio de encuentros entre diplomáticos y líderes mundiales en esta aislada campiña.
Las propuestas
Entre las paredes de madera al estilo marinero de Nueva Inglaterra se fraguó hace justo un año el acuerdo entre Cameroon y Nigeria que permitió desmilitarizar la Penínusla de Bakassi, pero nada hace pensar que esta vez se pueda repetir la foto triunfal.
Entonces la ONU trasladó a los periodistas en autobuses hasta el apartado rincón de Long Island. Este lunes, la organización ni siquiera quiso confirmar lo obvio del lugar de las negociaciones, en la pequeña localidad de Manhassen, sin duda para no desatar expectativas.
Sobre la mesa estaban dos planes presentados por cada parte para destrabar la situación. El documento marroquí propone un régimen de autonomía para el Sahara Occidental, mientras que el del Frente Polisario acepta incluir esa opción en el referéndum pospuesto desde 1992 y ofrece negociar condiciones privilegiadas para las relaciones entre Marruecos y la República Saharaui, en caso de que este pueblo opte por la independencia.
Ambos planes suponen de por sí posiciones irreconciliables, como demostraron las partes la víspera del encuentro en dos entrevistas separadas. Para Ahmed Bujari, representante del Polisario en la ONU, que forma parte de la delegación de seis personas que lidera Biba, la autonomía es inaceptable porque supone partir de la base de que el Sahara Occidental pertenece a Marruecos.
«Es una negativa frontal al derecho de autodeterminación», dice Buhari. «Si Marruecos sigue manteniendo la misma posición de obstrucción al referéndum de autodeterminación no creo que estas negociaciones vayan a ir lejos».
Estancamiento o avance
Por su parte, Taieb Fasi Fihri, ministro delegado para Exteriores de Marruecos, también sentado en la mesa de negociaciones, no quiere ni oír hablar de referéndum si no es para que el pueblo saharaui refrende el estatuto de autonomía que negocien las partes. «¿Le preguntaron ustedes a los catalanes si preferían la autonomía?»,pregunta irritado.
Para él, lo que se debate en Greentree es si se mantiene el estancamiento actual «diez, veinte o treinta años más» o se acepta la solución política que propone, de cimentar la anexión mediante un estatuto de autonomía. «Y si rehúsan, la responsabilidad recaerá sobre el Polisario», sentencia. «¿Cuál será la situación en la región? ¿Cuál será la situación de la gente que vive en los campamentos? ¿Se quedarán allí otros diez años?».
Bujari está dispuesto a recoger el guante del desafío en nombre de su gente. «Aguantaremos un año menos de lo que le costó a España recuperar Granada», promete.